Economía

La izquierda se escora en el corazón de la UE

  • La crisis económica y la de la socialdemocracia forjaron estos populismos
Foto: Efe.

La respuesta política a la crisis económica y social no convence a buena parte de los electores europeos que, paradójicamente, han dado la espalda a la izquierda tradicional. La respuesta a ese descontento se traduce en una polarización del discurso que ha dado alas a populismos a derecha e izquierda y a posiciones ideológicas cada vez más escoradas. Los tentáculos del populismo han llegado hasta la Casa Blanca, con el inesperado aterrizaje de Donald Trump en la Presidencia estadounidense.

Pese a que los focos miran ahora hacia allí, con el temor creciente a lo que haga el nuevo socio norteamericano, los populismos hace tiempo que forman parte de forma directa o indirecta en los gobiernos europeos.

En el caso de la izquierda, al bache financiero se suma la crisis de la socialdemocracia europea que, salvo contadas excepciones, como la sueca, camina sin rumbo desde hace tiempo. Incluso los grandes estandartes del socialismo en Europa pasan por horas bajas y se han visto diezmados por corrientes ecologistas o por populismos de izquierdas. Es el caso, por ejemplo, del SPD alemán, del Partido Socialistas francés y del laborismo británico.

Los países con mayor grado de populismo de corte izquierdista están en el sur de Europa. Es el caso de España, Grecia, Italia o Portugal. Sin embargo, el terremoto que ha sacudido Europa tuvo su epicentro en Reino Unido, donde fue la versión más escorada de la izquierda la que dio el empujón definitivo para que los ingleses decidieran romper con la Unión Europea.

Jeremy Corbyn ganó las primarias laboristas siendo un candidato "demasiado de izquierdas", en opinión de algunos de sus compañeros de partido. Sin embargo, el sí al Brexit no ha favorecido a un laborismo escorado a la izquierda, sino al populista Ukip, de Farage, y a la derecha del partido conservador. No sólo las encuestas son desfavorables a Corbyn -los sondeos hablan de un desplome de los laboristas en caso de elecciones, sino que cada vez tiene menos apoyos dentro de un partido donde nunca ha sido especialmente popular.

El último en sumarse a la lista de políticos que reivindican un giro a la izquierda de sus partidos ha sido el francés Benoît Hamon. Su victoria en las primarias socialistas de Francia marca un claro giro a la izquierda y es una condena a la gestión de François Hollande. El Partido Socialista francés se ha dejado más del 60% de su militancia en diez años y sufre una importante fractura interna. A eso se suma la mala relación entre el actual Gobierno y el candidato del partido, una tensión que tendrá que sobrellevar hasta las elecciones de mayo.

La izquierda en España

En España, el voto a formaciones de izquierda populista ha repuntado en los últimos años. Hace menos de una década suponía apenas un residual 5%. En las elecciones de junio de hace siete meses obtuvo más del 20% de los votos, representados en la coalición formada por Podemos e Izquierda Unida. Es precisamente el primero de estos partidos el que encarna el auge de la izquierda radical en nuestro país, en especial entre los jóvenes. Los sondeos estiman que entre el 35 y el 45% de los electores de entre 18 y 34 años se decantan por formaciones populistas. En las últimas generales se quedó lejos del Gobierno, pero junto a sus confluencias cuenta con 71 diputados, una quinta parte de la Cámara Baja. A nivel local, gobierna importantes capitales españolas (Madrid, Barcelona, La Coruña, Cádiz...) gracias al apoyo del Partido Socialista.

Su líder, Pablo Iglesias, comparte con Trump su rechazo a los acuerdos mundiales de libre comercio, su fe en el dirigismo económico y protegido de la competencia global, el discurso contra la casta política, la necesidad de empoderar al pueblo y las recetas simples para los problemas complejos.

En Italia, donde gobierna un socialista, la principal fuerza de la oposición es el Movimiento Cinco Estrellas, una heterogénea mezcla de populismos de derecha e izquierda al que todas las encuestas dan la victoria de cara a las próximas elecciones.

Fantasmas sobre Merkel

En Alemania, la izquierda más escorada está representada por el partido Die Linke, escisión del SPD. Si se mantiene la tendencia de las encuestas, en las próximas elecciones de diciembre y por primera vez, los poscomunistas podrían pactar con los socialdemócratas para llegar al Gobierno. El partido liderado por Sahra Wagenknecht es, junto a los ultraderechistas de Alternativa para Alemania, las dos grandes amenazas del liderazgo de la actual canciller, Angela Merkel. De hecho, hace unos días ambas formaciones extremistas formaron un frente común al atribuir a Merkel la "corresponsabilidad" del atentado islamista en Berlín, en el que murieron 12 personas.

En el caso de la representante de izquierdas, su popularidad no para de crecer. Es rara la semana en la que Wagenknecht no aparece en una tertulia televisiva de máxima audiencia. Así, pese a las reticencias de la cúpula, donde no gustan algunas de sus posturas contra la inmigración, al partido no le quedó otro remedio que elegirla como una de las dos cabezas de lista para las elecciones.

En Portugal, el Bloco de Esquerda, formación surgida en 1999 como alianza entre pequeñas fuerzas de la izquierda, forma parte desde el pasado octubre del Gobierno luso, junto al Partido Socialista y el Partido Comunista. La alianza permitió un Ejecutivo de izquierdas, pese a que perdieron las elecciones.

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