Ginebra, 7 oct (EFE).- La intervención estatal es necesaria para evitar mayores daños al sistema financiero y a la economía real en medio de la actual crisis mundial de créditos, una situación que también evidencia que se requiere reforzar la regulación e incrementar la transparencia en ese sector.
Esas son algunas de las conclusiones que arroja un análisis de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) publicado hoy en Ginebra, en medio de la tormenta que viven los mercados internacionales.
Según los expertos del organismo de la ONU, las políticas económicas deben evitar sobre todo una deflación antes que un aumento de la inflación y, por encima de todo, prevenir una recesión y hasta una depresión a nivel mundial.
"Los gobiernos y los bancos centrales son los únicos actores que pueden estabilizar los mercados en momentos en que se ha perdido la confianza y todos los demás actores están intentando recortar gastos y limpiar sus hojas de balance a toda costa para evitar la quiebra", señala el análisis.
Asimismo, afirma que es fundamental reconocer que los mercados financieros modernos han buscado obtener cada vez mayores ganancias basados en la expectativa de un permanente aumento de los precios en ciertos sectores o de ciertos activos, un comportamiento que se convirtió "en una bestia que hay que domar antes de que amenace al sistema en su conjunto".
Para la UNCTAD, los gobiernos debieron ver igualmente que las "gigantescas burbujas" que se formaron a partir de un impulso de las especulaciones en los mercados emergentes -menciona el ruso y el chino, en particular- "no iban a explotar sin el riesgo de provocar una crisis del sistema".
En otros casos, como el de algunos países de Europa oriental, la especulación fue el resultado de la sobrevaloración de sus divisas y de una enorme desajuste entre los balances de los hogares y de las compañías, sostiene.
Por otra parte, el documento defiende que "es momento de soluciones pragmáticas, no de dogma ni de luchas ideológicas", en referencia a quienes han criticado la intervención estatal para tratar de frenar la crisis.
En ese sentido, la agencia de la ONU pone en cuestión el pensamiento económico liberal que se impuso y según el cual la innovación financiera contribuye a diversificar el riesgo porque garantiza una asignación eficiente de los recursos entre los distintos actores del mercado.
"Esto es erróneo porque no se toma en cuenta que, en cierto momento, prácticamente todos los actores -incluidas las agencias que realizan los ránking de riesgos de créditos- se infectan por la euforia de las grandes ganancias", explica.
Por ello, considera que la lección a largo plazo es que "la excesiva innovación financiera genera armas financieras de destrucción masiva", un término que toma prestado del multimillonario Warren Buffet.
Finalmente, señala que los efectos de la crisis de créditos podrían compensarse si los países de la zona Euro y Japón "reducen sus posiciones de superávit en todos los niveles y ofrecen una política de estímulo que evite una larga recesión o una depresión global".