
En medio de la peor crisis financiera e inmobiliaria desde la Gran Depresión de los años 30, Robert J. Shiller se erige como el cirujano que ha conseguido diseccionar los entresijos de un acontecimiento que todavía muchos no tienen claro. El profesor de Economía de la Universidad de Yale y creador del índice de precios inmobiliarios S&P 500 Case/Shiller -junto con el también economista Karl Case- ha publicado el libro "La solución subprime".
En él analiza cuáles son los puntos de sutura necesarios para cerrar una profunda herida que todavía sangra a borbotones. Autor de otros best-sellers, como Exuberancia Irracional, Shiller concedió una entrevista a elEconomista días antes de la intervención de las firmas hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae.
¿Qué ha provocado la marea de problemas que estamos viendo en el mercado inmobiliario?
Soy un economista del comportamiento. Esta situación es producto de una burbuja especulativa y éstas son una epidemia social. Necesitamos que sean los sociólogos los que nos expliquen el por qué de estos comportamientos. Durante mucho tiempo hemos tenido la percepción de que invertir en el sector inmobiliario es una idea magnífica, ya que tenía pocas probabilidades de fallar. La gente pensaba que los precios de las casas nunca bajarían, aunque en otras partes del planeta, como Japón, sí lo hicieron anteriormente, aunque los ciudadanos intentaron omitir o bloquear esta evidencia. Esta situación se convirtió en un masiva ilusión mental.
¿Cree que los precios de la vivienda ya han tocado fondo en EEUU?
No puedo predecir precios porque elaboro el índice S&P Case/Shiller. Pero veámoslo de esta forma: los precios de la vivienda en EEUU han caído la mitad de lo que deberían caer. La última vez que estudié la situación, aún bajaban.
¿Cómo ayudarán los 300.000 millones de dólares inyectados por el Congreso al mercado hipotecario de Estados Unidos?
La Ley de Recuperación Económica e Inmobiliaria aprobada el pasado julio es muy importante, pero hay que tener en cuenta que no es una solución a largo plazo. Fue simplemente un rescate o compra por parte de las autoridades federales. Ellos no lo llaman así, pero yo sí lo hago. Aún así creo que es importante que hagamos esta clase de cosas, de lo contrario la gente podría sentirse maltratada. Cualquier economía se apoya en personas que tienen un sentido de confianza entre ellas. Mucha gente adquirió hipotecas que parecían seguras y los líderes nacionales no hicieron nada por avisar sobre los posibles peligros. Pienso que ahora es necesario comprar y ayudar a los ciudadanos. Desafortunadamente, hay más gente afectada por los acontecimientos que los que realmente se verán beneficiados por esta ley.
Los inversores que compraron activos respaldados por hipotecas 'subprime' eran muy sofisticados. ¿Por qué no vieron el riesgo que conllevaban? ¿Qué les hizo continuar fomentando esta situación?
El problema es que hasta las personas más sofisticadas pensaron que los precios de las casas no iban a caer o, al menos, no demasiado. Era una intuición que fue creciendo más y más hasta hacerse muy fuerte. ¿Por qué pensaban eso?, creo que porque no hemos visto un descalabro en los precios de la vivienda desde los tiempos de la Gran Depresión, allá por los años 30, y la gente comenzó a pensar "bueno, eso no volverá a pasar otra vez". La existencia de bancos centrales y una política gubernamental más desarrollada hicieron pensar que la situación estaba controlada, por lo que los precios no podían caer. Nadie quiere salir a la luz pública, bueno, yo sí, y afirmar que el valor de la vivienda podría caer porque eso sonaría a antisocial. Se desarrolló un convencionalismo al pensar que no había nada por lo que preocuparse. Con esta percepción de que los precios no bajan y tienden a subir, la gente comenzó a comprar e invertir sin freno, y eso es una burbuja. Es extraño que hasta la gente más inteligente no sea capaz de reconocer este patrón.
¿Cómo pueden las constructoras controlar el riesgo?
Esa es parte de mis soluciones a largo plazo. Nos gustaría que los constructores fueran capaces de controlar su riesgo. Por esta razón lanzamos un mercado en la Bolsa Mercantil de Chicago. Ahora no pasa por su mejor momento, pero confío que llegaremos a ver un significativo mercado de futuros en el que los constructores no sólo tendrán la oportunidad de controlar su riesgo, sino también una previsión futura del precio de la vivienda.
¿Por qué siempre ha tratado con cierto escepticismo la idea de "sociedad de la propiedad" que George Bush ha prodigado?
Las personas suelen ser mejores ciudadanos y se sienten mejor conectados si poseen una casa. Este sentimiento se prodiga especialmente entre las minorías, quienes sienten que son simples invitados en el país y no realmente parte de él. Cuando poseen una parte del terreno, se sienten mejor consigo mismos. Sin embargo, el lado oscuro de esta situación es que quizás se ha llevado este sentimiento demasiado lejos porque comenzamos a colocar a la gente en casas de las que serían desahuciados posteriormente y eso no es una buena experiencia.
¿Ha escuchado algún tipo de propuesta interesante por parte de Barack Obama o John McCain para solventar la crisis?
Ambos han apoyado la Ley de Rescate Inmobiliario, incluso McCain, cuando la mayor parte de los republicanos no se mostraron convencidos. Esa parece ser la línea de defensa ahora mismo y una vez aprobada, la preocupación de los candidatos ha pasado a un segundo plano. Los dos tienen otras propuestas interesantes. Por un lado, McCain quiere recortar los impuestos sobre los beneficios corporativos, algo que fomentará la productividad. Ésta es una política que podría ser muy beneficiosa. Por su parte, Obama habla sobre un posible nuevo estímulo para la economía. Esto pone de manifiesto que los dos candidatos se preocupan por este tipo de cosas. Tengo la esperanza que cualquiera que salga elegido pensará más detenidamente sobre lo que está ocurriendo tras las elecciones.
¿Se puede vincular la crisis subprime con los problemas en los mercados discutidos en su libro "Exuberancia Irracional"?
Bueno, realmente hemos tenido entre dos y tres burbujas. Tuvimos una burbuja en Wall Street durante los 90. A ella le siguió de cerca una burbuja en el sector inmobiliario. Después vino otra en las materias primas, sobre todo en el petróleo. Pero la pregunta reside en cuál es la relación entre ellas. Todas han tenido lugar en un momento de la historia en el que estamos exaltando el capitalismo, y en un momento en el que creemos que éste produce un enorme crecimiento económico, que lo hace. Esto nos ha llevado a desarrollar una mentalidad especulativa. Creo que la burbuja de los 90 cambió la forma en que la gente se veía a sí misma con respecto a otros, algo que provocó que comenzaran a verse cada vez más como inversores. No es una sorpresa que la burbuja inmobiliaria llegase cuando llegó. Es la psicología lo que dirige estas situaciones y la psicología no es lógica.
Entonces, ¿son las crisis y las burbujas evitables o forman parte de los ciclos económicos?
Ciertamente son parte de los ciclos económicos, y cuando tenemos una economía que da vía libre a la gente para hacer lo que quiera, van a ocurrir cosas tan divertidas como las que están ocurriendo. Al fin y al cabo, las burbujas no son el fin del mundo. Conseguimos capearlas y últimamente tener un sistema con un sector financiero desarrollado consigue orientarnos al crecimiento económico. Eso sí, en la otra cara de la moneda hay que reconocer que las burbujas implican algunos costes. Lo que hemos visto en varios países, incluido España, es que se ha producido un descomunal incremento de la construcción mientras los precios se disparaban. Con este panorama, sus economías se sobrecargaron durante un tiempo y ahora estamos viendo el lado oscuro de ello. No es una situación ideal. La cuestión es si podemos reducir la incidencia de las burbujas, y creo que podemos. El desarrollo financiero es la mejor ruta porque no queremos inhibir los mercados, queremos desarrollarlos más allá, junto con las instituciones, para probar que la protección natural del capitalismo está ahí.
Usted hace referencia a España y otros países del mundo y describe la crisis financiera como un evento global. ¿Cómo puede, entonces, EEUU coordinar una solución con otras naciones?
Existen propuestas a largo plazo que son difíciles de implantar y necesitarán un amplio desarrollo para llevarse a cabo. No es como si existiera una solución inmediata a la recesión global que podríamos estar sufriendo. Tenemos algunas herramientas que ya se están usando potencialmente, como la política monetaria. Sin embargo, ésta puede verse inhibida por factores como una elevada inflación durante el proceso, entonces, estamos en una situación diferente. Me gustaría que se tomase esta oportunidad para realizar un progreso fundamental. Normalmente la innovación, especialmente en finanzas, es difícil de lograr porque tenemos muchas formas de hacer cosas que están engranadas, tenemos regulaciones que están ahí con un buen propósito, pero que hacen difícil cambiar las cosas. Por este motivo, cualquier crisis es una oportunidad para cambiar y pienso que es así como deberíamos ver esta situación.
¿Plantea un problema moral que la Reserva Federal rescate entidades financieras como Bear Stearns?
Es una cuestión muy interesante. Bear Stearns es una compañía de inversión, no es un banco, y el sistema de la Reserva Federal está diseñado sólo para lidiar con bancos. El problema reside en los derroteros que ha tomado nuestra economía. Ahora hay más instituciones financieras que tienen el tipo de inestabilidades que los bancos solían tener, por lo que creo que la Fed debería aumentar sus funciones. Sin embargo, una vez más debemos pensar qué podemos hacer para solventar esta inestabilidad. Debemos revisar la Ley de Bancarrota estadounidense para que sus medidas tengan más en cuenta los intereses del público. Ahora mismo, los tribunales de bancarrota hubieran cerrado Bear Stearns y eso hubiera tenido grandes repercusiones.
En medio de esta crisis, ¿cree que Alan Greenspan se merece asumir alguna culpa de lo ocurrido?
Creo que actuó correctamente casi todo el tiempo. En 1987 intentó blindar a los mercados financieros del colapso tras el crash de 1987 y después de 1998 hizo todo lo que estuvo en su mano para que EEUU no se contagiase de la crisis rusa de bonos. Desde este punto de vista su trabajo fue bueno. El problema es que cuando haces eso repetidamente y desarrollas cierta inmunidad, la gente comienza a creer que nada malo puede pasar y es cuando las burbujas comienzan a formarse. Greenspan nunca hizo referencia a una burbuja inmobiliaria, no hizo ningún tipo de reconocimiento hasta que los precios ya se habían comenzado a hundir.