
Baden-Baden (Alemania), 17 mar (EFE).- La OCDE pide tomar medidas para lograr un "crecimiento incluyente" que ayude a afrontar la resistencia existente en muchos países a las reformas estructurales para mejorar la competitividad, en un informe presentado hoy en el encuentro de ministros de Finanzas del G20.
Según el texto "Apuesta por el crecimiento", una revisión de los datos de la economía mundial muestra que no se pueden dejar de lado las reformas.
En los últimos dos años, el crecimiento global ha sido del 3 %, claramente por debajo del 4 % de media de los diez últimos.
El documento indica que en ello ha sido clave la desaceleración en China y en otras economías emergentes, pero advierte del bajo promedio (en torno al 2 %) en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que, "junto a la persistente debilidad de demanda y la inversión, podría ser un lastre para el crecimiento global".
Reconoce que muchos países se encuentran en una encrucijada: por una parte, el estancamiento de la productividad hace necesarias las reformas estructurales y, al mismo tiempo, ese estancamiento lleva a una bajada de los ingresos de buena parte de la población que hace que se debilite el apoyo a las reformas.
A eso se suma el hecho de que, aunque haya habido un descenso paulatino del desempleo en la mayoría de los países, en muchos los jóvenes y los trabajadores con poca cualificación tienen pocas posibilidades de encontrar un puesto laboral y, si lo consiguen, existe un gran riesgo de volver al paro.
La nueva edición de "Apuesta por el crecimiento" incorpora este año por primera vez la inclusión social como uno de los objetivos primordiales de las reformas, además del aumento de la productividad y la creación de empleo.
El informe constata que, en términos generales, desde 2015 el ritmo reformista se ha ralentizado y ha vuelto a los niveles anteriores a la crisis de 2008, aunque señala que hay diferencias entre países.
En algunos Estados, que en ejercicios anteriores habían sido especialmente activos en materia de reformas como México, Irlanda, Portugal y España, ha habido una desaceleración.
En otros, en cambio, como Bélgica, Chile y Colombia, se ha registrado un aumento del ritmo reformista.
Al margen de esas diferencias, el texto revela que en general el ritmo ha disminuido en dos sectores claves como son la innovación y la educación, lo que "resulta preocupante en vista de la bajada persistente y generalizada de la productividad".
En lo positivo, se celebra que se hayan seguido algunas recomendaciones de las ediciones anteriores de este informe para mejorar el acceso de la mujer al mercado laboral y fomentar la creación de empleo con la reducción de cargas impositivas a ingresos bajos.
"Se trata de áreas en las que las reformas que favorecen el crecimiento también promueven una mayor inclusión", destaca la OCDE.
Entre los campos clave de actuación, la organización apuesta por lograr un acceso más igualitario a la educación de alta calidad, aumentar la competencia en el mercado de productos -facilitando el ingreso a los países de empresas innovadoras- y fomentar la inversión pública en infraestructuras.
Para engranar la apuesta por la productividad y el empleo con la inclusión social, propone mejorar la eficiencia en los sistemas fiscales, con alivios a los bajos ingresos y eliminación de exenciones a los más altos.
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