
El índice de confianza de los consumidores se encuentra en su mínimo histórico y el gasto de los hogares cae cada vez con más fuerza. La economía española está pasando por un mal momento, pero, ¿es tan mala la situación como la perciben los ciudadanos? De momento, parece que la 'ficción' de los indicadores del ánimo supera a la realidad.
"Los índices de confianza de los consumidores tienden a sobrerreaccionar en las etapas de fuerte expansión y de recesión, en unos casos para bien y en los otros para mal", comenta José Carlos Díez, economista jefe de InterMoney. Por esta razón, considera que los mínimos que está marcando el índice de percepción económica de los ciudadanos españoles es "perfectamente normal para el ciclo económico en el que nos encontramos".
El indicador de confianza del consumidor español elaborado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) cayó con fuerza en julio, hasta situarse en los 46,3 puntos frente a los 51,7 de junio, su registro más bajo desde que comenzó a publicarse este indicador. Se trataba, además, de la quinta caída consecutiva del indicador.
Situación catastrófica
José Luis Martínez, economista de Citi, cree que lo que están reflejando los datos de confianza del consumidor es "una situación económica catastrófica para el medio-largo plazo, cuando realmente nos encontramos y creemos que nos encontraremos ante una situación simplemente mala".
El Producto Intrerior Bruto (PIB) español tan sólo se incrementó una décima en el segundo trimestre del año respecto a los tres meses anteriores. Es la cifra más baja desde el tercer trimestre de 1993. El crecimiento en tasa interanual fue del 1,8%. Tras conocerse estos datos, Citi señaló en una nota para clientes que esperan un crecimiento negativo en la segunda mitad del año y que la economía española se contraiga un 0,2% en 2009.
Martínez es partidario de interpretar los indicadores de confianza del consumidor con prudencia. Argumenta que "la incertidumbre influye mucho en estos índices", que sufren fuertes variaciones, "sobre todo en épocas de inestabilidad económica como la actual". "Lo importante es la tendencia, que en este caso también es negativa", indica.
Fuerte caída del consumo
Díez explica que hay varios factores que están propiciando la caída de la confianza de los consumidores como la subida de la inflación y los tipos de interés más altos, que están mermando la renta de los hogares. A ello se unen las pérdidas de empleo que comienzan a generar cada vez más incertidumbre.
Según este analista de InterMoney, "más que en lo piensan los consumidores, hay que fijarse en lo que hacen". "Al perder poder adquisitivo, la gente recompone sus finanzas y sus gastos personales y cambia su patrón de consumo", describe.
Según publicó la semana el Instituto Nacional de Estadística (INE), las ventas al por menor descendieron en julio, en datos corregidos de efectos del calendario, un 6%, tras la bajada del 7,9% del mes anterior. Se trata de la octava caída mensual consecutiva.
Díez estima que "si se producen bajadas en el petróleo y en los tipos de interés de la zona euro pude recuperarse el consumo". Pero considera que la percepción del consumidor no mejorará "hasta que el mercado de trabajo no se recupere y se vuelva a crear empleo".