Economía

El acercamiento entre EEUU y Cuba: una victoria diplomática sin bonanza económica a la vista

El intercambio de presos políticos entre Estados Unidos y Cuba dio el pasado miércoles el pistoletazo de salida a una nueva era diplomática entre Washington y La Habana tras cinco décadas de una relación casi inexistente. Sin embargo, para la mayor economía del mundo, este avance liderado por el presidente Barack Obama, cuenta con un significado diplomático pero a nivel geopolítico y económico las implicaciones no son tan atractivas como muchos piensan.

"La normalización de las relaciones con Cuba no crearán una era de bonanza económica para EEUU ni tampoco alterarán las líneas o aliados geopolíticos", explica Samuel George, analista de la Bertelsmann Foundation, un think tank con sede en Washington. "Aún así, esta decisión se dejará notar en otros países de Latinoamérica que han condenado el trato de EEUU a Cuba, permitirá a Washington asumir un mayor liderazgo en ciertas regiones sobre asuntos tan importantes como el comercio, el tráfico de drogas y la inmigración", añade.

En cierta forma, Obama está ganando tracción política en un momento en que los expertos esperaban una temporada de lo más alicaída en la capital de EEUU tras la victoria republicana en las legislativas del pasado noviembre. Sin embargo, el inquilino de la Casa Blanca ha generado polémica y demostrado que es capaz de actuar si el apoyo del Congreso en temas tan peliagudos como su último decreto para legalizar inmigrantes y esta semana acercando posiciones con su homólogo, Raúl Castro.

"El anuncio del presidente supondrá un impulso para los demócratas pero es un arma de doble filo", indica George, quien incide en que aunque los hijos de familias exiliadas sean más favorables a la normalización con La Habana, "este anuncio podría pasar factura en los próximos resultados electorales, especialmente en Florida".

De momento, las declaraciones de Obama el pasado miércoles podrían despertar, aunque de forma cauta, los intereses comerciales en Cuba. Recordemos que EEUU ya exporta cantidades significativas de productos agrícolas a la isla aprovechando las excepciones humanitarias del embargo. "Existe la esperanza de que una mayor relajación de las restricciones financieras y de viaje impulsen el turismo estadounidense", señala Laurence Allan, analista jefe para Latinoamérica de la consultora IHS Country Risk. "El proyecto de desarrollo del puerto de Mariel posiciona a Cuba como un punto clave para el transporte marítimo y el sector turístico en el Caribe", añade.

Precisamente, el ex consejero delegado de American Airlines, Bob Crandall, aseguró a la CNBC que las aerolíneas estadounidenses llevan mucho tiempo listas para proveer rutas a la isla. "Existen un gran número de compañías esperando para tener un servicio a Cuba y pronto veremos un puente aéreo con multitud de opciones", señaló. Recordemos que alrededor de 500.000 estadounidenses viajaron a la isla en 2013.

El potencial incremento en el número de visitantes estadounidenses a Cuba "no será bien recibido por otros países del Caribe cuyas economías son altamente dependientes de los flujos turísticos de EEUU" advierte Allan. Una cuestión clave en este sentido depende de la Ley cubana de Inversión Extranjera, que propone importantes beneficios para los inversores extranjeros que se han asociado con empresas estatales cubanas.

Bill Lane, el director de relaciones internacionales de Caterpillar, el mastodonte estadounidense de maquinaria pesada, reconoció al Wall Street Journal que "Cuba necesita todo lo que fabricamos en Estados Unidos" al mismo tiempo que aseguró que las multinacionales norteamericanas llevan presionando para un cambio de política diplomática con Cuba durante los últimos 15 años. Cierto es que compañías como General Motors, la agrícola Cargill o la minorista de muebles Ethan Allen Interiors, se mostraron a favor del acercamiento de la Casa Blanca a La Habana.

Para los productores de arroz de Estados Unidos, el anuncio de la administración de Obama sobre Cuba podrían abrir la puerta a un mercado en el que el consumo de arroz per cápita es cinco veces mayor al estadounidense. Greg Yielding, director de la Asociación de Productores de Arroz de Arkansas, aclaró al Journal que Cuba fue un "gran mercado" para el arroz norteamericano, con los consumidores favoreciendo variedades de grano largo cultivado en Arkansas, Louisiana, Mississippi y Texas. En los últimos años, Cuba ha importado buena parte de su arroz de China y Venezuela.

Otra industria a la que los estadounidenses prestan atención es la tabacalera. En la cabeza de muchos todavía ronda la leyenda que relata como el presidente John F. Kennedy compró más de 1.200 puros cubanos horas antes de firmar las restricciones contra el gobierno de Castro allá por febrero de 1962. Ahora, la industria podría florecer. Las exportaciones de tabaco y ron cubano que los estadounidenses pueden traer de vuelta al país asciente hasta un valor de 100 dólares, aunque esta cifra engorda hasta los 400 dólares cuando se incluyen otros productos. "Puede ser un negocio masivo", apuntó a la revista Fortune Christopher Bledsoe, presidente de International Cigar Experts. Al fin y al cabo, más de 20 millones de habanos cubanos circularon en EEUU a través del mercado negro el año pasado. Eso sí, la industria no espera que las tabacaleras estadounidenses distribuyan o importen puros cubanos a medio plazo.

En este sentido, la legislación de estadounidense seguirá siendo el principal obstáculo ya que el Congreso de puede penalizar a las empresas que invierten o hacen negocios con Cuba. La liberalización y el fin absoluto del embargo está en manos del Capitolio, donde los republicanos tanto del Congreso como del Senado han criticado duramente el acercamiento de la Casa Blanca con La Habana. "La legislación estadounidense en la que se basa el embargo depende del Congreso y por lo tanto es poco probable que veamos avances a corto plazo", reitera la analista de IHS Country Risk.

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