
Roma, 7 abr (EFE).- La economía italiana crecerá un 0,7 % en 2015 y tendrá un déficit público del 2,6 % del PIB, según las previsiones macroeconómicas presentadas hoy por el Gobierno de Matteo Renzi, incluidas en el Documento de Economía y Finanzas (Def).
Además, el Ejecutivo calcula que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país será en 2016 del 1,4 % y del 1,5 % en 2017.
El Gobierno de Renzi augura que el déficit público se situará en el 1,8 % en 2016 y en el 0,8 % en 2017, mientras que la deuda pública ascenderá en 2015 hasta el 132,5 % del PIB, pero se reducirá en 2016 al 130,9 % y podría situarse en el 123,4 % en tres años, en 2018.
Estos son los datos incluidos en el cuadro macroeconómico que será aprobado por el Gobierno el próximo viernes, junto con el Plan Nacional de Reformas y Estabilidad de Italia que recogerá las políticas que el país prevé poner en marcha.
El crecimiento estimado para 2015 es ligeramente superior a aquel que el Ejecutivo pronosticó a finales del 2014, sería del 0,6%, en línea con las que realizó el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, el pasado febrero en Roma.
"Si, como pensamos, se consolida la confianza de los consumidores y de las empresas, y se estabiliza también la confianza en los mercados y en las instituciones, los datos presentados hoy podrían estar equivocados y podríamos tener cifras más positivas", matizó el ministro de Economía y Finanzas italiano, Pier Carlo Padoan.
Entre los puntos fundamentales que incluye este Documento de Economía y Finanzas figura el programa de revisión del gasto público con el que el Gobierno italiano busca ahorrar 10.000 millones de euros.
"En el documento no hay recortes ni aumento de impuestos", subrayó Renzi en reiteradas ocasiones.
Agregó que "los impuestos no se incrementarán, sino que podrán verse reducidos en 2016 si se dan las condiciones óptimas para ello. Si crecemos, los márgenes de maniobra serán mayores".
El monto obtenido con la contención del gasto, apuntó el líder del Partido Demócrata (PD, en el Gobierno), podrá ser destinado a "invertir en otras partidas que lo necesiten", aunque no citó cuáles.
Este aspecto, fundamental para Renzi, ha sido la causa de la polémica suscitada en los últimos días en los ayuntamientos italianos que no quieren verse obligados a ajustar más sus gastos.
"Los ayuntamientos ya han hecho suficientes sacrificios. Ahora es el turno de que los hagan las demás administraciones públicas", declaró recientemente el presidente de la Asociación Nacional de Municipios de Italia, Piero Fassino.
El Gobierno italiano tiene previsto reunirse el jueves con Fassino para dialogar sobre los detalles de este programa, según adelantó Renzi.
Para Italia es fundamental aprobar este programa con el fin de fomentar el crecimiento del país e incrementar la creación de empleos, si quiere gozar del favor de Bruselas y que le conceda mayor margen de flexibilidad, que es precisamente su principal objetivo.
"La intención del Gobierno es de valerse de la nueva flexibilidad de la Unión Europea en el modo más eficiente posible y en una perspectiva de medio plazo", subrayó Padoan en una intervención ante la Cámara de los Diputados del pasado 1 de abril.
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