Pekín mantiene el yuan a un nivel artificialmente bajo, ya que lo tiene atado estrechamente al dólar. Esa política monetaria le permite impulsar sus exportaciones por el mundo entero y su propio crecimiento, alimentando las acusaciones de competencia desleal por parte de otros países.
SINGAPUR (AFX-España) - Los ministros de Finanzas de los siete países más ricos del planeta (G7) tratarán de presionar a China para convencerla de reevaluar su moneda, este sábado en Singapur en una reunión previa a la cumbre anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
En su reunión anterior de abril en Washington, los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) ya habían elevado la voz, al pedir una 'mayor flexibilidad' esencial del régimen de cambio chino.
La mayoría de los economistas prevén que los miembros del G7 vuelvan a enviar el mismo mensaje a Pekín desde Singapur, después de que el director del FMI Rodrigo Rato ya diera el tono a la reunión en una rueda de prensa este viernes.
'Creemos que China tiene interés, no sólo en el asunto del tipo de cambio, en dejar que las fuerzas del mercado determinen de una forma más eficaz la atribución de recursos a la economía', afirmó.
El 21 de julio de 2005, Pekín renunció a su relación fija entre su divisa y el dólar y autorizó desde entonces una fluctuación con estrechos márgenes.
Esta reforma originó una reevaluación de un 4% del yuan, una medida tachada de insuficiente por los países occidentales que pusieron de relieve el hecho de que los excedentes comerciales chinos siguen incrementándose espectacularmente.
Esta situación causó tensiones recurrentes, principalmente entre Estados Unidos y China.
De hecho, tras su participación en el G7, el flamante secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, tiene previsto efectuar su primera visita a China.
El conflicto comercial entre los dos países debería alimentar el debate durante la reunión de Pekín, aunque Paulson ya se haya mostrado partidario de una táctica más bien suave para lograr la reevaluación del yuan.
En su cita de Singapur, los miembros del G7 también tienen previsto confirmar el buen momento por el que atraviesa la economía internacional, como ya lo anticipó el jueves el FMI en su informe semestral que pronosticó un crecimiento mundial de 5,1% este año y 4,9% en 2007.
Los ministros y los gobernadores de los bancos centrales también podrán congratularse por la caída de los precios del petróleo que bajaron hasta 64 dólares, tras alcanzar un récord histórico de 78,40 dólares por barril a mediados de julio.
Según la agencia japonesa Kyodo, que consiguió una copia del proyecto de comunicado final de la reunión, el G7 debería pedir asimismo una mayor vigilancia frente al regreso de la inflación, impulsada por los elevados precios de la energía.
De confirmarse este aumento, los bancos centrales se verían forzados a elevar sus tasas de interés para tratar de frenar el alza de los precios al consumo, con el riesgo de frenar el crecimiento y también la expansión del mercado inmobiliario, como ya ocurrió en Estados Unidos en los últimos meses.
afxmadrid@afxnews.com
ylf/arz/me/rm
COPYRIGHT
Copyright AFX News Limited 2005. All rights reserved.
The copying, republication or redistribution of AFX News Content, including by framing or similar means, is expressly prohibited without the prior written consent of AFX News.
AFX News and AFX Financial News Logo are registered trademarks of AFX News Limited