
EURUSD
07:25:02
1,1244

+0,0014pts
Tenía que ser septiembre. El noveno mes del ejercicio llega otra vez con un regalo envenenado para el Banco Central Europeo (BCE). Lo hace en forma de un examen de los denominados hueso. Como el que ya pasó hace un año. Entonces, en un momento en que la crisis financiera empezaba a mostrar sus garras, se vio en el dilema de elegir entre seguir adelante con la subida de los tipos de interés o posponer dicha medida. El BoE mantiene los tipos de interés en el 5%.
Doce meses después tampoco parece probable que modifiquen los intereses en la reunión que celebra en su cuartel general de Fráncfort. Pero ésta no es la reválida a la que se enfrentará la institución, ya que el mercado da por hecho que los tipos permanecerán en el 4,25% en el que se encuentran desde el pasado 3 de julio.
El verdadero desafío tendrá que ver con lo que pueda decir el presidente de la entidad, el francés Jean-Claude Trichet, sobre el futuro de los intereses. El panorama económico y financiero de la región ha sufrido cambios de suficiente enjundia en el último mes como para que el BCE considere un cambio de estrategia. Si lo hace o no, dependerá de cómo responda a las preguntas de las que consta su examen de septiembre:
1. Aunque la inflación siempre es la prioridad del BCE, ¿cuál es su visión actual sobre los precios tras la caída del petróleo?
La paciencia mostrada por la entidad en septiembre de 2007 se acabó el pasado 5 de junio. Ese día adelantó sus intenciones de retomar los repuntes de los tipos de interés. Dicho propósito se convirtió en realidad el 3 de julio, cuando los incrementó hasta el 4,25%. Actuó así para combatir las presiones inflacionistas, después de que en junio los precios hubieran repuntado a una tasa interanual del 4%, la más alta desde la constitución de la unión monetaria. Más aún, un nivel que duplicaba el objetivo de la entidad, consistente en mantener los precios por debajo pero cerca del 2%.
Además de que su objetivo estatutario, que pasa por garantizar la estabilidad de la inflación a medio plazo, se encontraba en peligro, Trichet y sus colegas temían el impacto que las altas cotas de inflación podrían provocar sobre las expectativas de los agentes sociales y los salarios. O lo que es lo mismo, el fantasma de la siempre peligrosa aparición de la espiral salarios-precios atemorizaba a la institución. De ahí que el BCE elevara los tipos, por aquello de que la mejor defensa es un buen ataque.
Ahora, sin embargo, las condiciones han cambiado. Y a este escenario será al que deberá dar respuesta Trichet. Sobre todo, por la brusca corrección del crudo. Desde los máximos marcados por el barril Brent el 11 de julio, en los 147,5 dólares, ha caído ya un 27,6 %, hasta los 106,7 dólares, un porcentaje que se sitúa en el 8,8% desde la reunión de agosto.
Este descenso permitió que, según el dato provisional facilitado por Eurostat, la inflación se frenara durante el último mes hasta el 3,8%, desde el 4,1% de julio. Y ante esta evolución, la entidad deberá resolver si suaviza su lenguaje antiinflacionista. Los analistas, sin embargo, tampoco esperan cambios sustanciales al respecto. "Mantendrá un sesgo inflacionista, aunque sólo sea por no desdecirse de sus últimas actuaciones", afirma Virginia Romero, de Ahorro Corporación.
2. Sr. Trichet, usted ha sostenido en los últimos meses que el crecimiento de la región era "sólido". ¿Cómo encaja este convencimiento con el profundo frenazo de la actividad económica en los últimos meses?
Si la previsible moderación de la inflación aún no parece suficiente para el BCE, la entidad tal vez podría relajar su discurso por el frenazo de la actividad económica. Pese a que el banco ha afirmado en sus últimas citas que el crecimiento de la región permanecía "sólido", los datos no dicen lo mismo. Así, entre abril y junio la economía se ha contraído un 0,2% con respecto al trimestre anterior, el primer descenso registrado desde el nacimiento de la eurozona.
La situación, por tanto, dista de ser tan halagüeña como pensaba la institución. "El BCE ha venido sosteniendo que el crecimiento era sólido y que la crisis crediticia no estaba afectando a la región, pero el paso del tiempo está demostrando que no es así", critica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, quien no duda en asegurar que la institución "debería relajar" su discurso. "La zona euro está amenazada por la recesión", advierte José Luis Martínez Campuzano, estratega en España de Citi. Trichet, por tanto, no lo tiene nada fácil para salir airoso al contestar esta pregunta.
3. ¿Cuáles son sus nuevas previsiones de inflación y crecimiento?
El BCE no podrá limitarse hoy a transmitir sus impresiones sobre la inflación y el crecimiento. Deberá mencionar cifras concretas, como hace cada tres meses. En junio, situó el crecimiento de este año entre el 1,5 y el 2,1%, mientras que mencionaba una horquilla comprendida entre el 3,2 y el 3,6% para los precios. Hoy podría revisar ambas a la baja, aunque con mayor intensidad la correspondiente a la actividad económica. En este sentido, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) ha reducido esta semana sus estimaciones de crecimiento para la eurozona en 2008 del 1,8 al 1,4%.
4. Observando la reciente evolución de los precios y la economía, ¿se pueden descartar más subidas del precio del dinero?
Cuando el BCE subió los tipos en julio, y sobre todo viendo que el petróleo no detenía su escalada, los expertos se apresuraron a descontar otra subida de un cuarto de punto en la recta final del ejercicio. La ambivalencia mostrada por Trichet en agosto no descartaba esa posibilidad. Hoy, en cambio, sí podría cerrar la puerta a más aumentos. Lo hará si incrementa su preocupación por el crecimiento y modera, aunque sea mínimamente, su lenguaje antiinflacionista.
5. ¿Hay margen para preparar el terreno a futuras rebajas de los intereses?
Si, en efecto, el riesgo de recesión es real, ¿puede hacer algo Trichet por evitarlo? José Luis Martínez Campuzano cree que sí. "El BCE debe facilitar la importante restricción de crédito actual. Esto pasa por tipos de interés más bajos que los actuales", asegura de forma categórica. ¿Preparará la entidad el terreno para reducir los tipos este mismo año? Los expertos no lo creen probable por el momento.
Para José Carlos Díez, aún puede quedar margen para recortar los intereses a finales de 2008 "siempre que el petróleo lo permita". "No creo que haya movimientos de los intereses hasta 2009. El BCE no se moverá por ahora", pronostica Virginia Romero. En términos similares se pronuncian los analistas de Barclays, que fechan el primer recorte de los tipos en marzo de 2009. Otro analista, que prefiere no ser citado, es menos optimista: "El BCE, como en su época el Bundesbank, hará lo de siempre: bajar los tipos tarde, mal y poco".
6. ¿Cómo valora que el euribor a 12 meses se encuentre más de un punto porcentual por encima de los tipos oficiales?
Aunque no ha negado el impacto de la crisis financiera en la región, Trichet tampoco se ha mostrado demasiado preocupado al respecto. Hoy debería hacerlo. Basta con ver el comportamiento del euribor a 12 meses, la principal referencia de las hipotecas a tipo variable, que se encuentra en el 5,32%, es decir, 107 puntos básicos -100 equivalen a un punto porcentual- por encima de los tipos oficiales.
Este hecho pone de manifiesto el atasco que sigue sufriendo el mercado interbancario, que es donde se establece el euribor, y el duro impacto que la situación actual está teniendo sobre las entidades financieras y los hogares.
7. ¿Qué opina de la caída del euro desde los máximos alcanzados a mediadios de julio?
Si hace lo habitual, Trichet dejará esta pregunta en blanco. Sin embargo, debería responder algo con respecto a la reciente marcha del euro, que desde el récord marcado frente a la moneda estadounidense a mediados de julio en los 1,6038 dólares, se ha depreciado casi un 10%. Ayer llegó a caer hasta los 1,438, su cambio más bajo desde enero.