
A comienzos de 2016, cuando Matteo Renzi decidió vincular su cargo -y su Ejecutivo- al resultado sobre la consulta constitucional, el futuro del joven primer ministro italiano parecía esperanzador.
Italia había salido de una larga recesión y las reformas económicas prometían efectos positivos sobre la recuperación y la creación de empleo. De ser así, el referéndum sobre la reforma constitucional debería suponer un simple trámite para que Renzi pudiera obtener la consagración definitiva de los electores.
En pocos meses, sin embargo, las cosas se han torcido para la economía italiana -que ha vuelto a estancarse- y la situación internacional, con el refuerzo de los movimientos populistas en varios países. Así, en menos de un año, el inocuo referéndum transalpino se ha convertido en una consulta de "alto riesgo" para toda Europa, según destaca un informe reciente de Coface. La aseguradora francesa de crédito es el último gran grupo financiero internacional en subrayar los peligros de un referéndum que podría sumir en la inestabilidad política a la tercera economía de la eurozona en un momento delicado, ya que en 2017 otros grandes países como Francia y Alemania estarán en campaña para las elecciones generales.
El riesgo más concreto es que el fracaso de Renzi en el referéndum desencadene un efecto dominó: la caída del Gobierno italiano podría provocar largos meses de inestabilidad, perjudicando la recuperación del país transalpino, disparando la prima de riesgo y pasando factura a la banca ávida de nuevos capitales. El contagio estaría a la vuelta de la esquina y los analistas advierten de posibles efectos negativos sobre el euro y el sistema bancario continental.
¿Y si gana el 'no'?
La situación política italiana, en caso de victoria del no, amenaza con ser el detonador de una nueva oleada de problemas para la eurozona. El presidente de la República, Sergio Mattarella, será quien tendrá que encontrar una solución si Renzi dimite en caso de derrota. Mattarella podría disolver el Parlamento y llamar a nuevas elecciones, lo que sería, según los analistas de Coface, "el peor escenario para los mercados, porque no resolvería las causas de inestabilidad política".
El problema es que el fracaso de la reforma constitucional dejaría un Parlamento ingobernable: el Congreso se elegiría con la nueva ley electoral que atribuye un gran número de escaños al partido mayoritario, mientras para el Senado seguiría en vigor la ley anterior que ha provocado muchos problemas de estabilidad. Otra opción que tiene el presidente de la República, según los analistas de Coface, es seguir con un Gobierno temporal con el fin de reformar la ley electoral antes de los comicios generales de 2018.
Desde el punto de vista económico, los expertos indican que "una pérdida de la confianza de los inversores dispararía la prima de riesgo", aumentando también las tasas de interés para las empresas transalpinas. Esto "acabaría con la recuperación económica y detendría el avance de las reformas". Una victoria del no, además, podría afectar a la banca "estropeando las ampliaciones de capital de varias entidades, empezando por el banco más problemático MPS".
Todo ello "provocaría también un nuevo periodo de inestabilidad política y financiera en Italia", añade Coface, subrayando que "podría incluso agitar otros mercados a lo largo de la eurozona" y que "el cambio del euro, así como los mercados accionistas del sistema bancario europeo podrían sufrir por el empeoramiento de la situación".
Los analistas de Barclays, por su parte, han identificado cuatro posibles escenarios: en el primero, el no gana con una baja participación (por debajo del 40 por ciento). En este caso, Renzi dimitiría, pero el presidente de la República volvería a darle el encargo: el nuevo Gobierno de Renzi trabajaría para reformar la ley electoral con tal de no crear ingobernabilidad en caso de elecciones anticipadas.
La actual ley sería sustituida por una ley proporcional que no garantizaría la gobernabilidad, pero evitaría que el partido de mayoría relativa se haga con el control del Parlamento. Desde Barclays señalan que, de esta forma, "el riesgo de que fuerzas antisistema ganen el poder se reduce de manera significativa". Italia podría celebrar así elecciones anticipadas en la primera mitad de 2017.
El segundo escenario prevé una victoria del no con una participación elevada (más del 40 por ciento de los electores). Incluso en este caso Renzi dimitiría, pero el presidente de la República ya no podría encargarle el Gobierno, sino que nombraría a otra persona que saque adelante los Presupuestos y la ley electoral: los candidatos ideales son el ministro de Economía Pier Carlo Padoan o el presidente del Senado Piero Grasso. La reforma electoral sustituiría la ley actual con una ley proporcional, con elecciones anticipadas en la primera mitad del año.
¿Y si gana el 'sí'?
Si Italia vota sí, el abanico de posibles desenlaces es demasiado amplio como para saber el impacto inicial de una decisión así en las estructuras económicas.
El tercer escenario de Barclays prevé una victoria del sí en el referéndum, pero con una escasa participación. Renzi seguiría siendo primer ministro, pero impulsaría cambios sustanciales en la ley electoral, como se prevé en los escenarios anteriores. Los analistas, incluso en este caso, no excluyen la posibilidad de que haya elecciones anticipadas.
El cuarto escenario previsto por el banco británico sería el mejor para Renzi: el referéndum resultaría aprobado con una alta participación. El Gobierno impulsaría cambios superficiales en la ley electoral, pero sin tocar la medida que prevé la segunda vuelta y cambiaría la norma que otorga la mayoría absoluta del Congreso al partido más votado, dando el premio de mayoría a una coalición de partidos tal y como piden algunos aliados del primer ministro.
Este escenario, sin embargo, no excluye la posibilidad de elecciones anticipadas que, según Barclays, podrían celebrarse antes del verano, después de la aprobación de la nueva ley electoral. En este caso, persistiría un alto riesgo de que los partidos antisistema como el Movimiento 5 Estrellas se hagan con el Gobierno del país en la segunda vuelta electoral. Todo gracias a la reforma constitucional y a ley electoral impulsada por Renzi.