El sector público español es uno de los más endeudados de la eurozona con una tasa que bordea el 100 por cien del PIB. Objeto de críticas por ese elevado pasivo, de 1,09 billones de euros según los últimos datos del Banco de España, nuestro país sorprende sin embargo si el capítulo de la deuda se aborda en términos per cápita.
En este sentido, cada ciudadano español debe por el agujero de las Administraciones un total de 23.447 euros, una cantidad sustancialmente inferior a la que adeudan franceses, italianos e incluso alemanes, cada uno de los cuales debe por su Administración casi 26.700 euros.
España, de hecho, está menos endeudada per cápita por lo que debe su sector público que nueve de los países que comparten la moneda única. Todas las grandes economías del continente cuentan con ratios más negativos que nuestro país, que no obstante ha empeorado sus registros de forma notable desde el año 2007. Entonces, con poco más de 45 millones de habitantes, cada uno de ellos debía poco más de 8.000 euros de los 370.000 millones que componían la deuda pública. A día de hoy, y después de una doble crisis económica que ha dejado severos perjuicios en toda Europa, apenas dos países -Letonia y Eslovaquia- adeudan per cápita cifras inferiores a esa cantidad.
Irlanda, la peor situada
Irlanda, en cualquier caso, se lleva la palma y encabeza la clasificación. Objeto de un rescate total en 2010, su deuda pública ha trepado hasta el 124 por ciento del PIB, una tasa que en relación a su corta población, de 4,59 millones de habitantes, deja el pasivo público per cápita cerca de los 44.000 euros. Su ventaja sobre los belgas, que son segundos de la eurozona y deben per cápita casi 39.000 euros, es sustancial. Y completa el podio Italia, campeona en casi todas las estadísticas europeas de deuda: con un pasivo en relación al PIB de más del 132 por ciento, cada uno de sus más de 60 millones de habitantes debe 35.800 euros.
¿Y Grecia? El país más azotado por la crisis de deuda desatada en 2010, rescatado hasta en tres ocasiones por FMI, socios europeos y Comisión, posee una deuda del 175 por ciento del PIB. Esa tasa solo encuentra parangón en Japón, con un pasivo público superior al 200 por cien.
Sin embargo, sus 11 millones de habitantes deben 28.313 euros cada uno. Ironías del destino, en la clasificación de toda la eurozona, aparecen situados justo por encima de Alemania, cuyo montante total de deuda supera de largo los dos billones de euros.
Los griegos, de hecho, deben 2.000 euros menos que cada uno de los franceses, 7.000 euros menos que los italianos y 15.500 euros menos que los irlandeses. Ahora bien: incluso ellos, pese a aparecer tan abajo en el ranking, adeudan 5.000 euros más que cada uno de los ciudadanos españoles.
Capacidad de pago
Ahora bien: ¿por qué la deuda es juzgada en base al PIB y no a la población? Fácil. Instituciones y organismos valoran la capacidad de pago de un país, es decir, la diversificación de su economía, su historial a la hora de pagar lo que debe, su capacidad de crecimiento y creación de empleo y su pericia a la hora de basar la actividad en sectores innovadores.
España, con un déficit elevado, un paro que aún se sitúa en el 20 por ciento, un historial cuanto menos controvertido en lo que a impagos se refiere y un modelo económico demasiado anclado en sectores de menor valor productivo, añade un resquemor más con un pasivo público por encima del billón. Esa cantidad cuesta mucho más que en, por ejemplo, Alemania.