
El período de moderación salarial ha terminado: los alemanes pueden disfrutar de mejoras progresivas de sus sueldos de aquí a 2020. Todas las previsiones emitidas este año indican una buena marcha de la economía germana. A estos pronósticos se une un estudio de la Fundación Bertelsmann, publicado esta última semana, que revela que la renta media aumentará considerablemente en los próximos cinco años. El informe prevé que los alemanes van a cobrar unos 2.200 euros anuales más, aunque las subidas dependen de muchos factores, como la profesión o el estado civil.
Los que más cobran son los que más van a aumentar sus ingresos, en concreto la quinta parte más rica de la población. Quien tenga una renta anual de 60.000 euros puede esperar un aumento de 5.300, lo que en porcentaje sería un 9,6%. En el otro extremo, la quinta parte más pobre de trabajadores va a cobrar unos 750 euros más cada año y elevará su renta media un 10,4% hasta los 7.950 euros. Así que, a pesar de que en términos porcentuales los salarios más altos subirán algo menos que los bajos, al traducir los porcentajes a cifras absolutas la brecha salarial entre ricos y pobres se hace mayor.
Desigualdad y conflictos
La situación de prosperidad económica que atraviesa Alemania empieza a repercutir en el nivel de vida de sus trabajadores. Además, los empleados se benefician de los cambios demográficos y la escasez de mano de obra calificada, lo que favorece unos acuerdos salariales más altos. Sin embargo, el presidente de la Fundación Bertelsmann, Aart De Geus, se quejó de la creciente desigualdad afecta tanto a las perspectivas de futuro de las personas y la sociedad.
A pesar de las mejoras salariales y de la coyuntura económica favorable, Alemania está viviendo un año histórico de huelgas. En lo que va de 2015 ha habido más protestas laborales de las que hubo a lo largo de todo el año 2014, y ninguno de los conflictos ha concluido todavía. Conductores de trenes, pilotos de avión, sector postal, cuidadores de guarderías y servicios sociales mantienen desde hace meses negociaciones con la patronal para mejorar sus condiciones de trabajo, que en los últimos años han empeorado a causa de los recortes y privatizaciones que han llevado a cabo los sucesivos gobiernos.
La economía que sigue fuerte
Este mes el Bundesbank ha revisado al alza la previsión de crecimiento de Alemania para 2015 y la sitúa en el 1,7%, siete décimas más que con anterioridad. Esta mejora, que para 2016 alcanza el 1,8%, se debe al mayor consumo de los propios alemanes pero también a una mayor inversión industrial. La solidez del mercado laboral, unos mayores salarios y un euro menos caro aceleran el crecimiento. La semana pasada, el Ministerio de Finanzas confirmaba que el consumo privado, motor del crecimiento de la economía germana, seguirá subiendo, a pesar del deterioro de la confianza empresarial.
"En general, los indicadores señalan que la mejoría económica continuará en el segundo trimestre del 2015, a un ritmo moderado", afirmó el ministerio en su informe mensual. Además, el sector privado alemán ha crecido a un ritmo más rápido en junio que en el mes anterior, según el índice compuesto de gerentes de compras (PMI, por sus siglas en inglés) elaborado por Markit, que sigue la actividad de manufactura y servicios que supone más de dos tercios de la economía. El sondeo sugiere que la mayor economía de la zona euro se expandió a una tasa de un 0,3% entre abril y junio.
"El crecimiento del PIB del 0,3%, si registramos eso, es razonable, pero (...) dada la cantidad de estímulo en la economía de la zona euro, en este momento se podrían esperar mejores cifras de crecimiento", reconoce el jefe de Mar-kit, Chris Williamson.