El Senado de EEUU ha aprobado su propia versión del plan de intervención estatal de 700.000 millones de dólares, al que se han incorporado alivios fiscales y medidas de apoyo al ciudadano para ganarse a los legisladores más reticentes. Con 74 votos a favor y 25 en contra, los senadores, entre ellos los candidatos presidenciales Barack Obama y John McCain, aprobaron el proyecto, que ahora debe volver a la Cámara de Representantes. Buffett quiere hacer negocios con el Tío Sam: ofrece 7.000 millones para el plan rescate.
En una declaración escrita, el presidente George W. Bush elogió la aprobación del controvertido plan, al que calificó como "clave para la seguridad financiera de todo estadounidense".
Según Bush, la medida facilitará el acceso a crédito para la pequeña empresa, las familias y los gobiernos locales y estatales, y la Cámara de Representantes acabará apoyándola. "El pueblo estadounidense espera, y así lo exige nuestra economía, que la Cámara apruebe este buen proyecto de ley y lo envíe a mi despacho", puntualizó.
La Cámara de Representantes, que el lunes rechazó la versión original de la medida en una votación de 205-228, tiene previsto votar el salvavidas de Wall Street este viernes.
Sin embargo, no está claro si el plan logrará allí los 218 votos para su aprobación, ya que algunos demócratas conservadores, preocupados por el abultado déficit, quieren explicaciones sobre cómo se financiarán algunos de los recortes tributarios. La meta es persuadir a los 133 republicanos que hicieron que el plan naufragara el lunes. En todo caso, se requeriría el "sí" de 12 legisladores para superar la votación anterior.
Entre los senadores que dieron el "sí" al proyecto, que supone la mayor intervención estatal en la empresa privada en varias décadas, figuraron Obama, su compañero de candidatura, Joe Biden, y Hillary Clinton. El senador Edward Kennedy, que se recupera de cáncer cerebral, no estuvo presente.
Al final, 40 demócratas, 33 republicanos y el independiente Joe Lieberman votaron a favor de la medida, mientras que 9 demócratas, 15 republicanos y el independiente Bernie Sanders, lo rechazaron. Durante el debate, de casi seis horas, los senadores pintaron un panorama sombrío si se rechazaba el plan, en momentos en los que tanto los negocios como los consumidores afrontan restricciones de crédito.
Cambios en el plan
La presión ciudadana sobre los senadores ha resultado ser mucho menor que sobre los representantes, ya que todos éstos deben renovar su puesto en las urnas dentro de un mes.
Además, la nueva versión del plan de rescate contiene una medida para evitar que la clase media y los pequeños empresarios se vean afectados por el "impuesto mínimo alternativo", lo que supone, en realidad, un alivio fiscal. "La medida provocará inmediatamente la creación de cientos de miles de puestos de trabajo en Estados Unidos", dijo hoy el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid.
El texto incluye también una medida para incrementar hasta 250.000 dólares las garantías que se aplican a los depósitos que los particulares y las pequeñas empresas tienen en los bancos, en caso de que la entidad entre en quiebra. Además, incluye una cláusula sobre reducciones tributarias, una medida que, según los propios líderes políticos, podría ayudar a conseguir el voto de los republicanos.
Otra de las incorporaciones al texto es la aplicación de nuevos incentivos fiscales para la promoción de las energías renovables, y la imposición de una obligación a las compañías de seguros médicos para que cubran el tratamiento de enfermedades mentales, como lo hacen ya con las físicas.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se estuvo entrevistando con senadores demócratas y republicanos para asegurarse que votaran a favor del plan de rescate diseñado por su administración.
La Casa Blanca redobló los esfuerzos para que el fracaso no se repitiese. "Esperábamos impacientes a que el debate tuviese lugar", dijo el portavoz de la Casa Blanca Tony Fratto, quien aseguró que el nuevo plan modificado cumplía "significativamente" las exigencias de ambos partidos.
Votación en la Cámara
La votación en todo caso, tiene que pasar por la Cámara de Representantes para su aprobación. Según el líder de la mayoría en la Cámara baja, Steny Hoyer, la votación podría tener lugar el viernes al mediodía. Aunque Hoyer indicó que ha habido discusiones acerca de realizar la votación el jueves, agregó: "Mi plan es votar (...) en las últimas horas de la mañana o al principio de la tarde" el viernes.
En un comunicado, Hoyer había dicho con anterioridad: "Los miembros del liderazgo de la Cámara en ambos bandos van a hablar con nuestros colegas y, si hay apoyo mayoritario bipartidista para el paquete en elSenado, podríamos llevarlo al pleno el viernes".
Evitar el "desastre"
Los candidatos presidenciales de Estados Unidos, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, advirtieron hoy de que si el plan de rescate propuesto por la Casa Blanca para hacer frente a la crisis financiera no sale adelante será "desastroso" para el país y una "catástrofe" económica.
Obama hizo la advertencia durante un mitin en La Crosse, estado de Wisconsin, en el que reiteró que si se vuelve a rechazar el plan de rescate el país entrará en un periodo "largo y doloroso" de recesión, ya que están en juego "miles de negocios que podrían cerrarse y miles de puestos de trabajo podrían perderse".
"A los demócratas y republicanos que se han opuesto al plan les digo lo siguiente. 'Acepten el reto y hagan lo que es bueno para el país, porque el momento para actuar es ahora'", afirmó el senador Obama.
El mensaje de McCain llegó desde Independence, en el estado de Misuri, donde aseguró ante sus simpatizantes que el plan de rescate de Wall Street es "un paso decisivo en el camino correcto", y coincidió con su rival demócrata en que si la Cámara Alta lo rechaza los problemas financieros del país irán "a peor". "Si el plan vuelve a ser rechazado por el Congreso, la actual crisis se convertirá en un desastre".