La desaceleración que afecta a la economía española, que avanzó un 3,2% el año pasado y apunta ahora a un avance menor en 2016, de aproximadamente el 2,7%, es sólo "modesta". Así lo certifica el Banco de España en el Boletín Económico relativo al mes de abril, en el que el supervisor resta importancia al menor avance del PIB porque el consumo privado sigue manteniendo un comportamiento "dinámico".
Una tesis que el organismo que preside Luis María Linde ya apuntó a principios de mes, cuando informó de que la actividad se expandió en el primer trimestre un 0,7% frente al 0,8% del último tramo de 2015. Esa cifra también es avalada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) y por el Ministerio de Economía, cuyo titular en funciones, Luis de Guindos, auguró una expansión de ese calibre. El menor ímpetu económico español es, por tanto, muy leve.
En el suave aterrizaje influye además la coyuntura exterior. La zona del euro sigue estable, lo que permite a nuestro país seguir avanzando con vigor. Pero EEUU, Reino Unido y China pierden fuelle, mientras la crisis en Brasil, donde muchas de nuestras grandes empresas tienen intereses, afecta más.
Más dinero en los hogares
El consumo privado, "posiblemente algo atenuado con respecto al final de 2015", se sigue viendo favorecido por una mayor facilidad de acceso al crédito por parte de las familias, toda vez que las entidades bancarias han "relajado" ligeramente las condiciones de acceso al mismo -los préstamos hipotecarios, de hecho, avanzan con intensidad respecto a hace un año-.
El tirón del consumo privado se ve favorecido además por el incremento de la renta en los hogares del 2,3% en tasa interanual, registro incluso superior al del último trimestre del año pasado. Así, la capacidad de financiación de los mismos "siguió siendo elevada", del 3,4% del PIB, tasa muy similar a la observada en 2015.
Entre otros aspectos, el Banco de España también destaca el mantenimiento del "tono positivo" de los indicadores de empleo al término del primer trimestre. Destaca, especialmente, el avance de la afiliación en el ámbito de los servicios, frente a la ligera contracción que vuelve a experimentar en el sector de la construcción.
Ahora bien: habrá que esperar a hoy para ver qué determina la Encuesta de Población Activa (EPA), con un mes de marzo positivo para el empleo por efecto de la Semana Santa, pero un enero y un febrero en negativo. De momento, el supervisor recuerda que en marzo la afiliación creció un 2,8% interanual y un 0,2% en tasa mensual desestacionalizada. La caída del desempleo, en tasa anual, es del 8%, tasa similar a la de los meses inmediatamente anteriores.
Todos estos factores llevan al supervisor español a hablar de "ligera moderación" del comportamiento expansivo de la actividad. En cualquier caso, el ritmo es muy superior al registrado durante la crisis, y casi dobla el que presentan las grandes economías de la zona euro. Frente al crecimiento interanual español del 3,5% de finales del año 2015, la eurozona se quedó en el 0,9%; y en el primer trimestre, el 0,7% nacional contrasta con el previsible 0,3% del euro.
La exportación sigue tirando
La relativa debilidad del euro, que registró durante los últimos meses una leve desvalorización, sigue además impulsando las exportaciones, que ahora crecen a un ritmo del 4,1% en tasa interanual.
En este sentido, el Banco de España destaca el dinamismo de las ventas al exterior de bienes de consumo duradero y de equipo, pero lo que realmente impacta de lleno en el sector exterior sigue siendo el turismo. La llegada de visitantes extranjeros creció un 13,7% hasta febrero; su gasto aumenta a un ritmo del 8%; y las pernoctaciones hoteleras de marzo, cuando se celebró la Semana Santa, avanzaron casi el 15%.
La importación, sin embargo, pierde algo de fuelle, y durante el primer trimestre avanzó el 3,9% frente al 7,3% del último trimestre de 2015.