
La economía alemana ha empezado bien 2015 y las cifras sugieren que después de un primer trimestre muy positivo el crecimiento continuará. Lo dijo hace unos días el Ministerio de Finanzas en su informe mensual, y lo confirman el Bundesbank, los empresarios y la gran mayoría de economistas.
"Los indicadores industriales básicos, así como el optimismo entre las empresas y los consumidores sugieren que la economía debería continuar con su expansión en el primer trimestre", explica el último boletín elaborado por el ministerio que lidera Wolfgang Schäuble. El documento, publicado hace unos días, destaca que el número de desempleados se redujo en los primeros meses del año, mientras que el petróleo barato y el aumento de poder adquisitivo de las familias han impulsado la demanda interna. Los últimos datos ofrecen una imagen en gran medida positiva de la mayor potencia económica de Europa, donde el sector privado está ganando impulso, el desempleo ha retrocedido, y tanto las ventas minoristas como la producción industrial se están incrementando.
Después de rozar la recesión a mediados del año pasado, la economía alemana repuntó con un crecimiento de 0,7 por ciento en el cuarto trimestre del 2014 gracias a una enérgica demanda interna, que está siendo impulsada por una tasa de desempleo históricamente baja, un alza de los salarios y el precio más barato del petróleo. El Gobierno y el Bundesbank esperan un crecimiento del 1,5 por ciento para 2015, y algunos institutos económicos incluso han revisado sus proyecciones al alza, a más de un 2 por ciento.
Hay que tener en cuenta, además, que estos datos económicos llegan en un contexto de pocas inversiones públicas. El gobierno de Merkel ha aprobado este año los primeros presupuestos equilibrados desde 1969 y se ha fijado el objetivo de mantener el déficit cero durante los próximos cinco años.
Ascenso "vigoroso"
"Se espera que la coyuntura económica continúe también con un intenso movimiento al alza en el segundo trimestre", anunció la semana pasada el banco federal alemán en un comunicado. Los expertos del Bundesbank ven este crecimiento sustentado sobre varios pilares: "Las principales fuerzas motrices son la demanda exterior, el consumo privado y, en menor medida, la construcción de pisos".
Además, existen signos de un relanzamiento seguro de la actividad inversora de las empresas, agregaron. Gracias a las buenas perspectivas del mercado laboral y al fuerte incremento de los salarios, la coyuntura de consumo en Alemania sigue transcurriendo por el buen camino según el parecer de su banco central.
El Bundesbank subraya también que los hogares cuentan con un mayor margen de gasto que aún no usan por completo. "En el cuarto trimestre de 2014 no sólo subió de manera notable el consumo privado, sino también la cuota de ahorro de los hogares". El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, afirmó recientemente que confía en que la economía aumente un 1,5 por ciento en 2015 gracias al bajo precio del petróleo y a la devaluación del euro.
Otra señal de fortalecimiento es la percepción de los empresarios alemanes sobre la economía de su país, que en marzo mejoró por quinto mes consecutivo. El índice de confianza empresarial del centro de estudios Ifo, basado en un sondeo mensual de unas 7.000 empresas, pasó de los 106,8 puntos en febrero a 107,9 este mes de marzo, su nivel más alto desde julio de 2014.
El sondeo de Ifo muestra que las compañías alemanas son cada vez más optimistas sobre la situación actual y también sobre sus perspectivas para los próximos seis meses. "El fuerte crecimiento en el cuarto trimestre de 2014, combinado con precios bajos de la energía y la debilidad del euro han impulsado la confianza en la economía", comentó el economista de ING Carsten Brzeski.
Según datos del Instituto alemán de Economía DIW, la economía alemana no crecía a un ritmo tan alto desde 2011. Los analistas de esta institución económica prevén que este año se crearán 300.000 nuevos puestos de trabajo y que el Producto Interior Bruto (PIB) crecerá un 2,2 por ciento, siete décimas por encima de las previsiones del Gobierno. Según explicó la semana pasada el presidente de DIW, Marcel Fratzscher, los temores de los empresarios ante la entrada en vigor en enero del sueldo mínimo de 8,5 euros la hora no se ven cumplidos por el momento. Las compañías criticaron duramente la nueva medida y advirtieron de que podía causar pérdidas masivas de empleo.
El salario mínimo ha mejorado el poder adquisitivo de los alemanes y les ha animado a comprar. La mayoría de expertos coinciden en apuntar al consumo interno como una de las claves para la actual prosperidad.