
El presidente Barack Obama ha declarado durante su sexto discurso sobre el Estado de la Unión que la economía ha dejado completamente atrás la recesión aunque ha reconocido que es el momento de cerrar la brecha social en el país.
"Esta noche pasamos página", afirmó el mandatario mientras afirmaba que EEUU "ha salido de la recesión siendo más libre para escribir su propio futuro que cualquier otra nación en la Tierra".
Obama enumeró los resultados de los esfuerzos de los estadounidenses como la tasa de desempleo más baja en más de cinco años. Un mercado inmobiliario en auge. Un sector manufacturero que añade empleos por primera vez desde la década de 1990. Más petróleo producido en el país que lo que compramos del resto del mundo, la primera vez que sucede eso en casi veinte años. Nuestros déficits, reducidos en más de la mitad. Y por primera vez en más de una década, los líderes empresariales de todo el mundo han declarado que China ya no es el lugar número uno del mundo para invertir. Estados Unidos lo es.
Es por ello que "ahora depende de nosotros escoger que queremos ser en los próximos quince años, y en las próximas décadas", puso de manifiesto el comandante en jefe de la mayor economía del mundo. "¿Vamos a aceptar una economía en la que sólo unos pocos lo hacemos espectacularmente bien? ¿O vamos a comprometernos a una economía que genere mayores ingresos y oportunidades para todos los que hacen el esfuerzo?", se preguntó el demócrata.
El inquilino de la Casa Blanca quiso ganarse el apoyo de la clase media al afirmar que en estos momentos "el veredicto es claro; la economía de clase media funciona". "La expansión de las oportunidades funciona. Y estas políticas seguirán funcionando, siempre y cuando la política no se interponga en el camino".
El discurso de Obama reflejó el cambio en los dos últimos años de su presidencia, donde se ha conseguido estimular una recuperación tímida y comatosa hasta conseguir que el país haya recuperado todo el empleo perdido durante la crisis. Además se notó que el inquilino de la Casa Blanca ya no se enfrenta a ningún comicio, ni legislativo ni presidencial.
Sin embargo, los elementos clave de su agenda, como el acceso gratuito a los dos primeros años de universidad pública y subir los impuestos a los más ricos para financiar los créditos fiscales de las familias de ingresos medios, tienen poco atractivo para la mayoría republicana que controlan ambas cámaras del Congreso. Incluso después de una derrota del partido demócrata en las elecciones legislativas, Obama mantuvo su pulso con los republicanos a través de propuestas agresivas y amenazas para vetar las propuestas de la oposición, que incluyen la aprobación del oleoducto Keystone XL y deshacer un elemento clave de la reforma sanitaria aprobada en 2010.
Subir los impuestos a los ricos
Entre las propuestas que el mandatario dio a conocer se incluyen dos años gratis para los estudiantes de universidades públicas, acceso a Internet de banda ancha y ofrecer a los empleados seguridad financiera para sus familias en el caso de que tengan que abandonar temporalmente su puesto de trabajo. Sin embargo, el plato fuerte estuvo con su propuesta para aumentar la fiscalidad de las clases más adineradas del país, limitando la rentabilidad de sus inversiones e imponiendo nuevas trabas a la hora de traspasar herencias.
Un hecho que debería ingresar alrededor de 320.000 millones de dólares durante la próxima década y cuyo objetivo es extender los créditos fiscales destinados a la educación, la infancia mientras se consigue un nuevo alivio impositivo para las parejas donde ambos individuos trabajen. El plan apuesta por subir los impuestos del 23,8 por ciento actual al 28 por ciento sobre la rentabilidad generada sobre las inversiones de capital. Además, se dificultaría, fiscalmente hablando, el traspaso de herencias.
A cambio, hasta un total de 24 millones de parejas estadounidenses, donde ambos individuos trabajen, se beneficiarán de un crédito impositivo de 500 dólares, que podrá descontarse de su declaración de la renta o deducirse de gastos relacionados con el empleo.
De esta forma, el mandatario estadounidense desplegará su artillería pesada para calentar el debate sobre la reforma tributaria en la mayor economía del mundo, cuyo oscuro engranaje impone la tasa más alta del mundo en el impuesto de sociedades, de hasta el 35 por ciento, pero sus sombras permiten que muchas compañías escapen al fisco manteniendo parte de sus beneficios en el extranjero.
Aún así, pese a que la Casa Blanca y los republicanos, en manos de ambas Cámaras del Capitolio, comulgan en la idea de rebajar los impuestos al corporate con el fin de repatriar beneficios a esta lado del Atlántico, el hecho de que Obama proponga como moneda de cambio tocar la fiscalidad de los individuos, chirría con la ideología del partido opositor. Este no es el primer proyecto populista de Obama.
En 2011, y con el apoyo del Oráculo de Omaha, Warren Buffett, el presidente presentó una propuesta para imponer una tasa fiscal del 30 por ciento a todos aquellos individuos que generasen más de un millón de dólares al año, lo que afectaría al 0,3 por ciento de la población del país. Por aquel entonces, Buffett se convirtió en el cabeza de cartel de la promoción de este plan al asegurar que no consideraba justo que la tasa impositiva de su secretaria fuera más alta que la suya propia. Aún así, la idea fue criticada tanto por demócratas como republicanos.
Abrir lazos con Cuba y conseguir la reforma migratoria
Obama dijo que el Congreso de Estados Unidos debe empezar "este año" a levantar el embargo comercial a Cuba, siguiendo su cambio de política hacia la isla, que "tiene el potencial de acabar con un legado de desconfianza" en el continente americano. "En Cuba, hemos acabado con una política cuya fecha de caducidad había pasado hace mucho (...). Este año, el Congreso debería empezar el trabajo de acabar con el embargo", afirmó el presidente, quien también pidió al Congreso que apoye sus acuerdos de libre comercio, especialmente el que concierne a Europa.
Obama también hizo referencia a la inmigración, tras su polémico decreto que da una vía hacia la legalización de algunos inmigrantes ilegales en el país. "Si hablamos en serio sobre el crecimiento económico, es hora de responder al llamamiento de nuestros líderes empresariales, líderes laborales, líderes espirituales y de cumplimiento del orden público, y arreglar nuestro sistema de inmigración que no funciona", puso de manifiesto el demócrata.
Recordemos que los economistas independientes dicen que la reforma migratoria ayudará a la economía a crecer y reducirá el déficit estadounidense en casi un billón de dólares en las próximas dos décadas. "Y con buen motivo", señaló Obama. "Cuando las personas viene aquí a hacer realidad sus sueños (estudiar, inventar y contribuir a nuestra cultura), hacen que nuestro país sea un lugar más atractivo para las empresas para encontrar y crear trabajos para todos. Consigamos este año aprobar una reforma migratoria", explicó.