Economía

El BCE da más tiempo a Grecia: aprueba una extensión de 3.500 millones del ELA

  • La cantidad total de fondo del ELA asciende ya a 68.500 millones de euros
  • Pero la banca griega ya habría utilizado más de 57.500 millones de esta línea
Foto de archivo

El Banco Central Europeo ha aprobado aumentar los fondos del Emergency Liquidity Assistance (ELA), con una inyección adicional de 3.500 millones de euros, según informa la CNBC. Este línea o fondo de financiación está nutriendo a los bancos helenos que presentan carencias de liquidez. Grecia pide más fondos a su manera

Con esta nueva inyección, la cantidad total de fondo del ELA asciende ya a 68.500 millones de euros. Esta recapitalización permitirá seguir funcionando a los bancos helenos, que están sufriendo fuertes fugas de capitales en las últimas semanas.

Actualmente, los bancos griegos se mantienen gracias a la denominada Emergency Liquidity Assistance (ELA), un salvavidas que les permite obtener financiación directamente del Banco de Grecia, aunque es necesaria la aprobación del BCE. Actualmente, esta línea de emergencia asciende a 68.500 millones de euros, después de que la institución presidida por Mario Draghi ampliara en 3.500 millones su dotación esta tarde.

El ELA estaba casi agotado

Pero la banca griega ya habría utilizado 57.500 millones de esta línea de emergencia, según los últimos datos del BCE. Especialmente dramático ha sido el incremento de la última semana, cerrada el viernes pasado: 51.700 millones de euros, cuando en las dos semanas anteriores los requerimientos apenas sumaron 5.850 millones de euros.

Los problemas de la banca griega se agravaron a principios de mes, cuando el BCE decidió no aceptar más la deuda pública griega como garantía en sus operaciones de liquidez. En la práctica, esta medida suponía dificultar el funcionamiento de la banca griega, que ya comenzaba a sufrir por las dudas sobre el futuro del país tras la victoria de Syriza y la cercanía del fin del rescate.

Desde algunos círculos se vio este golpe de mano del BCE como una estrategia para forzar a Grecia a plegarse a las exigencias de la Eurozona y extender el programa de rescate. Oficialmente, la institución presidida por Mario Draghi esgrimió que esa misma incertidumbre impedía que los bonos griegos se pudieran utilizar como colateral para financiarse.

La semana pasada, el diario griego Kathimerini estimó que la retirada de depósitos en Grecia entre enero y el inicio de febrero ascendió a 15.000 millones, haciendo que el montante total de depósitos bajara de 160.000 millones al cierre de 2014 hasta 145.000 millones.

De todas maneras, parece poco probable que el BCE corte definitivamente el grifo a la banca griega, al menos mientras haya posibilidades de acuerdo entre Grecia y la troika, en la que también participa la propia institución monetaria.

Otro asunto será si se rompen definitivamente las negociaciones. Si el BCE corta la financiación de emergencia, la banca griega tendrá muy difícil operar, y eventualmente podría provocar que se instauraran controles de capitales para evitar la sangría, desatando una inestabilidad cuyo riesgo último acabaría siendo la ruptura del euro.

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