Economía

¿Cómo será la nueva Plaza de España? Una apuesta blanda y condescendiente

  • Los proyectos finalistas apelan a "lo que se supone que gusta al ciudadano"
  • No son una propuesta urbanística, sino más bien una operación de marketing

Dentro de un par de semanas, los habitantes mayores de 16 años y empadronados en Madrid podrán votar cuál de las dos propuestas finalistas en el concurso de remodelación de la Plaza de España es la que finalmente se va a llevar a cabo. No es el único momento dentro del concurso en que los ciudadanos han tenido esa capacidad de decisión. De hecho, la selección de los cinco semifinalistas tuvo en cuenta la votación ciudadana e incluso los requisitos de diseño que configuraban las bases se extrajeron de la encuesta masiva que el consistorio publicó y de la que se recibieron casi treinta mil respuestas.

La experiencia es, hasta cierto punto, pionera y me temo que los resultados también lo son. Pero no por frescos, sorprendentes o innovadores sino más bien por lo contrario: todos los proyectos parecen apelar de una manera muy naíf a "lo que se supone que gusta al ciudadano de a pie". A priori, esto está muy bien porque, al fin y al cabo, son los usuarios finales de la intervención quienes tienen la decisión última sobre qué Plaza de España van a, efectivamente, usar.

El problema reside en el término "lo que se supone". Se diría que los arquitectos y urbanistas que han presentado los proyectos han apostado por una imagen blanda y, hasta cierto punto, condescendiente, de lo que a los ciudadanos les gustaría. Así, y quizá debido a lo precisas que eran las bases respecto a lo que el público demandaba, pero el caso es que las cinco propuestas semifinalistas son muy parecidas entre sí y, en algunos casos, prácticamente indistinguibles a primera vista.

Digamos que los proyectos tienen menos de propuesta urbanística y más de operación de marketing. Algo que se aprecia de manera muy evidente con los vídeos de presentación que los equipos incluyeron para la penúltima fase. Como el ganador final será seleccionado por votación ciudadana, los semifinalistas y los finalistas han elaborado unos productos audiovisuales muy cuidados pero cuya apariencia y contenido no tiene que ver tanto con la arquitectura que proponen sino con vender un producto al consumidor futurible. Es decir, que son vídeos promocionales en lugar de vídeos explicativos.

No me atrevería a afirmar si esta estrategia es la más provechosa para conseguir el objetivo (o sea, ganar el concurso) y ni siquiera si es correcta porque, en mi opinión, los ciudadanos están perfectamente capacitados para entender un proyecto arquitectónico sin necesidad de que se lo enseñen como en un anuncio de cosméticos. Sin embargo, como ya he dicho antes, todo este proceso es pionero y, si tiene continuación en otros concursos, se verá si los caminos son similares o la innovación que se presupone a un concurso de arquitectura se ve reflejada también en los vídeos.

Pero veamos un poco las dos propuestas finalistas para ver si, en efecto, son tan parecidas entre sí o realmente hay diferencias significativas.

Proyecto Y: Un paseo por la cornisa

Como indica su lema, el proyecto propone un recorrido verde y lineal desde la cornisa del Parque del Oeste hasta la Plaza de Oriente. El modelo es Madrid Río y la propuesta no tiene reparos en emplearlo hasta en el nombre, pues llaman a su parque lineal Madrid Cornisa. Esta idea se conforma peatonalizando la calle Bailén y conectando tres áreas mediante una zona verde más o menos continua. Los alrededores del Tempo de Debod, la Plaza de España y los alrededores del Palacio Real formarían así parte de ese nuevo parque.

La propuesta es interesante porque la Plaza de España actual está desconectada de las zonas verdes que la rodean al sur, por culpa del paso elevado de vehículos de la mencionada calle Bailén. Si la propuesta se llevase a cabo, se generaría un paseo peatonal y ciclista que incluiría a la Plaza de España como centro neurálgico.

El problema es que no hay nada más y ni siquiera la apuesta parece comprometida hasta el final. Sí, se van a plantar árboles. Sí, se peatonaliza una calle entera y se restringe el tráfico a otras de las que rodean la plaza. Sí, la propia plaza se ajusta mediante actuaciones mínimas a las condiciones de accesibilidad y apertura que pedían las bases.

Sí, se incluyen unas pequeñas intervenciones casi puntuales en forma de quioscos, skate-park, bancadas o tumbonas, pero parecen colocadas más para salir del paso que como elementos generadores de espacio; de hecho, ni su forma ni su posición son especialmente atractivas. Parecen intentos de contentar a las bases (y, por tanto, a los ciudadanos) en lugar de artefactos arquitectónicos con calidad espacial. Y no olvidemos que es esta calidad espacial la que, en definitiva, mejora la vida de los usuarios.

La cosa tendría más interés si la apuesta hubiese sido verdaderamente radical. Si hubiese prescindido de casi cualquier añadido y se hubiese concentrado de forma prácticamente exclusiva en su decisión de arbolar y reverdecer todo ese nuevo parque lineal que se propone. Sin embargo, al menos en la propia plaza, apenas hay unos parterres no demasiado distintos a los actuales. Es más, el arbolado que aparece en planos y vídeos poco tiene que ver con lo que sería una masa arbórea real. La memoria del proyecto parece tener claro que serán un tipo de árboles de hoja caduca, pero los dibujos parecen más bien árboles genéricos que no tienen en cuenta el verdadero porte y la verdadera dimensión que podrían alcanzar sus copas. Seguramente la propuesta ganaría si fuese mucho más decidida a la hora de plantear, cuidar y representar esa masa verde y no dejarlo en algo que acaba teniendo poca chicha y poca limoná.

Por otro lado, la propuesta es la menos invasiva y, por tanto, la más moderada en su estimación presupuestaria: unos 20 millones de euros. Teniendo en cuenta que el proyecto fue uno de los rescatados por el jurado (obtuvo el décimo puesto en la votación popular), cabe preguntarse si esa moderación presupuestaria contribuyó al rescate. No en vano, el jurado está compuesto por profesionales de la arquitectura y también por políticos.

Y a tenor del vídeo de presentación, se diría que los políticos deben estar encantados con él, porque entre el despliegue de efectos digitales, la música épica, las familias volando cometas y la voz en off de actor profesional de doblaje soltando frases que dan un poco de vergüenza ajena, parece el anuncio de propaganda electoral de un partido político en plena campaña.

Proyecto X: Welcome mother nature

Pues ahora me tocaría escribir un montón de palabras describiendo y analizando esta segunda propuesta tal y como hice con la primera pero, sinceramente, es esencialmente lo mismo. De hecho, "Welcome mother nature" es una suerte de versión corregida y aumentada de "Un paseo por la cornisa". Desde el propio lema, que añade un "Good bye Mr.Ford", el proyecto también plantea una repoblación de la plaza y una semipeatonalización del entorno. También conecta el Parque del Oeste con el Palacio real mediante zona verde, peatonal y ciclista. También propone puntos de juego, ocio, descanso y esparcimiento salpicados por el recorrido. También reforma el intercambiador de metro, autobús y aparcamiento. También llena la Plaza de España de parterres.

La idea es la misma, sencillamente es más intensa, arquitectónicamente más interesante y más cuidadosa. Los nuevos parterres se entrelazan mejor con la plaza, los hitos de ocio y juego tienen un diseño y una experiencia espacial más atractiva para el usuario (mención especial para las pasarelas a media altura en los Jardines de Sabatini, que permitirían pasear entre las copas de los árboles), el pavimento es menos genérico, y hasta el dibujo de los árboles parece más intencionado que en la primera propuesta.

Lógicamente, el proyecto también es más caro: unos 46 millones de euros en total. Aunque ya sabemos que estas estimaciones no pasan de ser eso, estimaciones que pueden variar bastante en el caso de que la propuesta se construya.

No obstante, y quizá por tratarse de un proyecto caro, el video de presentación intenta ser más cercano al madrileño con un producto audiovisual supuestamente menos profesional que el que se presentó en la primera propuesta. Que si letras cuquis, que si dibujitos aún más cuquis, que si entrevistas a paseantes que, ejem, paseaban por allí (y que se ve a la legua que están leyendo un guión). Al final, parece un anuncio de yogures con bífidus.

¿Es "Welcome mother nature" mejor que "Un paseo por la cornisa"?. Pues sí, es algo mejor pero seguramente tampoco es la mejor solución posible al problema de la Plaza de España. No me malinterpreten: cualquiera de los dos proyectos que se construyan mejorará de manera exponencial la plaza y todo su entorno, convirtiéndolo en un lugar mucho más agradable y accesible para el ciudadano. Seguramente se debe a lo restrictivo de las bases o tal vez a una excesiva moderación en los proyectos pero, tras ver todas las propuestas, se queda una sensación de oportunidad perdida.

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