
Cuando al leer que Holanda es la nación del mundo que más trabajadores está contratando, es posible que a varios miles de parados españoles les entren ganas de salir corriendo hacia el primer avión que encuentren con destino a la tierra de los tulipanes. Sin embargo, tras los indiscutibles buenos números sobre empleos creados, según datos de Global Snapchot, no es oro todo lo que reluce. Hay una 'cara B' que, a menudo, queda fuera de los focos informativos y que conviene tener en cuenta: la calidad del trabajo que genera el país, sobre todo para extranjeros sin dominio de la lengua local ni cualificación. El mayor peligro, las 'nóminas negativas'.
Dos españoles que acudieron a Holanda a trabajar, atraídos por su abundante oferta, hablan -desde la experiencia- del panorama que se encontraron a su llegada. Ambos coinciden en la dureza de las condiciones con las que les tocó lidiar. Sin embargo, mientras uno desaconseja por completo emprender la aventura, otra suelta un "depende" que tiene mucho de huida hacia adelante, teniendo en cuenta el mercado laboral español que dejó a sus espaldas.
Alicia y Miguel
"En el mercado laboral holandés mandan las ETT's, no las empresas". Es lo primero que Alicia V, valenciana de 23 años que lleva dos encadenando trabajos de distinto tipo en Holanda, siempre a través de empresas de trabajo temporal, quiere dejar claro. Alicia llegó a Holanda a través de una oferta en el portal Infojobs: "Me inscribí y me llamaron al poco tiempo. Me pusieron en contacto con una ETT con oficina en Zaragoza, Synergie. Ellos no sabían mucho de la oferta, y me comunicaron con otra ETT, Temporales, la que contacta con las ETT's holandesas. Un enlace de Temporales, medio holandés medio español y que vive en Holanda, fue quien me entrevistó por Skype y me ofreció tres tipos de trabajo en diferentes sitios, con casa incluida. De esas tres opciones elegí Schiedam, una ciudad cerca de Rotterdam, donde trabajaría en una empresa internacional de frutas y verduras, The Greenery".
La aventura holandesa de Miguel Ch, diplomado gaditano de 26 años que en España sólo había logrado trabajos precarios incluso sin contrato, comenzó de forma parecida: en noviembre de 2015, un anuncio en EURES ofertando trabajo en grandes fábricas y almacenes holandeses cogiendo pedidos, preparando paquetes o envasando frutas. La oferta era para menores de 30 años con disponibilidad horaria total y dispuestos a cambiar de residencia una vez en Holanda. Con que tuvieran conocimientos básicos de inglés era suficiente. Al final, a Miguel quien le acabó entrevistando para el trabajo fue una persona de Trabajar en Holanda, empresa que lleva cinco años reclutando españoles. La entrevista, por Skype, se realizó en español y, de inmediato, recibió la calificación de persona idónea y un precontrato de 0 horas en el almacén de DocData (una especie de Amazon local) preparando pedidos, pero a través de la ETT T&S Flexwerk, su verdadero empleador. A Miguel le prometieron, de forma no vinculante, entre 35 y 40 horas de trabajo semanales. En solo una semana, Miguel había logrado trabajo en Holanda.
En ambos casos cabe destacar que son reclutadores de mano de obra, los cuales reciben una comisión por cada español que envían o colocan en Holanda, quienes los seleccionan. Según Miguel, ese es uno de los motivos por los que muchas de las personas que llegan al país no cumplen con los requisitos que piden las ETT's en origen, "aunque una vez allí les vale cualquier cosa", y también que muchos lleguen al país con promesas de muchas cosas que luego no son verdad.
No comparte el punto de vista de Miguel Henk van Soest, uno de los socios de Trabajar en Holanda, quien traslada cualquier responsabilidad sobre cambios hacia las ETT's con las que finalmente se firman los contratos, al tiempo que indica que la gente que ellos envían a los Países Bajos siempre pueden solicitar su ayuda en caso de que se encuentren con cualquier tipo de problema.
La llegada
Sea de quien sea la culpa, de promesas incumplidas y realidades diferentes a las esperadas, tanto Alicia como Miguel supieron mucho en su periplo holandés desde el mismo día de su llegada al país. "Cuando llegué a Schiedam iba a trabajar a una empresa cerca de donde viviría, pero el 'proyecto' -es así como lo llaman- se canceló. Inmediatamente el enlace de Temporales nos consiguió otro, aunque estaba en Breda, a 40 minutos en coche. Ese fue mi primer trabajo, luego he tenido 7 más, la mayoría gracias a la ETT Temporales", afirma Alicia. Por su parte, Miguel tuvo peor entrada: "Llego a mediados de noviembre al aeropuerto de Eindhoven, donde me recoge un chófer polaco, que solo hablaba polaco, y me conduce a una residencia/albergue perdida en un bosque, a unos 5 kilómetros del pueblo más cercano y a 30 kilómetros de mi supuesto lugar de trabajo". La ETT se encarga de encontrar alojamiento a los trabajadores. "Se suponía que yo iba a residir en un chalet adosado que compartiría con otros tres españoles pero acabé en un albergue sucio y alejado de cualquier parte, en el que se alojaban entre 60 y 70 personas, la mayoría polacas y rumanas, y donde compartía una minúscula habitación con tres más. El precio, 400 euros mensuales."
Obviando el tema de la vivienda -Alicia estuvo a punto de acabar en un camping nada más llegar a Holanda-, lo peor para Miguel fue que en su primera semana de estancia en Holanda, y pese a que se le urgió a llegar al país para incorporarse a su puesto en DocData, durante su primera semana de estancia allí no le dieron ni una hora de trabajo, mientras sí generaba gastos.
Nóminas negativas
A Miguel, en Madrid, le prometieron que cobraría 8,70 euros por hora y que tendría unas 35-40 horas semanales de trabajo, aunque todo ello con un contrato de 0 horas, el cual no compromete a la ETT realmente a nada. Según sus cálculos, tras descontar el alquiler de la vivienda, lo que debía pagar para que lo llevaran al trabajo (100 euros), el seguro médico (100 euros) y otros gastos y retenciones, podría ahorrar 800 euros mensuales. Como en su primera semana en Holanda no le dieron trabajo, la aventura holandesa de M. arrancó en números rojos. Por su parte, el sueldo de Alicia en su primer proyecto, como menor de 23 años que era -en Holanda los jóvenes cobran menos-, no pasó de 4,62 euros la hora. Más allá de la diferencia de sueldo de unos u otros trabajos, o incluso del que se da por causa de la edad, y las duras condiciones laborales, ambos coinciden en señalar en que la falta de horas de trabajo es el principal problema que se encuentran los españoles al llegar a Holanda, puesto que es habitual tener un contrato de 0 horas, que los dejan totalmente indefensos, a expensas de los que la ETT de turno les quiera o pueda ofrecer. A los menores de 23 años la ley holandesa al menos les garantiza un mínimo de 25 horas de trabajo semanales, para los mayores de esa edad no hay garantía alguna.
Tal es la envergadura del problema de la falta de horas de trabajo que tanto Alicia como Miguel hablan de muchos casos de nóminas negativas. Esto es, al final del mes, a la hora de cobrar, hay trabajadores que deben dinero a la ETT para la que trabajan, la cual gestiona el pago de la residencia donde habitan y les facilita y cobra el transporte al trabajo. Tras esa primera semana sin que le asignaran trabajo, a Miguel le avisaron de que había generado una nómina negativa de 250 euros. Durante su semana de infructuosa espera, Miguel recabó de fuentes de primera mano mucha información sobre el funcionamiento de su ETT y, de manera no oficial, también se enteró de que tampoco le habían asignado trabajo en la siguiente semana.
Junto a otro compañero, Miguel terminó huyendo una noche, bosque a través, dejando atrás lo que debía, su "horrible" residencia y su primer empleo holandés, en el que ni tan sólo llegó a estrenarse. No quería ser uno más de los trabajadores que dice haber conocido con deudas con la empresa de hasta 600 euros y que sólo trabajaban con la esperanza de cancelarlas y poder marcharse. "Alguno tuvo que pedir adelantos de salario porque no tenían dinero ni para comer". Sobre el que fuera su empleador, T&S, lanza acusaciones muy serias: "Los trabajadores somos un gran negocio para esta ETT".
Por otra parte, en las nóminas holandesas se retienen dos porcentajes: el dinero de vacaciones y otro para cuando se abandona efectivamente la empresa. Para cobrar ese dinero, que muchos nunca reclaman por desconocimiento, es posible que se pongan trabas. Sobre este asunto Alicia es ya una experta: tras su paso por siete empresas distintas, ha denunciado -sin suerte- a más de una por no entregárselo. Ella, como tantos otros, habla directamente de estafa.
Derechos laborales
En materia de derechos laborales, los contratos de 0 horas que son los que firman muchos de los españoles que llegan a Holanda para ocupar empleos no cualificados dejan bastante que desear: "Las vacaciones son difíciles que te las den y con las bajas por enfermedad hay que tener cuidado. Aquí sólo les importa que estés disponible para trabajar; si ven que te pones muchas veces enfermo, te echan sin pensarlo", cuenta Alicia. "En cuanto a los horarios, si bien en algunos empleos pueden ser fijos, lo normal es que te puedan llamar incluso el mismo día para saber si trabajas o no. Se suele exigir disponibilidad horaria total, incluso por la noche, y disponibilidad total para cambiar de empresa y de localidad de residencia de forma inmediata y en función de las necesidades del empleador. Por supuesto, de lunes a domingo, aunque la hora del fin de semana al menos se paga más".
Distintos testimonios recabados por este periódico indican que cualquier desacuerdo con la empresa, y cabe recordar que en la casi totalidad de casos ésta tiene una relación directa con el casero del trabajador, supone un 'castigo' casi seguro en forma de no asignación de horas de trabajo.
La huida nocturna de Miguel acabó con sus huesos en la ciudad alemana de Düsselfdorf, donde encontró refugio en casa de unos familiares y donde actualmente trata de abrirse camino. Según él, en Alemania las ETT's, reinas también en este tipo de contrataciones, están mucho más controladas por el Estado y las condiciones laborales que se ofrecen a trabajadores extranjeros sin cualificación son mejores.
Sobre este particular, desde la embajada de los Países Bajos en Madrid refutan la apreciación de Miguel. Su consejera de asuntos económicos y comerciales, Patricia van Bentum, defiende el fuerte control que el sistema de inspección laboral holandés ejerce sobre el funcionamiento de las ETT's que operan en el país y afirma que el trabajo que se ofrece a extranjeros en Holanda es digno, al tiempo que considera fundamental fomentar la movilidad laboral de trabajadores entre los distintos socios europeos, tema clave, según ella, de la presidencia rotatoria de la UE que actualmente ostentan los Países Bajos junto a Eslovaquia y Malta. "La transparencia y la búsqueda de unas reglas de juego iguales para todos, con unos mínimos que garanticen un trabajo digno, han sido siempre defendidos con firmeza desde Holanda". En este sentido, el Estado holandés tiene editado un completo documento informativo -también en español- con todo lo que un expatriado laboral necesita saber para desenvolverse con seguridad en el país.
Curiosamente, y pese a lo vivido, Miguel no demoniza los contratos de 0 horas: "Usados de buena fe pueden dar mucha vitalidad al mercado laboral, pero me temo que Holanda los está usando para 'capitalizar la inmigración'. Lo que quiero decir es que los usan para, legalmente, encauzar a los trabajadores inmigrantes a los trabajos que los holandeses rechazan y, a la vez, para sacar partido de ello. En Holanda saben la complicada situación por la que estamos pasando los españoles y se aprovechan de ello". Por su parte, tampoco Alicia habla mal de los contratos de 0 horas, si bien cree que están pensados para estudiantes.
Cada vez, más españoles
La todavía precaria situación del mercado laboral español y el efecto llamada, así como estudios como el anteriormente citado de Global Snapchot sobre la fortaleza del empleo en Holanda, está haciendo que el número de españoles que están llegando a Holanda para emplearse como mano de obra no cualificada haya aumentado significativamente en el último año. También el hecho de que en países del este e Europa como Polonia, habitual exportador de mano de obra al mercado holandés, se estén mejorando los salarios ha contribuido a que los españoles tengan más oportunidades en los Países Bajos, apuntan desde Trabajar en Holanda, empresa que en 2015 encontró trabajo a unos 150 españoles en tierras holandesas.
"Cuando llegué a Holanda en 2014 no había muchos españoles. Pero cada vez vienen más. Conozco varios proyectos donde hay muchísimos, hasta 70 o así. Por eso ya no ponen casas para el alojamiento, sino campings o barracones para esos proyectos", indica Alicia, quien también habla de un creciente número de reclutadores que viven de traer gente de España y conectarlas con las ETT's holandesas. Miguel destaca que los españoles tienen fama de buenos trabajadores y que, en comparación con gente de otras nacionalidades que ocupan puestos similares, no son problemáticos.
Tal es el flujo ascendente de mano de obra española hacia Holanda que una de las ETTs más activas en cuanto a colocar a españoles allí, la ya citada T&S Flexwerk, acaba de abrir oficina propia cerca de la madrileña plaza de España, en dos semanas lanzará una versión en español de su página web y asegura que acaba de contratar españoles para que hagan las labores de recibimiento e intermediación una vez que el trabajador español llega a Holanda. Según Michotte Lauwaar, portavoz de esta ETT, en 2015 dieron empleo a entre 400 y 500 españoles y prevén un buen 2016: "Nuestras perspectivas de crecimiento siempre están ligadas al crecimiento económico holandés y, en ese sentido, esperamos un buen año". Llegado a este punto, cabe señalar que T&S Flexwerk es la ETT que más quejas de españoles reúne, aunque es también la que más volumen de trabajadores maneja. En este sentido, Lauwaar asegura: "Las quejas forman parte del pasado porque hemos hecho muchas mejoras desde el pasado verano. Casi todas ellas están destinadas a mejorar nuestra comunicación y comprender mejor la cultura española, que es muy diferente a la de los países del este de Europa, que fueron nuestros primeros mercados". Desde Trabajar en Holanda dicen haber suspendido su colaboración con T&S hasta comprobar que, efectivamente, esta ETT mejora sus servicios.
Aunque, como decimos, el número de españoles en Holanda aumenta, tanto Alicia como Miguel coinciden en que la mayoría de trabajadores que llenan los proyectos holandeses para personal sin cualificación, "en torno al 80% como mínimo", son polacos y de países de la Europa del Este como Eslovaquia, República Checa, Hungría y Rumanía. Alicia dice haber aprendido más polaco que holandés en los dos años que lleva encadenando distintas ocupaciones.
Futuro
Pese a que coinciden en la crítica al sistema holandés de contratos precarios copado por las ETT's, y a las condiciones de alojamiento que éstas les ofrecen y para el que el sistema no ofrece prácticamente alternativas, Alicia y Miguel han decidido seguir caminos diferentes. Ella apuesta por perseverar y está convencida de que, con la experiencia que atesora conseguirá subir un escalón en el mercado laboral holandés, el mismo que le permitiría tener su propia casa en alquiler, un sueldo con el que hacer algo más de sobrevivir y un estatus más cercano al de un "ciudadano de primera". Por su parte, él tiene claro que su futuro laboral se lo labrará en Alemania y desaconseja con todas sus fuerzas la opción holandesa.
"Quiero sacarme el carnet de conducir para facilitarme la búsqueda de trabajo, aprender holandés bien y poder encontrar un trabajo bueno aquí, ya que en todos los que he estado no me ha dado para ahorrar mucho y lo que he podido ahorrar me lo he tenido que gastar en alquilar casas y buscar inscripciones, para más tarde no poder pagar por las pocas horas que he hecho. No he tenido mucha suerte, la verdad, pero por lo menos me llevo la experiencia, que no ha sido poca, los idiomas que he aprendido, la gente y los conocimientos que he recibido de todos y cada uno de los trabajos que he realizado, ya sea un fábricas de fruta y verdura, fabricas de chocolate, invernaderos, almacenes, fabricas de bicis o fabricas de carne", asegura Alicia.
En cuando a si recomendarían la experiencia a otros españoles, Alicia dice que sí, aunque no a todos. "Hay que saber a lo que te expones. He conocido a gente que ha llegado, ha visto las condiciones y se ha vuelto el mismo día a España. Y no pocas personas... Yo repetiría, pero no sin antes informarme de todo bien, ahora que conozco como funciona. Hay ETT's por las que por nada en el mundo vendría, como T&S, pero otras como Interactief en las que el trato ha sido bastante mejor. Hay que preguntar y estar informado siempre antes de lanzarte. Pero claro, yo eso lo sé por experiencia propia".
Por su parte, lo que recomienda Miguel es desconfiar de las cosas que a simple vista parecen fáciles "porque normalmente tienen trampa. Por muy mal que estén las cosas, por muy mal que lo estén pasando, las personas de generaciones anteriores lucharon muchísimo para garantizarnos unos derechos laborales dignos que no deben ser pisoteados por nadie".
En cualquier caso, tanto la embajada de Holanda en España, empresas intermediarias como Trabajar en Holanda, ETT's como T&S y trabajadores que hablan desde su propia experiencia, destacan que lo más importante que deben tener en cuenta aquellos españoles que se planteen una nueva vida laboral en tierras holandesas como trabajadores sin cualificación es dar ese paso teniendo la mayor cantidad de información posible, conocer los puntos donde se puede reclamar o acudir ante cualquier problema o imprevisto -lo cual evita la indefensión ante la que muchos se encuentran- y huir de los contratos de 0 horas como del mismo diablo, al menos para dar el salto a Holanda, si uno quiere evitar el fantasma de las 'nóminas negativas' que ha atrapado a más de un trabajador español.
Dejando a un lado la mano de obra no cualificada, Holanda es un país en el que profesionales españoles como dentistas o ingenieros son muy apreciados, aunque ellos juegan en otra división. Un dentista extranjero cobra 3.000 euros brutos al mes durante su primer año en el país, para luego igualar su sueldo al de un holandés. Además, reciben un curso obligatorio de neerlandés de cinco meses.
Holanda tiene un déficit de entre 250-300 dentistas al año, según Trabajar en Holanda. Por otra parte, la zona de Eindhoven, casa de la multinacional Philips, presenta una demanda constante de ingenieros, señalan desde la embajada de Países Bajos.