Economía

En Israel temen una fuga de cerebros tras la aprobación de topes salariales

  • "Espero que la ley no genere una oleada de fugas de gente clave en los bancos"

La desigualdad de ingresos preocupa a la población. En países como Israel, el Gobierno ya ha tomado cartas en el asunto para intentar reducir este fenómeno económico implementando un tope salarial para los banqueros del país. Aunque la medida ha sido aplaudida por varios sectores de la población, también se teme que el capital humano más cualificado de este sector abandone su profesión o se marche a otro país con salarios más elevados.

La semana pasada, el parlamento de Israel limitó la remuneración a los ejecutivos en los bancos del país ante el auge de la preocupación por la desigualdad de los ingresos. No obstante, la nueva ley es un arma de doble filo, puesto que también podría desatar un éxodo de altos ejecutivos y ahuyentar a candidatos muy formados y con talento para tareas ejecutivas.

"Espero que la ley no genere una oleada de fugas de gente clave en los bancos", señaló el gobernador de Banco de Israel, Karnit Flug, en una conferencia de prensa en Jerusalén este domingo. "Es preferible que ese proceso sea gradual".

La ley, aprobada el 28 de marzo, limita los salarios individuales que los bancos pueden declarar como gasto deducible de impuestos hasta los 2,5 millones de shekels (655.000 dólares). Sigue siendo, no obstante, 20 veces el salario promedio israelí, pero es menos de un tercio de lo que ganaban el año pasado los máximos responsables ejecutivos de los dos bancos más grandes, Bank Hapoalim y Bank Leumi Le-Israel. Algunos han advertido que las restricciones llevarán a los ejecutivos de los bancos a migrar a sectores sin limitaciones salariales.

Flug abordó las posibles consecuencias días después de que Zion Kenan, el máximo responsable ejecutivo de Hapoalim, el banco más grande de Israel, renunciase a su puesto de trabajo. Kenan explicó que terminaba su gestión de siete años para emprender nuevos desafíos de negocios.

Mientras que las entidades financieras del mundo entero están sujetas a una mayor inspección desde la última crisis global, la legislación salarial es el último golpe a los bancos de Israel, que ya se están enfrentando a las desinversiones forzadas y una competencia más ardua.

En guerra contra la desigualdad

La desigualdad de ingresos es un tema candente desde que centenares de miles de israelíes de clase media se manifestaran en el verano de 2011 por los elevados costes de la vivienda y de la cesta de la compra, dirigiendo por momentos su ira hacia los magnates y las grandes empresas. Y es que la desigualdad de ingresos en Israel es uno de los más altos del mundo desarrollado.

Los principales banqueros en las tres entidades más grandes de Israel ya experimentaron una reducción de 35% en su remuneración desde 2010, pese a que los salarios totales y los ingresos en los bancos crecieron. Rakefet Russak-Aminoach, máximo responsable ejecutivo de Leumi, un banco que tiene activos por 107.000 millones de dólares, ganó 8,1 millones de shekels en 2015, el salario más alto de los cuatro bancos más importantes del país. Kenan de Hapoalim, con activos por 110.900 millones de dólares, fue el segundo con 7,9 millones de shekels.

A modo de comparación, Robert Wilmers, máximo responsable ejecutivo de M&T Bank con 122.800 millones de dólares, con sede en Buffalo, Nueva York, recibió un total de 3,05 millones de dólares el año pasado, incluidos salario, bonificaciones en efectivo y bonificaciones en acciones. En Unione di Banche Italiane SpA, el quinto banco más grande de Italia con activos totales de unos 117.000 millones de euros, el máximo responsable ejecutivo, Victor Massiah, ganó 1,58 millones de euros en 2015.

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