La inflación se le escapó de las manos al Gobierno de Nicolás Maduro: con el 180,9 por ciento en 2015, Venezuela es la reina de planeta en el alza de los precios de bienes y servicios. Eso dicen los datos oficiales. Para 2016, el Fondo Monetario Internacional ya prevé al menos el 700 por ciento de inflación.
Con los bolsillos magullados, los venezolanos han pasado una semana de anuncios económicos cuyos resultados pueden ser impredecibles. El miércoles pasado, Maduro notificó un incremento de precio de la gasolina -el primero en 20 años- del 1.000 por ciento para la de menor octanaje y del 6.000 por ciento para la mayor. Con el litro de gasolina más caro en seis bolívares, el combustible venezolano sigue siendo el más barato del mundo, si se toma en cuenta que en el mercado negro el dólar se cotiza a más de 1.000 bolívares.
Legado envenenado
Más de 750.000 millones de dólares (unos 674.000 millones de euros) ingresaron al país entre 2004 y 2014, pero el ahorro y la inversión no fueron prioridad. En cambio, el gasto social y el déficit crecieron a la par de la dependencia del petróleo. El derroche de petrodólares y el boom del consumo, que tuvieron su máximo apogeo entre 2004 y 2008 e impulsaron la popularidad del fallecido presidente Hugo Chávez, dieron paso a la escasez de productos de primera necesidad, las largas filas en los supermercados y el aumento descontrolado de precios.
El modelo económico de Chávez, basado en los controles de divisas y precios, la expropiación de tierras y empresas y el favorecimiento de las importaciones, asfixiaron al sector productivo privado, ahora casi paralizado y sumido en deudas contraídas en dólares que el Gobierno -que controla el acceso a moneda extranjera- ya no tiene dinero para honrar.
De la exportación petrolera provienen 95 de cada 100 dólares que percibe Venezuela y el desplome de los precios del crudo ha hecho que en el último año los ingresos nacionales disminuyeron en cerca del 70 por ciento.
El déficit, calculado en el 20 por ciento del Producto Interior Bruto, se agiganta frente a un Estado con más de 30 ministerios, decenas de programas sociales, un fuerte subsidio a los combustibles y alimentos y una deuda que va en ascenso.
En sus casi tres años de Gobierno, Maduro ha insistido en que la derecha y la burguesía lo han sometido a una ?guerra económica?, de acaparamiento de productos y especulación en los precios. Hizo más estrictas las sanciones para quienes no vendieran a ?precios justos?, montantes que muchas veces están por debajo del coste de producción de los artículos. También enmarañó el sistema cambiario -existen al menos cuatro tipos de cambio-, sobre el que ya habían advertido exministros de Chávez y hasta una expresidenta del Banco Central que era el factor principal para la sangría de dólares sufrida por el país.
A través de mecanismos como empresas fantasmas que accedían a divisas a precios preferenciales e importaciones fraudulentas, entre otros, los exfuncionarios calcularon que el país ha perdido 300.000 millones de dólares (unos 269.000 millones de euros).
La corrupción llegó incluso al sistema ideado por Chávez para distribuir alimentos a precios regulados entre los pobres. Ahora las autoridades de esas cadenas están detenidos, acusados de extraer y vender los productos con sobreprecios, y Maduro anunció la reestructuración del mecanismo.
Medidas tardías
Pese a encadenar al menos ocho trimestres de desplome del PIB, Maduro se resiste a cambiar el rumbo marcado por Chávez. Pero la caída de precio del petróleo lo ha obligado a dar tímidos pasos, aunque aún sin un rumbo definido.
Empezó la semana pasada con la remodelación del ministro de Economía -nombrado apenas 39 días antes-, a quien había encargado el manejo de la emergencia económica. Dos días después encareció la gasolina y anunció la devaluación del bolívar en un 58,7 por ciento en la tasa de cambio preferencial, que sólo se usa para importaciones de artículos básicos hechas por el Gobierno. El aumento del salario mínimo en un 20 por ciento se queda corto frente al ritmo de aumento de la inflación, que para enero se calcula en un 34 por ciento.
Situación desesperada
Los analistas coinciden en que las medidas son insuficientes; calculan que el nuevo precio de la gasolina no será suficiente para cubrir el déficit de Petróleos de Venezuela. Maduro reconoció en su alocución que el coste de producción del combustible supera el de venta. ?A Pdvsa se le obliga a rematar casi el 88 por ciento de sus divisas. Los bolívares que recauda no le alcanzan para pagar sus deudas y cubrir sus obligaciones con el fisco?, dijo Víctor Álvarez, economista y ex ministro de Comercio de Chávez.
Los ingresos extra por la gasolina irán al fondo de programas sociales y no a las arcas de la petrolera. Mientras, el déficit crece, las reservas internacionales han mermado a la mitad desde 2012 y aumenta el riesgo de impago de la deuda.
El consumo de alimentos cae un 20%
El consumo en los hogares venezolanos ha caído por la reducción de los ingresos y el desabastecimiento. Luis Pedro España, director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, calcula el desplome en al menos el 70 por ciento, y en alimentos llegaría al 20 por ciento. ?No es una crisis pasajera: nos afecta no sólo la recesión, sino el problema de la escasez porque se redujo la producción nacional?, explica este experto. El aumento de precios de la gasolina históricamente ha causado problemas sociales en el país. En 1989 fue el detonador del Caracazo, una explosión social que dejó saqueos y decenas de muertos por la represión policial. Esta vez, a la población más pobre la coge desprevenida, asegura España. ?Los encuentra sin ningún mecanismo de compensación social ni de defensa de su consumo?. Señala que hay una fuerte tensión social y conatos violentos en las largas filas para comprar alimentos y medicinas, pero la población se cuida de iniciar protestas. ?Hay miedo y un componente de control social represivo por parte de policías, militares o cuerpos parapoliciales. Pero no se están acostumbrando, eso se notó en las elecciones parlamentarias y se muestra en los estudios de opinión. Están actuando a través de canales institucionales?.