
Washington, 18 oct (EFE).- El presidente estadounidense, George W. Bush, y sus colegas de Francia, Nicolas Sarkozy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se reunieron hoy en Camp David para tratar sobre la crisis financiera, ocasión en la cual anunciaron la celebración de una cumbre de líderes que será presidida por EE.UU.
Los dos mandatarios europeos llegaron a la residencia presidencial en Camp David (Maryland) sobre las 16.00 horas locales (20.00 GMT), procedentes de Canadá, donde participaron en una reunión con el recién re-electo primer ministro Stephen Harper.
El mandatario estadounidense ha invitado a Sarkozy y a Durao Barroso a EE.UU. para abordar con ellos la crisis financiera y discutir posibles ideas y propuestas para solucionarla cuanto antes.
En una breve comparecencia conjunta, Bush anunció que acogerá "en un futuro próximo" una cumbre de líderes de la comunidad internacional para coordinar la respuesta global a la crisis.
"Estoy deseando presidir la cumbre en un futuro cercano", dijo Bush, quien explicó que tanto líderes de países desarrollados como de naciones en vía de desarrollo participarán en la cumbre.
Para que la reunión tenga éxito "debemos estar abiertos a buenas ideas de todo el mundo y por eso estoy deseando escuchar esta tarde (propuestas) del presidente Sarkozy y del presidente Barroso, y de otros líderes en los próximos días", sostuvo.
"Es esencial que trabajemos juntos, porque estamos juntos en esta crisis", subrayó.
Bush aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje de tranquilidad al mundo, al recordar que su Gobierno ha tomado "medidas históricas", que, consideró, "van a funcionar".
"Este es un periodo de desafío para todas nuestras naciones. Tengo confianza de que superaremos los desafíos que afrontamos. Con determinación y una acción centrada, pasaremos esta crisis y nuestras economías volverán al camino de la prosperidad y de crecimiento duradero", agregó Bush.
Sarkozy, por su parte, destacó que "ésta es una crisis mundial, de manera que tenemos que buscar una respuesta mundial" a la misma.
Subrayó que, dado que la crisis se ha originado en Nueva York, "la solución global tiene que ser encontrada en Nueva York", en referencia a su propuesta de celebrar la cumbre del G8 -EE.UU., Canadá, Rusia, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia- y de otras economías en la Gran Manzana.
El mandatario francés afirmó, además, que la cumbre debería tener lugar cuanto antes, "posiblemente" antes de finales de noviembre.
En opinión de Sarkozy, cada región del mundo está intentando encontrar una respuesta a la crisis, pero, manifestó, "esta respuesta será más efectiva si la encontramos juntos, hablamos con una misma voz y construimos juntos el capitalismo del futuro".
Por otro lado, alegó que la crisis también podría proporcionar "una gran oportunidad, si no caemos en las prácticas odiosas del pasado, prácticas que nos han llevado exactamente a donde estamos ahora mismo", en plena crisis financiera.
Sarkozy y Durao Barroso intentan convencer a Bush de que ahora es una buena oportunidad para dar un nuevo impulso a iniciativas dirigidas a coordinar mejor el control de los mercados financieros.
Bush no ha respondido públicamente a las sugerencias de los dos mandatarios europeos, pero sí subrayó que en esa crisis y en un nuevo orden global del sistema financiero "es esencial que preservemos los fundamentos del capitalismo democrático, el compromiso para mercados libres, empresas libres y libre comercio".
El presidente estadounidense afirmó, asimismo: "es importante que resistamos a la tentación de aislamiento económico y que continuemos con las políticas de mercado abierto", una opinión que compartió Sarkozy.
No obstante, el mandatario galo dijo: "no podemos continuar en la misma línea porque los mismos problemas desatarán el mismo desastre".
"Tenemos que analizar las reglas que se aplicarán al siglo XXI. Vivimos en el siglo XXI, pero seguimos aplicando las normas del siglo XX", destacó.
Por último, Durao Barroso hizo un llamamiento a la coordinación global como respuesta a la crisis.
"Ante estos desafíos sin precedentes necesitamos un nivel sin precedente de coordinación global", dijo.
A juicio del presidente de la Comisión Europea, el sistema financiero internacional, sus principios básicos y sus instituciones, "necesitan reformas".
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