La revelación del agresivo sistema de ayudas fiscales ofrecido por Luxemburgo a más de 340 multinacionales, para que apenas pagaran impuestos, ya empieza a provocar escaramuzas políticas. Un grupo de eurodiputados radicales y eurófobos, que incluye al líder de UKIP, Nigel Farage y sus correligionarios, los escaños del Movimiento 5 Estrellas o a la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, ha conseguido sacar adelante una moción de censura contra el entonces primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, actual presidente de la Comisión Europea.
El texto responsabiliza directamente de los regalos fiscales a Juncker, lo que consideran "intolerable" al recordar su actual rol como jefe del Ejecutivo comunitario. El llamado escándalo de los Luxleaks "muestra que Juncker siempre ha actuado en su vida política para enriquecer a su país a espaldas de sus socios europeos, en un desafío a la Unión y el espíritu comunitario que quiere representar", declaró el miembro del Movimiento 5 Estrellas, Marco Zanni.
A pesar de que la moción, que cuenta con la firma de 76 eurodiputados del total de 751, dará visibilidad a las arremetidas de Farage, el italiano Beppe Grillo o Le Pen, el texto no tiene ninguna posibilidad de salir adelante, al contar el luxemburgués con el apoyo de los grupos mayoritarios de la Eurocámara.
Los socialistas aprovecharon la publicación de los Luxleaks para atacar al cristiano-conservador, al que le pidieron que acelere las medidas para evitar la ingeniería fiscal en la Unión Europea.
¿Suficientes bases legales?
Desde el Partido Popular Europeo apuntan que entre los apoyos que ha tenido la moción no hay ningún español, para argumentar que nace muerta. La moción se discutirá probablemente el lunes, y se votará el jueves por procedimiento abierto. Requiere dos tercios de los votos emitidos para salir adelante, lo que obligará a los eurodiputados a acudir a votar no sólo para escenificar el apoyo a Juncker, sino también para evitar sorpresas.
Fuentes europeas cuestionaron que la iniciativa contara con las suficientes bases legales, ya que una moción se lanza contra las actividades del conjunto de la Comisión, y no contra el pasado del presidente.