El gigante asiático relajará las restricciones a la inversión extranjera en servicios y manufacturas para atraer capital
La economía China vuelve a mostrar síntomas de haber echado el freno. Un buen ejemplo lo tenemos en el último dato de producción industrial publicado por el gigante asiático. Esta variable creció un 5,4 por ciento interanual en los dos primeros meses del año, en lo que supone su menor ritmo desde 2002. A este dato se suman la ralentización de las ventas y de la inversión al por menor en el mismo periodo.
De acuerdo con los indicadores publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas china, las ventas del comercio minorista crecieron, pero a una intensidad menor. En total, la facturación del sector alcanzó los 5,29 billones de yuanes (727.600 millones de euros). Mientras, la inversión en activos fijos repuntó un 10,2 por ciento interanual hasta los 3,8 billones de yuanes (536.500 millones de euros), en lo que supone uno de los registros más bajos en lo que va de siglo.
Con el claro objetivo de captar capital extranjero, el gobierno chino pretende relajar las restricciones a la inversión extranjera en el sector servicios y las manufacturas. El ministro de Comercio chino, Gao Hucheng anunció el pasado fin de semana que confía en alcanzar acuerdos de inversión bilaterales con la Unión Europea (UE) y Estados Unidos ?tan pronto como sea posible?. La inversión extranjera en China ascendió a 126.000 millones de dólares en 2015 -excluyendo el sector financiero-, con un aumento interanual del 5,3 por ciento.
Este anunció coincide con otro compromiso lanzado estos días desde Pekín. Su Ejecutivo se ha mostrado dispuesto a ceder parte de su control sobre las empresas estatales este año y a avanzar, así, en la reforma del sector corporativo público, para dar paso a formas mixtas de propiedad.