
La bonanza económica vivida durante los últimos años ha permitido a los españoles alcanzar unos ahorros en sus cuentas bancarias de más de 1,2 billones de euros, según los datos del BdE a 31 de diciembre de 2007. La cifra, que supera ya en un 7% al PIB previsto para el año que viene, no ha parado de crecer y supone ya el triple que en 1999, cuando se aprobó la garantía de 20.000 euros.
Gracias al importe asegurado hasta ahora, los ahorradores tenían garantizado el 25,4% de la inversión en los bancos, el 42,2% del de las cajas y el 49% del de las cooperativas. Son los porcentajes más bajos desde que se crearon los fondos de garantía, pero subirán ahora después de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, haya anunciado, en línea con otros países europeos, que España garantizase el rescate en el caso de quiebra bancaria de hasta 100.000 euros por depositante y entidad.
Qué cubre
Las únicas cantidades que no estarían sujetas a una garantía de rescate son los depósitos realizados por otras entidades de crédito por cuenta propia, los valores representativos de deudas emitidos por la propia entidad de crédito -incluso los pagarés y efectos negociables-, los constituidos por empresas pertenecientes al mismo grupo económico que la entidad de crédito y los constituidos por las Administraciones Públicas.
Lógicamente, no cuenta tampoco con ningún salvavidas, en caso de quiebra, el dinero confiado para realizar inversiones en paraísos fiscales o en los territorios que especifique el ministerio de Economía, las cantidades que procedan de operaciones de blanqueo o que pertenezcan a clientes que hayan contribuido con sus condiciones financieras a agravar la situación de la entidad, siempre que tal circunstancia haya sido determinada por una sentencia en firme.
Desde el FGD explican que la titularidad de las acciones también está garantizadas, aunque sólo en el caso de que no se hayan adquirido a través de una sociedad gestora, en cuyo caso habría que reclamar al Fondo de Garantía de Inversiones (Fogain). Independientemente del valor que los títulos tengan en el mercado, los inversores podrían mantener así las acciones, que pasarían a estar gestionadas por otra entidad.
Aportaciones
El importe garantizado saldría de las aportaciones hechas al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) por los bancos y cajas, aunque en el caso de que no fuera suficiente, el Estado tendría que facilitar el dinero para alcanzarla, algo que por ahora parece muy poco probable por la solidez de la banca española.
En los últimos años, el FGD ha tenido que intervenir por la crisis de varios bancos -es el caso de Credipás, Bank of Credit and Commerce, Banco de Navarra, Banco de los Pirineos, Eurobank del Mediterráneo y Banco de Valladolid-, pero nunca por una caja. Los empresarios, sindicatos y organizaciones de consumidores se muestran satisfechos con las garantías establecidas por el Gobierno y coinciden en que garantizar todo el dinero hubiera sido imposible.
A pesar de que Irlanda, Alemania o Dinamarca se han comprometido a ello, en la práctica la situación no es muy distinta a la actual, sobre todo teniendo en cuenta que el fondo que asegura los ahorros cuenta con 6.500 millones.
El problema es que hay efectivo para una situación puntual, pero no para una quiebra de todo el sistema, algo que no se podría afrontar. Los españoles tenemos 572.396 millones de euros depósitos en cajas de ahorros, 566.778 millones en los bancos y 71.161 millones en las cooperativas. El año pasado, por primera vez desde 2000, los ahorros depositados en las cajas superaron a los que había en los bancos.