
Bruselas, 16 jun (EFE).- El presidente del Eurogrupo, el ministro holandés de Finanzas Jeroen Dijsselbloem, quiere preparar a la eurozona para los retos económicos tras la crisis si sigue al frente de ese foro, para lo que propone reformar las economías nacionales de forma concertada y, en paralelo, reforzar la unión monetaria.
En su carta de motivación enviada a Bruselas para estar otros dos años y medio como presidente del Eurogrupo, Dijsselbloem recuerda que, bajo su liderazgo, la cooperación en este foro informal de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona "se ha hecho de manera más estrecha y más eficiente" y se ha limitado la duración de las reuniones y evitado sesiones extraordinarias desde 2013.
Aunque la situación económica ha mejorado desde 2009, "ahora tenemos que dar el próximo paso para garantizar que la eurozona esté preparada para hacer frente a los retos de la economía global" y para "impulsar el empleo y el crecimiento, necesitamos reanudar el exitoso proceso de convergencia europea", señala el político laborista holandés.
"Tenemos que acelerar la modernización de nuestras economías y necesitamos crear una eurozona que se convierta de nuevo en más atractiva para las inversiones privadas", argumenta en su misiva a sus homólogos en el Eurogrupo.
Según Dijsselbloem, "deberíamos asumir el reto de reformar nuestras economías nacionales de manera concertada y fortalecer nuestra unión monetaria en paralelo".
Afirma que deben continuar los debates temáticos sobre reformas económicas claves en el Eurogrupo, pero dando "un paso más" en este tipo de coordinación de políticas económicas.
"Para ser lo más competitivos posible, tenemos que empezar a empujarnos unos a otros hacia niveles más elevados de competitividad", explica Dijsselbloem, quien propone seis medidas para lograr este objetivo.
En primer lugar considera que los Estados miembros de la eurozona deben acordar una "serie limitada de reformas cruciales comunes" para el funcionamiento ágil de la Unión Económica y Monetaria.
Asuntos como la flexibilidad de los mercados laboral y de productos, la reforma de pensiones, la modernización de la seguridad social o la coordinación de las políticas tributarias deben estar en la agenda, opina el político holandés.
Como paso siguiente, Dijsselbloem propone crear un "nivel de ambición común", al fijar "puntos de referencia a mejores prácticas y calendarios concretos", porque considera que ello contribuirá a conseguir una convergencia económica real.
Señala que el Eurogrupo vigilaría el progreso hacia ese nivel de ambición común en base a informes de la Comisión Europea.
Con vistas a reforzar los esfuerzos comunes y nacionales en asuntos presupuestarios plantea "explorar formas de hacer una evaluación comparativa de indicadores estructurales" en los presupuestos, como el porcentaje del gasto para educación u otras categorías.
Asimismo, propone crear "consejos nacionales de competitividad", a fin de evaluar las implicaciones presupuestarias y macroeconómicas de reformas estructurales planeadas e implementadas.
Otra de sus propuestas es reestructurar el semestre de coordinación de las políticas macroeconómicas y sustituir los largos listados de recomendaciones por países por una "lista limitada de reformas para un periodo plurianual".
A nivel europeo, Dijsselbloem apunta a implementar rápida y eficazmente el fondo de inversiones, completar y aplicar plenamente la unión bancaria y el mercado único con una atención especial en los mercados digital, de servicios y energético, entre otros aspectos.
A su juicio, el próximo "proyecto político" de la eurozona y de la UE debe ser la unión de mercados de capitales.