MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Las pérdidas económicas de la pesca marina derivadas de una mala gestión, la ineficacia y la sobrepesca alcanzan los 50.000 millones de dólares (36.350 millones de euros) cada año, según el informe del Banco Mundial y la FAO 'Los miles de millones hundidos: justificación económica de una reforma de la pesca', publicado hoy.
De este modo, sumadas a lo largo de las tres últimas décadas, las pérdidas superarían los dos billones de dólares (1,45 billones de euros), u6na cifra similar al PIB de Italia.
El estudio, que pone de manifiesto que mucho antes de la subida de los precios del combustible en 2008 la salud económica de la pesca marina a nivel mundial estaba ya en declive, insiste en que la cifra de 50.000 millones de dólares representa una estimación conservadora, ya que excluye las pérdidas de la pesca recreativa y del turismo marino, así como aquellas derivadas de la pesca ilegal.
La mayor parte de las pérdidas se produce principalmente de dos formas, por el agotamiento de las reservas, que implica un mayor coste para encontrar y capturar peces, y por la sobrecapacidad de la flota, que significa que "los beneficios económicos de la pesca se desperdician debido a las inversiones y costes de operación excesivos".
Según la FAO, más del 75% de las poblaciones mundiales de peces se encuentran totalmente explotadas o sobreexplotadas y, cuando esto ocurre, las pesquerías asociadas presentan inevitablemente un rendimiento por debajo del óptimo, según el estudio, que agrega que en algunos casos, las pesquerías pueden ser sostenibles a nivel biológico, pero continúan operando con pérdidas económicas.
Mientras que muchas pesquerías son rentables, la situación a nivel mundial refleja que las operaciones de captura están mantenidas con subsidios. "A nivel mundial cada tonelada de pescado capturado, utiliza casi media tonelada de combustible, una gran parte del cual se desperdicia en un excesivo esfuerzo de pesca", señala.
En concreto, las capturas marinas mundiales han permanecido estancadas durante la última década, en unos 85 millones de toneladas anuales, en tanto que la productividad de las pesquerías --medida en términos de capturas por pescador o por barco de pesca-- se ha reducido, pese a que la tecnología ha avanzado en el sector y el esfuerzo de pesca se ha incrementado.
"El nivel real de ingresos de los pescadores se encuentra a la baja, y gran parte de la industria no alcanza beneficios, las poblaciones de peces se encuentran agotadas y otros sectores de la economía pagan la cuenta por una industria pesquera debilitada", indicó Rolf Willmann, experto en planificación pesquera de la FAO y uno de los autores del informe.
TRANSFORMAR PERDIDAS EN BENEFICIOS
El Banco Mundial y la FAO defienden que una pesca marina bien gestionada podría transformar estas pérdidas en beneficios económicos sostenibles para millones de pescadores y habitantes de las comunidades costeras.
La recuperación de esos "miles de millones hundidos" puede darse con una reducción del esfuerzo pesquero que lleve a un aumento de la productividad, rentabilidad y beneficios económicos netos, y con la recuperación de las poblaciones de peces, que llevaría a un incremento sostenible de los rendimientos y a unos costes de pesca más reducidos.
"La pesca sostenible necesita voluntad política para reemplazar los incentivos para la sobrepesca con incentivos para una administración responsable", señaló el jefe del Grupo de Pesca del Banco Mundial, Kieran Kelleher.