
¿Pagaría algo más por una vivienda de más calidad, más segura, más acogedora, más accesible, más ecológica, sin humedades en las paredes, sin suelos que se agrietan, sin ventanas o puertas que apenas aislan del frío, del calor y del ruido?
Pues quiera o no debe empezar a acostumbrarse si tiene en perspectiva comprar o rehabilitar una casa a medio plazo. ¿Por qué? Porque a partir de hoy es de aplicación obligatoria parte del Código Técnico de la Edificación (CTE), aprobado por el Gobierno hace seis meses, y desde el 29 de marzo, la norma completa. Y los promotores y constructores ya han advertido que su cumplimiento elevará los costes de construcción entre el 1 y el 5 por ciento, alza que, argumentan, deberán repercutir en el precio final de la vivienda.
¿Pero qué es el CTE? "Es el avance cualitativo más importante de los últimos 30 años para la mejora de la calidad, la innovación y la sostenibilidad de la edificación", según la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo.
Requisitos mínimos para los arquitectos
En roman paladino, es un conjunto de requisitos básicos que arquitectos, promotores y constructores estarán obligados a cumplir en el diseño y la edificación de nuevos inmuebles (ya sean viviendas, escuelas, centros comerciales, polideportivos, estadios o naves y locales industriales...) o en la rehabilitación de los existentes. Esos requisitos abarcan desde la utilización de ciertos materiales a técnicas de construcción, con el fin de lograr y garanzar edificios más seguros, confortables y eficientes desde el punto de vista energético, entre otras cosas.
No obstante, muchas de las exigencias incluidas en el CTE ya se están aplicando desde hace tiempo porque así lo obligaba la normativa sobre edificación vigente. En realidad, como explican desde la Asociación de Promotores y Constructores (ACPE), el Código prácticamente se limita a ordenar y sintetizar en una única norma toda la legislación que existía sobre técnicas y requisitos básicos a cumplir por las nuevas construcciones, añadiendo algunas novedades, como medidas para ahorrar energía.
Precisamente, de la decena de documentos básicos que compone el Código, desde hoy se aplicarán de forma obligatoria los referentes a ahorro de energía, seguridad en caso de incencio y seguridad en la utilización normal del edificio. Y el resto, el 29 de marzo de 2007. No obstante, el CTE ya podía aplicarse de forma voluntaria desde su aprobación el pasado marzo.
Entonces, ¿en todas las obras se debe aplicar de forma obligatoria los tres documentos del CTE que entran en vigor hoy? Las obras para las que se hayan solicitado licencia antes de hoy, no, aunque deberán obligatoriamente comenzar en un plazo máximo de tres meses contados a partir de la concesión del visado por el ayuntamiento de turno. En caso contrario, deberán ceñirse a lo dispuesto en el Código.
Se disparan los visados de obras
Esto explica que en los últimos meses se haya disparado el número de viviendas visadas (indicador de la oferta futura), que superarán las 800.000 a finales de año. Y eso a pesar de que hay síntomas de ralentización de la demanda y de la subida de los precios. Los propios promotores han reconocido que han acelerado la solicitud de licencias de obras desde que fue aprobado el CTE, con el fin de burlar su aplicación. Pero aseguran que su intención no era ahorrarse costes, sino ganar tiempo para que a los arquitectos les dé tiempo a aprenderse la compleja y prolija norma.
Lo cierto es que las academias han encontrado un filón en los cursos que imparten sobre el CTE. El propio Ministerio de Vivienda ha firmado convenios con ayuntamientos y comunidades autónomas para difundir e informar sobre una de sus normas estrella, junto a la futura Ley del Suelo.
Subirá el precio de las viviendas
No obstante, promotores y constructores han admitido que las innovaciones tecnológicas a que obliga el Código les supondrá un coste que tendrán que trasladar al precio final de la vivienda. En consecuencia, estiman que, por efecto del CTE, la libre podría subir hasta un 5 por ciento y la protegida, hasta un 10 por ciento.
Para el PP, los promotores han encontrado así en el CTE una nueva "coartada" para elevar los precios.
Sin embargo, en su comparecencia del martes ante el Senando, Trujillo cifró en menos del 1 por ciento el encarecimiento de los pisos que provocará las nuevas exigencias de edificación. Y aseguró que ese sobrecoste no se apreciará, "en el mejor de los casos, en dos o tres años".
Además, recalcó que los ciudadanos verán compensada esa "insignificante" subida del precio del piso con una rebaja de su factura energética. El estatal Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) sitúa esa rebaja entre el 30 y el 40 por ciento.
De acuerdo con Kioto
Y es que el objetivo del documento básico de ahorro de energía es reducir el consumo de agua, electricidad y calefacción en los edificios y reducir las emisiones de dióxido de carbono (entre un 40 y un 55 por ciento, según el IDAE), para cumplir con el Protocolo de Kioto. Con este fin, el texto impone, entre otras, estas exigencias:
Primero, se deberán instalar en fachadas, cubiertas y suelos que conforman la envolvente del edificio adecuados aislamientos en función del clima de la localidad, que reduzcan tanto el consumo de calefacción en invierno como el de aire acondicionado en verano.
Segundo, se fija un procedimiento de inspección periódica de calderas y de los sistemas de aire acondicionado para paliar sus graves efectos contaminantes. Además, aprovechando que España es uno de los países que goza con mayor número de horas del sol, el documento obliga a las viviendas a obtener entre el 30 y el 70 por ciento del agua caliente a través de la instalación de placas solares.
En caso de incendio
Por su parte, el documento básido sobre seguridad en caso de incendio introduce avances técnicos para reducir el riesgo de que los usuarios de un edificio sufran daños derivados de un fuego accidental, así como pautas para evitar su propagación a otro edificio.
También se fija una franja mínima de 25 metros separando la zona edificada de bosques y campos para impedir que los fuegos forestales puedan alcanzar las viviendas.
El tercer documento básico, el de seguridad de utilización, se centra en la prevención y reducción de los riesgos de accidente de los usuarios más frecuentes en los edificios durante su uso habitual. Así por ejemplo, el material del pavimento no deberá provoca resbalones ni será discontinuo para evitar el riesgo de tropiezos y caídas.