Economía

Bruselas admite que no puede defender a sus empresas del plan de ayudas de EEUU

La CE se había limitado a dar la bienvenida al plan de Estados Unidos de intervenir con fondos públicos en la crisis y tapar los agujeros negros de su sector financiero. Nada de entrar en detalles. Pero el Ejecutivo comunitario se ha visto obligado a admitir que poco o nada puede hacer si las ayudas públicas estadounidenses terminan por distorsionar la libre y leal competencia entre las empresas de EEUU y las europeas en el mercado global.

Bruselas es incompetente para actuar si las empresas de aquella orilla del Atlántico reciben inyecciones de fondos públicos, las cuales les podrían permitir competir dopadas y con ventaja frente a las del Viejo continente.

AIG, un buen ejemplo

Tal podría ser el caso de la aseguradora AIG, que gracias a los subsidios públicos de Washington competiría con las aseguradoras europeas por todo el planeta -el mercado único europeo incluido- en condiciones mucho más favorables que si no hubiera recibido el capote público.

Según admitió este miércoles el portavoz de la liberal holandesa Neelie Kroes, comisaria europea de Competencia, Bruselas puede intervenir e incluso prohibir ayudas concedidas a empresas por los poderes públicos de los 27 países de la UE, si estos subsidios rompen la rivalidad en igualdad de condiciones. Pero su poder en materia de ayudas de Estado se limita a Europa.

Y la cooperación con las autoridades estadounidenses de defensa de la Competencia se limita a la lucha contra los cárteles -grupos de empresas que se compinchan de manera ilegal para inflar los precios y repartirse los mercados de manera artificial-; y en los análisis previos a la aprobación o veto de fusiones y otros tipos de concentraciones empresariales.

Batalla por las ayudas

Tanto Bruselas como Washington están enzarzadas en una batalla en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las ayudas públicas que han concedido a sus respectivos gigantes de la fabricación aeronáutica: Boeing y Airbus. Pero la OMC tampoco es competente para entrar en la actual crisis financiera porque carece de poder sobre las ayudas públicas en el sector servicios.

Un precedente de esta indefensión europea ante el interevencionismo estadounidense fue la situación creada tras los sangrientos atentados del 11-S en Nueva York. Washington también voló al rescate de sus aerolíneas. Las compañías aéreas europeas se consideraron en desventaja ante los subsidios recibidos por sus rivales estadounidenses, pero no lograron convencer a sus capitales para que también les ayudaran.

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