BRUSELAS (AFX-España) - La ultraderecha flamenca no logró su objetivo de llegar al poder en ninguna alcaldía de Bélgica, y se estancó en su bastión histórico de Amberes, pero su desempeño en el norte del país en las elecciones municipales del domingo muestra que su amenaza está lejos de ser neutralizada.
Por Mariano Andrade
El partido de extrema derecha Vlaams Belang (El Interés Flamenco) obtuvo el domingo el 33,51% de los votos en Amberes (segunda ciudad de Bélgica con 462.000 habitantes), un resultado en leve aumento con respecto al 32,95% que había recolectado en las municipales de 2000.
Si el Vlaams Belang no retrocedió, ya no es más la primera fuerza de Amberes, porque el partido socialista flamenco SPA del actual alcalde Patrick Janssens lo superó con 35,28% de los sufragios, un salto espectacular en comparación con el 20% obtenido en 2000.
De todos modos, el partido nacionalista flamenco ganó electores en el conjunto de la región de Flandes (norte), con un crecimiento de cinco puntos, para establecerse en 20,5% de los votos.
Como ejemplo de este avance puede mencionarse la comuna de Schoten, un suburbio de Amberes donde una ex Miss Flandes, Marie-Rose Morel, encabezó la lista del Vlaams Belang que se impuso con 34,7% de los votos, diez puntos más que en 2000.
Sin embargo, esto no será suficiente para llegar al poder, ya que las otras fuerzas políticas belgas mantuvieron su compromiso de no romper el denominado 'cordón sanitario', por el cual rechazan aliarse con el Vlaams Belang en los consejos municipales de las comunas.
Con este complejo mapa político de por medio, los grandes diarios belgas coincidían el lunes en saludar por un lado el freno aplicado a las ambiciones de la extrema derecha en Amberes, aunque reconociendo por otra parte que su progresión en Flandes impedía hablar abiertamente de 'alivio'.
'Janssens frena al Belang', tituló con caracteres gigantes el diario de lengua flamenca Het Laatste Nieuws (popular), en referencia a la actuación del alcalde de Amberes, que impuso su eslogan positivista 'La ciudad es de todos' al 'nuestro pueblo primero' de la extrema derecha.
'Amberes merece más que la extrema derecha. Bélgica respira', escribió de su lado la redactora en jefe del diario de lengua francesa Le Soir, Béatrice Delvaux.
Su análisis de las elecciones admitía sin embargo que la batalla contra la ultraderecha nacionalista no estaba terminada: '¿Se puede hablar de alivio? En todo caso, las elecciones comunales no provocaron el aluvión neofascista que algunos temían. La democracia respira. Pero sería un error caer en una dulce euforia', afirmó.
Durante su campaña, el Vlaams Belang explotó la cuestión de la inseguridad, que vincula con la inmigración, pero también se vio afectado por hechos como el asesinato racista de una niña de 2 años y su cuidadora a manos de un simpatizante de ultraderecha a principios de año en el centro de Amberes.
A seis meses de las elecciones legislativas, la 'derrotas simbólica' del Vlaams Belang en Amberes 'vale más que su progresión en el resto de Flandes', estimó el lunes el investigador Pascal Delwit, de la Universidad de Bruselas.
Otro dato importante de las elecciones del domingo fue el debilitamiento del partido liberal-demócrata flamenco VLD del primer ministro del gobierno federal Guy Verhofstadt, superado claramente por su principal rival de la oposición, el partido cristiano-demócrata (CDV).
Del lado de Valonia (sur), el Partido Socialista de lengua francesa logró evitar la sangría que se le presagiaba y mantuvo su rango de primera fuerza de la región, a pesar de los escándalos de corrupción que lo afectaron en los últimos tiempos.
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