Economía

El FMI reconoce que el crudo barato forzará al BCE a un QE para evitar la deflación

La semana que viene el Fondo Monetario Internacional publicará su última revisión de crecimiento para la economía mundial en Pekín. Sin embargo, su directora gerente Christine Lagarde, adelantó que la recuperación sigue siendo "demasiado frágil y desequilibrada" en un momento en que la abrupta caída en los precios del petróleo y la buena marcha de Estados Unidos no suponen una panacea para los serios problemas que enfrenta el planeta.

"La pregunta obvia es si la caída en los precios del crudo y una recuperación fuerte en EEUU nos hace ser más optimistas sobre las proyecciones de crecimiento global", apuntó Lagarde durante un discurso concedido en el Council on Foreign Relations de Washington. "La respuesta más acertada es no, ya que existen factores a la baja muy poderosos", advirtió. En su tesis, la mandamás del Fondo señaló que existen un trío de riesgos que podrían hacer mella tanto en las economías emergentes como son el fortalecimiento del dólar, la subida de los tipos de interés y la volatilidad en los flujos de capital.

"Déjenme ser francos: más de seis años después del comienzo de la Gran Recesión demasiada gente todavía no siente la recuperación" debido al "alto desempleo y la elevada deuda", afirmó. En este sentido, no debemos pasar por alto el estancamiento de la eurozona y Japón, "sumidos en una dinámica de bajo crecimiento e inflación baja durante un largo periodo de tiempo", según Lagarde, quien no quiso dejar de lado los riesgos geopolíticos.

Pero ¿cuál es la receta para frenar una debacle y mejorar la expansión económica y el empleo?. "Políticas monetarias acomodaticias, ajustes fiscales que se armonicen con la generación de puestos de trabajo y seguir implantando reformas estructurales", explicó la directora de la institución insinuando que este mantra "no es nuevo" pero debe implantarse "con urgencia".

En sus previsiones anuales, presentadas el paso mes de octubre, el FMI proyectaba este año una expansión del 3,8 por ciento, cifra que rebajó citando una débil demanda y la resaca de deuda heredad de la crisis financiera. Su hermano pequeño, el Banco Mundial, revisó a la baja el crecimiento de la economía mundial hasta el 3 por ciento, cuatro décimas por debajo de lo previsto el pasado mes de junio.

El FMI adelantó a finales de diciembre, que el efecto del abaratamiento del petróleo, cuyo valor ronda mínimos no vistos desde 2009, "supondría una inyección" para la expansión económica, sumando entre un 0,3 y un 0,7 por ciento al PIB del planeta este año. Aún así, Lagarde deshizo ayer este espejismo al reconocer que esto no soluciona la profunda debilidad de otras economías. "Demasiados países arrastran legados de la crisis financiera como un elevado desempleo mientras compañías e individuos siguen reduciendo su inversión y su consumo", aclaró Lagarde.

"Una inyección en el brazo por parte de los precios del petróleo a la baja es positiva; pero si la economía global es débil en sus rodillas, no va a ayudar", agregó al referirse a la tendencia bajista del crudo. Al respecto, y en lo referido al impacto en la economía de la zona euro, la ex ministra gala de Finanzas dijo que el petróleo barato está contribuyendo a una mayor reducción de las expectativas de inflación en la eurozona, lo que aumenta el riesgo de deflación. "Esto refuerza el caso para el estímulo monetario adicional, que el Banco Central Europeo ha indicado que está dispuesta a apoyar, según sea necesario".

Recordemos que el consenso del mercado espera que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, anuncie un programa de compra de bonos soberanos, conocido como flexibilización monetaria o QE, por sus siglas en inglés, con la intención de incrementar el balance de la institución y garantizar tanto el repunte de la inflación como del crecimiento sostenido en el Viejo Continente. Al mismo tiempo se espera que la Reserva Federal estadounidense lleve a cabo su primera subida de tipos de interés que pese a ser bien gestionada y comunicada al mercado "podría tener impactos negativos en los países emergentes y la estabilidad financiera mundial", alertaron desde la institución.

La directora gerente del Fondo tiró de la misión "Rosetta" que consiguió aterrizar una sonda sobre el cometa 67P el pasado 12 de noviembre para describir los retos que los distintos gobiernos y economías enfrentarán en los próximos meses. "El primer momento Rosetta llegará a la hora de impulsar el crecimiento y el empleo en los próximos 12 meses y superar ese fuerte viento en contra", relató Lagarde. "El segundo momento Rosetta se trata de lograr un crecimiento más inclusivo y compartido mientras el tercero es la consecución de un crecimiento más sostenible y equilibrado", añadió.

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