Las múltiples citas electorales que coincidirán en 2015 en España tendrán una gran protagonista: la lucha contra la brecha social y las distintas propuestas urdidas por los partidos políticos para tratar de cerrarla.
El desempleo, la pobreza y la exclusión social que afectan y amenazan a un importante porcentaje de población española exigen de una respuesta por parte de quienes aspiran a gobernar. Los programas preelectorales de las distintas fuerzas políticas contemplan medidas para atajar una auténtica situación de emergencia social.
El País recopila en una artículo tanto los datos que permiten hablar, sin caer en exageraciones, de emergencia como las posibles soluciones que barajan unos y otros.
Así, apuntan que: el 25% de quienes quieren trabajar están en paro, el 33% de los desempleados no cobra prestación alguna, la mitad de los jóvenes no tiene trabajo, 526 personas fueron desahuciadas diariamente en 2012 y 120 a diario en la actualidad, 2,3 millones de niños viven por debajo del umbral de la pobreza y 13 millones de personas se hallan en riesgo de pobreza o exclusión, 1,3 millones de personas necesitaron de la ayuda básica de emergencia de Cáritas, el 1% de la población tiene el 27% de la riqueza del país y un 10% acapara más del 55%, tres comunidades tienen el 30% de su población en riesgo de pobreza y otras dos, el 25%.
Los partidos buscan respuestas
La situación se adivina insostenible y a los partidos tampoco se les escapa que, en parte, la desafección que sienten los españoles con los políticos y las instituciones tiene su razón en el empobrecimiento causado por la crisis económica y los recortes sociales, apunta El País.
Son conscientes de que urgen respuestas, aunque se adivinan dos corrientes distintas: la defendida por el PP y la del resto de fuerzas.
La primera se basa en fomentar el aumento de la riqueza, algo que traería la recuperación económica en ciernes, que acabaría llegando a todas las capas de la sociedad.
La segunda cree que son necesarias propuestas y reformas que corrijan la brecha social y que con la sola vuelta a la senda del crecimiento no basta. Para configurar esas propuestas el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se reunió esta semana en Brasil con Lula da Silva, quien se enfrentó a la desigualdad con éxito durante sus años de presidente; IU redobla el discurso anti austeridad que ha venido defendiendo desde que en 2008 Bruselas y Berlín auspiciaran los recortes; Ciudadanos incorpora al borrador de su programa medidas como la del complemento salarial que garantice un sueldo mínimo y Podemos, entre otras cosas, ha puesto sobre la mesa la llamada renta básica universal.
La opinión de los economistas
Economistas con Piketty han triunfado hablando de la desigualdad, a la que califica de tendencia estructural en la sociedad capitalista.
Desde Cáritas, el también economista Fernández Maíllo -uno de los autores del Informe Foessa sobre exclusión y desarrollo social- cree que la pobreza se puede cronificar, como lo demuestra que casi el 50% de quienes reciben ayuda de su organización lo llevan haciendo desde hace más de tres años. Por su parte, el director de BBVA Research para España, Rafael Doménech, achaca la desigualdad al desempleo y el capital humano, la educación.
Tanto Fernández Maíllo como Doménech no creen que sólo con la recuperación del empleo y la vuelta al crecimiento se vaya a reducir la desigualdad, algo que también piensa la economista Teresa Cavero, de Intermon Oxfam.
Todos ellos están lanzando propuestas para combatir la brecha social y esperan que los partidos políticos escuchen muchas de ellas y las incorporen a sus programas de gobierno. Entre ellas: una nueva política fiscal, más lucha contra el fraude, implantación de la tasa Tobin a la banca, blindar las políticas sociales, garantizar educación y sanidad universal junto con unos ingresos mínimos, lanzar políticas públicas de creación de empleo y de ayudas a las familias, etc.
España es el segundo país con más desigualdad económica