Economía

El Banco Central Europeo intentó burlar sus principios en el rescate de Chipre

Nuevos detalles sobre el rescate de Chipre ponen en entredicho la propia conducta del Banco Central Europeo, según desvela el New York Times. Según el rotativo, en julio de 2012, un alto funcionario de la institución envió un correo electrónico al gobernador del banco central chipriota con una serie de recomendaciones para evitar el colapso de la segunda entidad bancaria del país.

Benoit Coeuré, miembro del Consejo Ejecutivo del BCE, desechó la idea de que el Banco Popular de Chipre usase bonos soberanos del país como forma de garantizar más préstamos. Por el contrario propuso una "medida alternativa" a considerar por sus homólogos chipriotas. "El Banco Central de Chipre tiene en principio la posibilidad de aplicar valuaciones menos severas y quitas en comparación con la aproximación seguida por el sistema europeo en lo referido a las operaciones de crédito", escribió Coeuré en dicho email, al que tuvo acceso el New York Times.

La propia cabecera ya adelantó el mes pasado como dicha decisión por parte del banco central y el gobierno chipriota generó importantes tensiones dentro del Consejo de Gobierno del BCE. Sin embargo, como señala el New York Times, el correo enviado por Coeuré demuesta que fue el propio BCE y no Chipre, el encargado de elaborar el plan que tantas brechas abrió entre los "halcones" de la propia insititución, como el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann.

Según explican desde la cabecera estadounidense, Coeuré propuso al banco central de Chipre inflar el valor del colateral en el seno del Banco Popular del país para así poder dar luz verde a un mayor número de créditos de emergencia por parte del BCE a la entidada bancaria al borde del colapso. El alto funcionario del BCE violó así uno de los principios básicos de la institución, que impide al BCE implicarse en el rescate de un banco o gobierno en quiebra tirando de la impresión de dinero.

Michael Steen, portavoz del Banco Central Europeo, dijo en un comunicado que "el Consejo Ejecutivo prepara e informa al Consejo de Gobierno en sus discusiones semanales sobre las líneas de asistencia de liquidez (ELA, por sus siglas en inglés)", explicó. "Esto se produce para que el Consejo de Gobierno pueda implantar su rechazo y frenar dicha asistencia si interfiere con la política monetaria de la institución. El correo electrónico es un reflejo de este proceso", matizó.

Casi dos años después de la crisis bancaria de Chipre, el BCE intenta restaurar la confianza en el sistema bancario y reactivar la economía de la eurozona mientras enfrenta la falta de consenso a la hora de seguir las reglas que limitan sus opciones. Pruebas como la obtenida por el New York Times demuestran cómo la institución ha estado dispuesta a ignorar sus propios estatutos y dictar políticas a los gobiernos soberanos para evitar mayor contagio financiero en la eurozona.

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