Economía

Wolfgang Schäuble: "El secreto bancario ya no tiene sentido, era un refugio para eludir al fisco"

  • "Celebro la decisión de Irlanda de poner fin al mecanismo del sandwich irlandés"
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Foto: Archivo

La lucha contra el fraude fiscal estará en el epicentro de la conferencia internacional que tendrá lugar en Berlín este 29 de octubre. En ella, deberá firmarse un acuerdo sobre intercambio automático de información entre varias decenas de Estados y Alemania. Antes de esa reunión, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, respondió a una serie de preguntas.

En la conferencia de Berlín deberá firmarse un acuerdo internacional para el intercambio automático de información entre administraciones tributarias. ¿Qué importancia tiene este acontecimiento?

Se trata de un logro importante, cuya iniciativa surgió de la cumbre informal de ministros europeos de Finanzas que tuvo lugar en Dublín en el año 2011. Inicialmente, la idea del acuerdo automático de información era cosa de cinco países: Alemania, Gran Bretaña, Francia, España e Italia. Sin embargo, en esta ocasión se esperan casi 50 delegaciones en Berlín para la firma del acuerdo. Los Veintiocho acaban de comprometerse, durante una reciente reunión del Ecofin, a ponerlo en práctica en 2017. Entre nuestra lista de firmantes, también se encuentran diversos paraísos fiscales. Otros desean unirse a nosotros más adelante, como Suiza o Singapur, por ejemplo. Nos encontramos ante una dinámica internacional que parece no detenerse.

Sin embargo, algunas potencias, todavía no se encuentran entre los firmantes?

Es el caso de Rusia o EEUU, quienes ya han indicado la necesidad de una mayor transparencia entre las distintas entidades bancarias afincadas en otros Estados, dentro del marco de Fatca (Foreign Account Tax Compliance Act). La dificultad reside para estos países en aceptar la reciprocidad de la regla.

¿Nos dirigimos hacia el fin del secreto bancario, como exigió Nicolas Sarkozy durante el G-20?

La idea va claramente en esa dirección. Parece que el secreto bancario ya no tiene sentido en un mundo globalizado, un subterfugio utilizado desde hace tiempo por los ciudadanos para eludir sus obligaciones tributarias.

¿El intercambio automático de información no va a encontrarse con demasiados obstáculos técnicos y jurídicos?

Efectivamente, parece inevitable. En Alemania, por ejemplo, la competencia en materia de recaudación de impuestos está traspasada a las regiones. En estos momentos, estamos informatizando todo el sistema, lo que nos llevará aún algún tiempo. Queremos contar con un sistema sofisticado. Los bancos también deberán implicarse, ya que serán estos los encargados de facilitar a la Administración los datos sobre las cuentas de los particulares. Y pueden estar seguros de que la seguridad de la información privada es un elemento clave en este acuerdo.

¿Qué volumen de ingresos fiscales adicionales podemos esperar de este nuevo escenario?

Ningún ministro de Finanzas puede responder a esta cuestión. La administración tributaria, por definición, no conoce el volumen de impuestos que se evaden. Lo sabe cuando se detecta el fraude. Sí que puedo decir, no obstante, que ya puede notarse un cierto efecto preventivo, al observarse un aumento en el número de comportamientos de autodenuncia ante el fisco.

Estos ingresos fiscales adicionales, ¿pueden ayudarles a lograr el objetivo de déficit previsto para Alemania el año que viene?

(Risas). Nuestras previsiones presupuestarias para 2015 están fundamentados sobre hipótesis sólidas. Recientemente, hemos revisado a la baja nuestro objetivo de crecimiento, hasta el 1,3 por ciento ni más ni menos. Si el entorno macroeconómico continúa como prevemos, este equilibrio presupuestario no está amenazado. El peligro está en persistir en la idea de hacer creer que entramos en recesión. Durante todo el año, esto no se ha producido y la evolución de la economía alemana es estable.

Francia se enfrenta a grandes desafíos a la hora de reequilibrar sus cuentas. ¿Podemos considerar el apoyo de Berlín ilimitado?

La cuestión no es esa. No hay duda de que Alemania está interesada en la prosperidad y el fortalecimiento de Francia. El mismo mensaje vale para el resto de países europeos. Hay que saber que el éxito de un Estado no está ligado necesariamente al fracaso de otro. Los problemas de unos acaban siendo los problemas de todos. Esta es la base del principio que rige la UE. Con París, hacemos todo lo necesario para avanzar por un interés común. Por ese motivo, mantenemos en todo momento discusiones francas y permanentes, dentro de un clima de confianza.

El otro asunto de la conferencia será la respuesta que habrá que dar a las prácticas fiscales perjudiciales, las cuales son patrimonio de los grandes grupos globalizados. ¿También considera aquí que los acontecimientos se sucederán rápidamente?

El tema avanza, en especial desde que Francia, Alemania y Gran Bretaña pidieron a la OCDE, durante la cumple del G-20 en México, que acelerase el paso en la lucha contra estas estrategias de máximo beneficio fiscal de las multinacionales. Nosotros hablaremos concretamente de un método que relaciona los gastos en investigación y desarrollo con los ingresos obtenidos de patentes, lo que los especialistas llaman el enfoque "Nexus". Se inscribe dentro de un proyecto mayor denominado Beps (Base erosion and profit shifting) o Erosión de la Base Imponible y Traslado de Beneficios, llevado a cabo en el marco de la OCDE. Comenzamos a ver ya avances concretos. Celebro la decisión soberana de Irlanda de querer poner fin al mecanismo de máximo beneficio fiscal, conocido con el nombre de "sándwich irlandés".

Los grupos que buscan reducir al mínimo sus cargas impositivas en Europa proceden generalmente del otro lado del Atlántico. ¿Es consciente EEUU de que esto no puede durar?

Creo que sí. He escuchado a Obama decir en varias ocasiones que esta situación era inaceptable. Es un síntoma de que EEUU parece dispuesto a cooperar con otras zonas geográficas, con Europa sobre todo. Seamos realistas, la conferencia de Berlín no va a solucionar todos los problemas. Pero va a mantener una dinámica. Sería bueno avanzar más hacia una gobernanza global en cuestiones de tributación, sobre todo cuando otras áreas geopolíticas actuales caminan en la dirección contraria.

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