Economía

Bajada en gasolinas y menor factura energética para empresas y hogares

Este dinero extra actuará de palanca del consumo, del ahorro y de la inversión.

Tras el brusco descenso de cotización del petróleo, lo primero que los españoles deberían notar es una bajada en el precio de los carburantes y combustibles, que son los principales derivados del crudo. Según cálculos del Gobierno, por cada euro que baja el precio del petróleo, el de las gasolinas y gasóleos lo hace en unos 30 céntimos.

A posteriori, deberían producirse descensos en el precio de los servicios muy relacionados con el transporte, ya que cuando sube el petróleo éstos también suben rápidamente. Ahora bien, esa disminución del transporte no es inmediata porque muchas operaciones de compraventa de petróleo y combustible se hacen con anticipación -es decir, el petróleo de hoy está pagado a precios de ayer- y por ende algo de retraso puede existir.

En clave macroeconómica, las implicaciones se extienden incluso al Producto Interior Bruto (PIB). Según cálculos oficiales, hechos con una caída del precio del crudo al entorno de los 80 dólares por barril (frente a los 107 de media que registró en el último año) puede aportar hasta cuatro décimas más de crecimiento al PIB español.

Igualmente positiva es la disminución de la factura energética que se obtiene con el petróleo barato, ya que España se gasta cada año 40.000 millones de euros en petróleo. Según el Ministerio de Economía, la bajada del crudo abaratará la factura energética en unos 6.000 millones de euros. O lo que es lo mismo, el déficit de la balanza comercial se reducirá en esa misma proporción, seis décimas del PIB.

Asimismo, según afirmó el jueves el secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, la bajada del crudo impactará favorablemente en España, al reportar mayor competitividad a las empresas y menor deuda exterior.

Otra de las principales repercusiones favorables del menor coste del petróleo es que libera dinero extra para dedicar al consumo interno y, por lo tanto, sirve de acicate para impulsar tanto la demanda interna privada como el ahorro y también la inversión.

Lo detalla el profesor de la IEB Miguel Ángel Bernal: "La demanda interna hacia el petróleo es muy inelástica (no depende directamente de la fortaleza del consumo interno según estemos en recesión o expansión). Al tener más dinero las familias y empresas por el abaratamiento de los precios del crudo, este ahorro puede destinarse a un mayor consumo (aumento de la demanda interna fortaleciendo el crecimiento que estamos teniendo y que está basado precisamente en este aspecto), o también destinarlo a amortizar deuda".

Fase expansiva

Precisamente, el efecto balsámico sobre el ahorro es destacable, porque España tiene "un considerable nivel de apalancamiento y podría ir saneando paulatinamente el nivel enorme de crédito privado sobre el PIB", argumenta el profesor Bernal, quien también considera que el ahorro de la factura del petróleo también puede ir destinado a inversión y cimentar crecimientos futuros".

Una situación expansiva de la actividad es lo que pronostica Almudena Semur, gerente del Instituto de Estudios Económicos (IEE). "La bajada del crudo unida a la depreciación del euro generará una situación expansiva en nuestra economía que sin duda alguna nos favorecerá añadiendo a unas décimas a nuestro crecimiento, lo que ayudará a afianzar nuestra recuperación, salvo que lleguen acontecimientos externos que no podamos controlar".

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