El pasado junio, el Congreso de los Diputados aprobó una iniciativa que, a priori, permitirá a las empresas de trabajo temporal colaborar con los Servicios Públicos de Empleo (antiguo Inem) tanto en intermediación laboral como en recolocación de parados. Francisco Aranda, presidente de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT) defiende el papel que las agencias privadas de empleo pueden desempeñar en esta coyuntura.
¿Qué previsiones manejan para la EPA del segundo trimestre que se conocerá el jueves?
Hasta ahora, de forma debilitada, seguíamos en la senda del crecimiento del empleo, pero a partir de junio ya se ha producido el punto de inflexión de destrucción de empleo. La situación es muy preocupante para el mercado laboral. Ojalá nos equivoquemos.
Y en este panorama, ¿qué aportan las ETT?
Lo que el Gobierno quiera. Nosotros tenemos unas grandes estructuras que garantizan la unidad del mercado de trabajo, podemos hacer selección para contratación indefinida, recolocación, formación... Pero aquí sólo nos dejan hacer una cosita, que es la gestión de contratos temporales. Existe una ley obsoleta y ridícula que perjudica al trabajador, que no puede utilizar una herramienta eficiente para introducirse en el mercado de trabajo o para cambiar de empleo.
El Congreso abrió hace poco la puerta a las ETT...
Lo ideal es que se permita que las agencias privadas de empleo se adhieran a la espina dorsal, los servicios públicos, para reforzarlos. En ningún momento pretendemos ni que desaparezcan, ni que se privaticen los servicios públicos: sería ridículo.
¿Qué plantearía en la Mesa de Diálogo Social si le llamaran?
Que hay que trabajar en políticas activas de empleo, que es lo que se acordó en la pasada legislatura. Además, creo que las prestaciones por desempleo, que no están en duda, habría que condicionarlas a actividades de formación. No deben convertirse en un salario de reserva, hay que hacer que la gente esté un poco más activa.
En cuanto a la alta tasa de paro, por ahora el único 'culpable' es la construcción.
Está anticuado ya ese dato. La construcción era el sector que más paro estaba generando hace unos meses, pero eso ya se ha contagiado a otros sectores. En el mes de junio, la hostelería ha destruido empleo, lo que es inaudito.
¿Qué le parece el plan de recolocación de parados, orientado a los de la construcción?
No es serio integrar a los trabajadores en el mercado laboral a través de 1.500 orientadores a los que habrá que dar una formación. En Agett hay 4.000 profesionales especializados, que saben cómo se hacen estas cosas y que no costarían nada al parado. Esto es un trabajo de calle, que es lo que nosotros sabemos hacer, no de oficina.
La última previsión de paro del Gobierno se acerca al 11 por ciento para 2009.
Yo diría más. Terminaremos el año con una tasa de entre el 11,5% y el 11,7%; entre 2,5 y 2,7 millones de desempleados. Por ahora no nos hemos equivocado en nuestras previsiones.
En época de crisis, ¿qué colectivo 'tira' más de las ETT?
El 70% de nuestros trabajadores son colectivos de difícil inserción: jóvenes, mujeres y mayores de 45 años. Actualmente, dos colectivos que se acercan especialmente a nosotros son los inmigrantes, que supone el 20%, y mayores de 45 años.
¿Cuáles son los números que prueban la "efectividad" de las ETT?
En España, en 2007, firmamos 2,7 millones de contratos, de los que el 31% se han convertido en indefinidos. Debido a las limitaciones, en España gestionamos el 0,7% de la población activa, con una tasa de temporalidad del 31,9. En la UE 15 movemos un 1,5% de la población activa y, sin embargo, la temporalidad es del 15,1%. Los datos demuestran que lo que podemos hacer, lo hacemos con eficacia.
¿La formación que se imparte en España es la correcta para encontrar rápidamente trabajo?
No tiene mucho que ver con las necesidades de perfiles de las empresas. A los jóvenes no se les transmite la importancia de las aptitudes, sobre todo ahora que la formación es algo generalizado. Eso es algo que se puede enseñar: la capacidad de implicarse en proyectos o para gestionar personas, la ilusión por trabajar...