
El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ya tiene la foto que quería para volver a reclamar con fuerza al Ejecutivo de Mariano Rajoy un referéndum para decidir la independencia de Cataluña.
Pero aunque en la instantánea aparece el principal objetivo de Puigdemont, que era la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no ha conseguido citar ni a uno de los presidentes de las diferentes patronales empresariales catalanas en su cumbre por el referéndum.
Esta reunión, que se celebró ayer en el Parlament, pretende reeditar los convites previos que se celebraron para organizar la consulta del 9-N en 2014. En aquellas cumbres, conocidas como Pacto por el Derecho a Decidir, asistían los diferentes agentes políticos, sociales y económicos de Cataluña, así como entidades y asociaciones.
Todo para conseguir una imagen de fuerza que transmitiera el consenso que existe en la comunidad sobre la celebración de un referéndum de autodeterminación. Entonces, las patronales de pequeños empresarios, Pimec, Cecot y Fepyme asistieron a estas reuniones, mientras Foment del Treball se desmarcó desde el inicio a pesar de pedir en las últimas semanas un referéndum a medio plazo.
Una cumbre sin presidentes
Pero esta vez Fepyme, que está integrada en Foment, ha explicado su ausencia en pos de no romper "la legalidad española". Sólo repitieron las agrupaciones de pequeños empresarios Pimec y Cecot, pero en ninguno de los dos casos fueron sus respectivos presidentes.
El representante por parte de Pimec fue Lluis Bahamonde, miembro del Comité Ejecutivo de la patronal, en detrimento de su presidente Josep González, que se ausentó por motivos familiares.
La patronal catalana más cercana a las tesis independentistas, como Cecot, tampoco llevó a su presidente Antoni Abad, y en su lugar asistió Xavier Panés. Algo parecido sucedió con las cámaras de comercio catalanas, cuyo presidente, Miquel Valls, delegó en su vicepresidente, Domènec Espadaler. Todo, en un proceso paralelo con la propia Generalitat para firmar una nueva ley de cámaras.
Pero Puigdemont consiguió su propósito, tener a Ada Colau junto a él para liderar la petición por un referéndum de independencia, junto con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Para lograr que la alcaldesa asistiera a esta cumbre, Puigdemont ha llegado a cambiar la hora de esta reunión, que normalmente se celebraba por las mañanas. Pero Colau no le dio una respuesta definitiva e insistió en recuperar el referéndum acordado, que desde Junts pel Sí se tildó como "una pantalla pasada". No descartó repetir un nuevo 9-N, pero "como movilización", nunca como solución.
También asistieron los representantes sindicales, Joan Carles Gallego (CCOO) y Camil Ros (UGT) y los líderes de las entidades sociales, así como de los diferentes partidos políticos, entre los que estaba el anterior president Artur Mas.
La intención de Pugidemont es que el díscolo socialista, Joan Ignasi Elena, encabece un Comité Ejecutivo del referéndum con exdiputados de PSC, ICV, ERC y CDC.
Aviso desde Madrid
A pesar de que el Gobierno español ya ha dejado claro por activa y por pasiva que no aceptará una consulta secesionista, Puigdemont persiste en su tesis de "referéndum o referéndum", sea acordado o unilateral. El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, se lo volvió a recordar ayer.
Esto sucedió el mismo día que el Tribunal Constitucional dio un cuadruple varapalo al plan independentista del Govern. Por un lado, acepta el recurso por el que no puede establecer relaciones bilaterales con otros Estados. Y además, el TC también anula las tres ponencias donde se estaban esbozando las llamadas "leyes de desconexión".