Economía

Europa, a punto de abrir sus fronteras a una oleada de calzado 'made in China'

Malas noticias para los fabricantes europeos de calzado, concentrados especialmente en España, Italia, Francia y Portugal. Quince de los veintisiete países de la UE quieren rebajar a partir de octubre los aranceles aduaneros con los que el Viejo continente se defiende del tsunami de zapatos producidos en China y Vietnam. Este es el resultado de una reunión mantenida en Bruselas este miércoles.

La Comisión Europea y los Gobiernos de la UE se pusieron de acuerdo en octubre de 2006 para alargar hasta octubre de 2008 unas sanciones comerciales contra la presunta competencia desleal del calzado asiático. Sanciones consistentes en imponer un arancel extra del 16,5 por ciento en el caso chino, y del 10 por ciento en el vietnamita.

El acuerdo fue complicado y a punto estuvo la UE de abrir sus fronteras ya en otoño del 2006. Mientras los países que producen calzado, como España, pedían que las sanciones se extendieran durante cinco años para proteger a sus empresas hasta 2011, los países del norte se negaban en redondo.

Estos últimos querían que sus ciudadanos pudieran comprar cuanto antes zapatos al menor precio posible. Además, los Gobiernos del norte de Europa defendían a sus empresas relacionadas con el sector del calzado que, al contrario que en el sur, no son productoras sino importadoras y distribuidoras. Y sus intereses coinciden con el de los consumidores: cuanto más barata sea la mercancía, mejor.

Sanciones durante dos años

Al final, se alcanzó el acuerdo de mantener las sanciones comerciales durante dos años: hasta primeros de octubre de este año. Ahora toca renovarlas o eliminarlas. Y según han confirmado a 'elEconomista.es' fuentes comunitarias, la Comisión Europea ha propuesto de manera informal, para tantear el ambiente, analizar la utilidad de estas medidas y la conveniencia de mantenerlas.

Quince países de la UE, entre ellos Reino Unido y los nórdicos, votaron este miércoles dar carpetazo al asunto: no estudiar nada y eliminar los aranceles con los que se castiga la presunta competencia desleal asiática. Doce países -entre ellos España, Francia, Italia o Portugal- votaron a favor de que Bruselas analice la situación, como paso previo a adoptar la decisión de mantener las barreras aduaneras.

Bruselas queda ahora en una situación complicada. Aunque todavía no ha adoptado una posición definitiva de si tirar la toalla o seguir maniobrando para intentar flexibilizar la posición de los nórdicos y mantener a raya la invasión de calzado made in China.

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