Serio y con evidente gesto de preocupación. Así comparecía ayer el presidente del Gobierno en el Palacio de la Moncloa para leer un comunicado, sin admitir preguntas, en el que pidió un giro en las políticas de la UE para recuperar el afecto de los ciudadanos.
"Ahora que estamos, por fin, saliendo de la crisis, debemos acercar la acción de la Unión Europea a las necesidades de los ciudadanos, en particular poniendo todo el énfasis en el crecimiento y en el empleo como forma de garantizar y de mejorar el Estado de Bienestar, que es uno de los fundamentos del modelo económico y social europeo".
Un llamamiento al cambio que, posteriormente, repetían como un mantra otros líderes de la UE, con la excepción de Angela Merkel, y que el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, matizó señalando que "la política económica tiene que ser creíble y para ello tiene que ser sostenible en el tiempo y combinar la reducción del déficit con el crecimiento".
Algo que, recordó el ministro, "ya se está haciendo en España", por lo que fue tajante al asegurar que ?no vamos a revisar las previsiones de crecimiento para este año -del 2,7 por ciento- y si se hiciera sería al alza, teniendo en cuenta que en el primer semestre se está creciendo ya por encima del 3 por ciento y que España no está entre los países más afectados por el Brexit. De Guindos calificó de "sobrerreación" el descalabro de los mercados y se mostró convencido de que "se irá calmando a medio y largo plazo".
Tanto De Guindos como Rajoy hicieron un llamamiento a la "serenidad y a la tranquilidad", especialmente el presidente del Gobierno, quien repitió estas palabras hasta en cinco ocasiones, y ambos aprovecharon para reiterar que "España tiene una economía con sólidos fundamentos" por lo que la situación actual de crecimiento económico y de creación de empleo, el equilibrio de las cuentas exteriores, el hecho de que España tiene ya gran parte de sus necesidades de financiación cubiertas y un sistema financiero saneado "nos permitirán soportar en condiciones de solidez las turbulencias financieras que pudiera producirse".
Rajoy aprovechó también el resultado del referéndum en el Reino Unido para, en vísperas de las elecciones en España, transmitir un mensaje de estabilidad institucional y económica y resaltar que "no son momentos para alimentar o añadir incertidumbres".
Un testigo que recogió, tras el Consejo de Ministros, el titular de Economía, quien aprovechó para apuntar que "la economía británica no se va a hundir", aunque lo que realmente le preocupa es que "se produzca un efecto dominó" por la acción de los populismos, por lo que consideró necesario tener "un Gobierno estable y con la dirección de la política económica correcta".