
"Sólo puedo describirlo como una broma", así se expresa Charles Goodhart, experto en política monetaria y antiguo miembro del Banco de Inglaterra, cuando se le pregunta acerca de la última -y ridícula- medida de Suiza para cumplir con los estándares internacionales contra la evasión fiscal: limitar la cantidad de efectivo que se puede usar... a 100.000 francos suizos (unos 92.000 euros) por operación.
"Si hubiesen limitado la cantidad a 10.000 francos, podría considerar la opción de que van en serio (contra la evasión fiscal)", remata Goodhart, que este mismo año había calificado al banco central suizo como "sinvergüenza" por emitir billetes con un nominal de 1.000 francos (920 euros), pensados por y para los criminales.
No es extraño, sin embargo, que Suiza no quiera parar el flujo de efectivo en su país, puesto que no sólo engrasa las tiendas de lujo sino que también es parte de su condición de país-cajero para evasores fiscales.
Pese a que es una de las sociedades tecnológicamente más avanzadas, Suiza es el país del mundo con mayor valor acumulado en billetes por persona. Su tasa duplica la del resto de Europa Occidental y multiplica por cinco el valor per cápita de los billetes emitidos en Canadá.
El cerco a los paraísos fiscales, aunque poco a poco, se estrecha cada vez más. Así que Suiza tenía que hacer algo si no quería entrar en una lista negra, lo que habría sido un hachazo a su poderoso sistema financiero. Y por eso el nuevo límite de 92.000 euros.
Una cantidad que es más que suficiente para comprarse un Jaguar F-Type y que hace a muchos plantearse si tendrá algún efecto. "Puedes hacer mucho con mucho menos, especialmente si hablamos de financiación de terroristas", axplica Nikos Passas, profesor de derecho penal en la Northeastern University en Boston.
Suiza, en cambio, se defiende asegurando que "puede haber razones viables que expliquen pagos en efectivo por debajo de 100.000 francos, y que no permitan concluir inmediatamente que se está produciendo lavado de dinaro", afirma un departamento del Ejecutivo.