El ?fin de fiesta? petrolero exhibe la emergencia del país, líder mundial en inflación, con un 141,5%
La caída de los precios del petróleo ha dejado al desnudo una crisis que palpitaba bajo los petrodólares que inundaron las arcas del Gobierno de Venezuela con más de 746.000 millones de dólares (unos 665.000 millones de euros) en la última década. Pero con un barril de crudo en 25 dólares (22,3 euros), el país ha pasado de la alegría derrochadora a una declaración de emergencia. Sus indicadores relatan cómo se hizo cada vez más dependiente de los hidrocarburos, mientras crecían la inflación y el déficit.
El 15 de enero, día de la presentación de su informe anual ante el Parlamento, el presidente Nicolás Maduro propuso un decreto de emergencia económica que le daría poderes para legislar en esta materia, y atribuciones para confiscar bienes y empresas. La Asamblea Nacional -ahora de mayoría opositora- se lo negó, pero Maduro admitía por primera vez que el país está en el abismo.
Las largas filas en los supermercados, el reporte de muertos por escasez de medicamentos, la venta de bienes de primera necesidad por el número de cédula de identidad y el desabastecimiento de muchos otros rubros son algunos de los síntomas.
La economía venezolana acumula ocho trimestres en picado y está sumida en la recesión desde hace dos años. El Producto Interior Bruto cayó el 7 por ciento entre el tercer trimestre de 2014 y el mismo periodo de 2015, según las cifras oficiales más recientes publicadas. Aunque la caída total de 2015 no ha sido divulgada por el Banco Central de Venezuela, la semana pasada Maduro asomó en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que el desplome fue del 5 por ciento.
En Venezuela, 95 de cada 100 divisas que ingresan provienen de la exportación petrolera. La caída de los precios del crudo ha reducido en más del 70 por ciento los ingresos del país en el último año. El crudo venezolano ha perdido el 74 por ciento de su valor, al pasar de 95,07 dólares (84,7 euros) en enero de 2014 a 24,33 (21,6 euros) en enero de 2016.
Bolsillos vacíos
?Es una emergencia construida en tiempos de bonanza. El expresidente Hugo Chávez utilizó enormes recursos petroleros para financiar los gastos de su Gobierno y para sustituir al sector privado; le impidió crecer y destruyó partes significativas?, explica Ronald Balza, economista y profesor universitario.
El Gobierno venezolano calculó el Presupuesto de 2016 con base en un barril petrolero a 40 dólares (35,6 euros), pero si el precio sigue la tendencia de enero, tendrá problemas para cubrir el 40 por ciento del gasto previsto este año.
El gasto público se multiplicó durante el Gobierno de Chávez, impulsado por subsidios y programas sociales financiados por la petrolera, los cuales Maduro -su hijo político- ha mantenido y ampliado con la creación de nuevos ministerios y ?misiones?. Otra fuente de escape de recursos fue la corrupción, a juicio de dos exministros de Chávez, que han denunciado el desfalco de al menos 300.000 millones de dólares (267.000 millones de euros) por medio del complejo sistema cambiario del país.
La firma Ecoanalítica señala que -a un precio promedio de 30 dólares el barril- Venezuela recibiría ingresos por 22.273 millones, al tiempo que los gastos por pagos de deuda, servicios e importaciones suman casi 50.000 millones. Para tener cuentas equilibradas se necesitarían 27.214 millones. Si se quiere mantener el ritmo de gastos del año pasado, se requerirían 12.000 millones más, un excedente que no se sabe de qué fuente podría salir.
Algunos economistas cifran el déficit venezolano en el 20 por ciento del PIB. Víctor Álvarez, economista y exministro de Industria y Comercio de Chávez, explica que ese déficit corresponde en gran parte a Petróleos de Venezuela, obligada a venderle los dólares al Estado a una tasa muy baja que no le permite cubrir sus costes. ?PDVSA emite pagarés, los vende al Banco Central y así se financia. Esa desmesurada emisión de dinero sin respaldo por parte del BCV es el principal factor propagador de la inflación que sufre el país?, dice.
Más allá del petróleo, el sector productivo privado también está mermado tras el control de cambio establecido desde 2003, que mantiene una sequía de dólares que impide comprar insumos y equipos o hacer más importaciones. Las expropiaciones y los controles de precios de venta muchas veces establecen montantes inferiores a lo que cuesta producir un bien.
La merma de ingresos ha renovado el temor a un posible default de Venezuela, que este año debe pagar casi 10.500 millones de dólares (9.360 millones de euros) por sus vencimientos de deuda.
Venezuela se ratificó en 2015 como el país con la inflación más alta, con un alza de precios de 141,5 por ciento. El Centro de Documentación y Análisis Social calculó en enero que para adquirir la cesta básica eran necesarios 10 sueldos mínimos. La inflación afecta con mayor encono a los pobres, obligados a hacer filas para adquirir productos con precios regulados.