
Atenas, 12 nov (EFE).- La primera huelga general bajo el Gobierno de Alexis Tsipras tuvo hoy un seguimiento desigual, y mientras hubo amplios paros en los servicios públicos, apenas se percibió en el sector privado.
La huelga en contra de las políticas de austeridad que ha seguido aplicando el Gobierno izquierdista había sido convocada por los dos principales sindicatos sectoriales, el del sector público, Adedy, y el del privado, GSEE, por un lado, y el comunista PAME, por el otro.
En declaraciones a Efe, un portavoz de GSEE, aseguró que la participación a nivel nacional fue del 70 % en los principales sectores claves como los transportes, bancos, pero también amplia en el comercio.
Sin embargo, la imagen que se vivió en Atenas era otra, pues la mayoría de los comercios y bancos abrieron, como lo han hecho en huelgas generales anteriores, una actitud que refleja más su situación de crisis que la falta de crítica a las reformas del Gobierno.
Tampoco fue tan amplio el seguimiento en las farmacias, cuya asociación habían llamado también a la huelga.
Los transportes públicos, en cambio, quedaron ampliamente paralizados, con un paro total del metro de Atenas y de los ferrocarriles.
Los autobuses y los tranvías circularon a ciertas franjas horarias.
Los hospitales solo ofrecieron servicios mínimos y en los colegios hubo un seguimiento totalmente desigual; algunos abrieron y otros no, lo que exigió a padres ejercitar sus dotes de organización.
Absoluto fue el seguimiento del paro en los medios de comunicación, y en la televisión y la radio solo se emitieron programas de archivo, con excepción de unos pocos informativos centrados exclusivamente en la huelga.
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