
Después de 300 días sin Gobierno, y con la urgencia de aprobar los Presupuestos Generales del Estado, los diputados españoles disfrutan de 41 días sin plenos antes de iniciar la actividad parlamentaria de 2017. En concreto, la Cámara Baja no discutirá ningún proyecto ni proposición de ley ni tendrá ninguna sesión de control al Gobierno hasta el próximo 31 de enero, cuando se celebrará un pleno extraordinario para convalidar en plazo los últimos decretos aprobados en Consejo de Ministros, como el pactado con el PSOE sobre el bono social contra la pobreza energética. Y eso a pesar de que el primer mes del año ya se considera hábil en actividad parlamentaria.
El último Pleno se celebró el pasado 21 de diciembre. Es decir, habrá casi un mes y medio de parón plenario. El único movimiento del Congreso se dará en las Comisiones por solicitudes extraordinarias de los distintos grupos. Este tipo de registros solían quedarse sin efecto en otras legislaturas. Sin embargo, dado que el PP ya no tiene mayoría absoluta, es factible que salgan adelante.
Así, por ejemplo, ocurrirá el próximo lunes 16 con la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que deberá acudir al Congreso para dar cuenta de los planes ante el informe que responsabiliza al Ministerio del accidente aéreo del Yak-42, ocurrido en 2013. En el caso de la comisiones, sólo tienen que asistir los diputados miembros de las mismas, que no suelen superar la treintena.
Mientras tanto, al menos cuatro proyectos de ley, más de medio centenar de proposiciones de ley y dos reformas de Estatutos autonómicos y la puesta en marcha de varias subcomisiones han quedado pendientes para la vuelta de vacaciones de los diputados.
Hay que matizar que no habrá sesiones plenarias porque así lo han acordado específicamente los grupos, ya que en la IX Legislatura se decidió que los meses de julio y enero fueran hábiles, aunque la decisión, parece, se ha quedado en una mera declaración de intenciones.
Otro 'parón' en febrero
Pero el asueto pactado va incluso más allá del mes y medio, ya que el pasado 27 de diciembre la Mesa del Congreso decidió que tampoco habrá Pleno la segunda semana de febrero. Se aprobó con el apoyo de todos los grupos, excepto Ciudadanos, que se opuso. Es especialmente llamativo el voto a favor de Podemos, que ha criticado duramente el exceso de vacaciones o la ausencia de los diputados de otros partidos de sus escaños durante las sesiones parlamentarias. Sin embargo, en esta ocasión ha sido partidario, junto a PP y PSOE, de que los intereses particulares de los partidos condicionen la vida parlamentaria. ¿El motivo? Que tanto la formación de Mariano Rajoy como la de Pablo Iglesias celebran sus respectivos congresos los días 11 y 12 de febrero.
En el primer caso, es significativo que Rajoy se tomará casi dos mese de "vacaciones parlamentarias", ya que pasará ese tiempo sin acudir al Congreso ni someterse al control de la Cámara.
Lo que sí se desarrollará, no obstante, son reuniones tanto de la Comisión de Sanidad como de la de Hacienda y la Comisión de Seguimiento del Pacto de Toledo, que no tienen naturaleza legislativa.
En el Senado sí habrá actividad en enero. Tendrán lugar reuniones de comisiones, la de Sanidad será el próximo 19 de enero, comparecencias de ministros y el día 17 se celebrará la Conferencia de Presidente Autonómicos que, esta vez sí, exigirá la presencia del presidente Rajoy.
Ya en Semana Santa, los partidos pactaron otras macro-vacaciones y, sin haber formado Gobierno, disfrutaron de 21 días de vacaciones, retrasando un pleno previsto para el 29 de marzo.