Economía

Bruselas admite que carece de poder contra el 'neoproteccionismo' de Nicolás Sarkozy

La Comisión Europea acaba de reconocer que los Gobiernos de la UE "pueden en todo momento tomar participaciones en las empresas", y ha recordado que el derecho comunitario no tiene nada que decir sobre si una empresa debe ser pública o privada. Neoproteccionismo: Sarkozy creará un fondo soberano para proteger la industria francesa.

Es decir, Bruselas no podrá salir al paso del proyecto del presidente francés Nicolas Sarkozy de crear un fondo soberano para nacionalizar empresas simbólicas francesas cuyo valor bursátil se haya desplomado por la crisis, lo que las convierte en posible objetivo de depredadores extranjeros.

Un portavoz del Ejecutivo comunitario dijo ayer que Bruselas "comparte" las inquietudes del Gobierno de Francia, y consideró que es "útil" el debate que existe en Europa hace varios meses sobre cómo defender los intereses europeos: mantener el empleo y el tejido industrial, por una parte; y atraer inversiones extranjeras, por otro.

Pero se negó a entrar en más detalles. Detalles como si, el proteccionismo francés se limitaría a encorsetar las inversiones provenientes de fuera de Europa, o también zancadillearía a inversores de otros países de la UE. Simplemente recordó que, en general, el derecho comunitario vela por el mercado único y por la libre y leal competencia.

¿Qué quiere Sarkozy?

Tampoco se dejó llevar el portavoz de Bruselas al debate de si Sarkozy y otros políticos están o no aprovechando la crisis para desempolvando viejas ideas. Pero la iniciativa de Sarkozy devuelve a la actualidad un viejo debate: que la presencia del Estado francés en el capital de sus grandes grupos empresariales es un modelo de blindaje que encuentra cobertura legal en la UE, mientras que los intentos de otros países de evitar que sus empresas privatizadas caigan en manos de grupos públicos foráneos siempre choca con la oposión de la Comisión Europea y del Tribunal de Justicia de la UE.

En realidad, lo que Sarkozy quiere crear no es un fondo soberano, sino más bien un anti fondo soberano que blinde a los grupos galos. Los 'sovereign wealth funds' existen desde hace décadas. Son el instrumento mediante el cual Estados como las monarquías del Golfo Pérsico han invertido tradicionalmente la acaudalada liquidez que sus petrodólares han originado en sus arcas públicas.

Pero europeos y norteamericanos han empezado a mirar con recelo estas inversiones teledirigidas desde regímenes con escaso respeto por la democracia y la economía de mercado, desde que potencias con instintos imperialistas como Rusia y China operan en el sector. Los países occidentales temen que los fondos soberanos no sean un instrumento para buscar legítimamente inversiones rentables, sino un caballo de Troya para extender tentáculos políticos y económicos.

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