Economía

La economía catalana decrecerá un 0,1% en 2009 por la recesión

Barcelona, 28 oct (EFE).- La economía catalana decrecerá un 0,1% en 2009, según las previsiones de la Generalitat, que estima que la recesión podría empezar a finales de este año y mantenerse, como mínimo, durante "los primeros trimestres" del próximo ejercicio.

Así lo ha manifestado hoy el conseller de Economía y Finanzas de la Generalitat, Antoni Castells, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell Executiu, en la que se ha aprobado el proyecto de ley de los Presupuestos de Cataluña para el año 2009, que ascienden a 36.985 millones de euros, un 6,4% más que en 2008.

Estas cuentas, ha subrayado Castells, se inscriben en un contexto económico marcado por la recesión.

En este escenario, las previsiones elaboradas por el gobierno autonómico apuntan a que el próximo año el Producto Interior Bruto (PIB) catalán decrecerá un 0,1%, frente al crecimiento del 1,2% previsto para este 2008 y del 3,6% de 2007.

Según Castells, la recesión económica se mantendrá al menos durante el primer semestre de 2009, aunque "no se puede descartar la hipótesis" de que "a mediados o finales de año" la situación "empiece a remontar".

La recesión, en cualquier, caso, podría durar "uno o dos años". "Pero saldremos adelante", ha precisado el conseller.

Las perspectivas, pues, no son nada halagüeñas para Cataluña, cuya coyuntura económica para el próximo ejercicio se verá agravada tanto por la crisis financiera internacional como por la contracción de la economía real.

Esta retracción de la actividad económica se traducirá en un comportamiento especialmente negativo de la ocupación, ya que se prevé que la tasa de desempleo, que actualmente supera el 8%, se sitúe en el 11,6%, casi el doble que la tasa estimada en 2007, que era del 6,5%.

La conselleria estima, asimismo, que a lo largo de 2009 se destruirá la "preocupante" cifra de casi 55.000 puestos de trabajo.

La construcción será nuevamente el sector económico que registre un mayor descenso de la actividad, especialmente en el ámbito de la vivienda residencial.

La demanda interna, uno de los dos indicadores del PIB, junto con el saldo exterior, también sufrirá un descenso del 0,5%, sobre todo por la caída de la inversión en la construcción (-6%) y en la inversión en bienes de equipo (-2,2%), un indicador que denota, además, el "deterioro de las expectativas" y las dificultades que muchas empresas tienen para acceder al crédito.

El consumo de las familias, por su parte, descenderá un 0,1%, mientras que el gasto en consumo de las administraciones públicas aumentará un 4%.

El sector exterior, en cambio, mantendrá un tono positivo y crecerá un 0,4%, gracias, principalmente, a las exportaciones al extranjero de bienes y servicios, que aumentarán un 1,9%, y de las importaciones de bienes y servicios, que se incrementarán en otro 0,8%.

Por otro lado, el descenso global de la demanda y la corrección de los precios de las materias primas (petróleo y alimentos) en los mercados mundiales tendrán efectos positivos sobre las tensiones inflacionistas.

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