Por mucho que el BCE hable sólo de una subida de tipos de interés, los inversores van mucho más allá: esperan dos alzas este año, que serían completadas con una tercera en marzo. Por lo tanto, el tipo de referencia podría llegar al 4,75% en nueve meses, con el objetivo de controlar una inflación descontrolada aún a costa de incrementar los riesgos para el crecimiento de la zona euro.
"No estamos hablando de una serie de subidas", declaró Juergen Stark, miembro del BCE. Una subida "debería ser suficiente", mantuvo Lorenzo Bini Smaghi, también perteneciente a la institución. Pero algo muy distinto esperan los analistas consultados por Bloomberg. "Habrá al menos dos subidas de tipos", señaló Franz Wenzel, director de estrategia de inversiones de Axa. "Si lo llamas o no una serie de subidas es semántica", dijo.
De momento, los bancos centrales alrededor del mundo está subiendo los tipos de interés, desde la India hasta Sudamérica, ante una escalada inflacionista global que sustituye a los miedos del crecimiento derivados de la crisis de crédito. El problema del BCE es el euro, que se podría reforzar más todavía con subidas de tipos, lo que traería más problemas a la economía europea.
Trichet ya señaló a principios de mes que podría subir los tipos en julio un cuarto de punto, hasta el 4,25%, para acabar con la mayor inflación en 16 años. Sin embargo, los inversores replicaron esperando dos subidas, hasta el 4,5%, para el mes de diciembre, según muestran los contratos de Eonia. Lo que sí parece claro es que hay un fuerte debate interno en el BCE sobre hasta donde deberían llegar las subidas de tipos de interés.
Desacuerdos internos en el BCE
"Hay desacuerdos dentro del BCE sobre la dirección que debe tomar la política monetaria en el futuro, pero una sola subida simplemente no va a ser suficiente", declaró a la agencia Jacques Cailloux, economista jefe de la zona euro de Royal Bank of Scotland. "Al final, van a mandar las preocupaciones sobre la inflación".
El mandato principal del BCE es el control de precios, y su objetivo es mantener la inflación no más allá del 2%. Esto contrasta con el 3,7% que alcanzó el mes pasado en la zona euro, y según prevé la propia institución, con el 3,4% de media al que terminará este año y el 2,4% con el que concluirá el que viene.
"No sería creíble para el BCE elevar los tipos sólo una vez y esperar entonces que la inflación caiga", señala Robert Robis, de Oppenheimer. "Tiene las manos atadas por su propio mandato". Ahora bien, el BCE ha fallado en su mandato todos los años desde 1999. Además, la última vez que comenzó una serie de subidas de tipos de interés, Trichet también dijo que no habría tal. Sin embargo, subió los tipos ocho veces entre diciembre de 2005 y junio de 2007, hasta dejar la tasa en el 4%, el doble que cuando comenzó. Precisamente cuando estalló la crisis inmobiliaria en EEUU, el BCE cortó con las subidas.
"El mercado cree que el BCE quiere llevar a la economía de la zona euro a la recesión para controlar la inflación", señaló a Bloomberg Stuart Thomson, de Resolution Investment Management. Sin embargo, este experto no espera más que una subida de tipos.
Dominic Bryant, economista de BNP Paribas, cree que la "inflación llegará al 4,1% en agosto, que es lo que más enfurece a los halcones". "Sin embargo, el crecimiento en el segundo trimestre será cercano a cero, haciendo más difícil conseguir una mayoría para subir los tipos en septiembre", concluye.
El alemán Axel Weber, presidente del Bundesbank, uno de los denominados halcones, puede hacer que el BCE tienda más a una política monetaria dura. Y siendo Alemania casi un tercio de la economía de la eurozona, su visión puede que domine las reuniones.
"La inflación está fuera de control globalmente", señala Marc Ostwald, estratega de Insinger de Beaufort. "Si el BCE quiere hacer lo que dice que quiere hacer, que es controlar la inflación, habrá más de una subida de tipos?, concluye.
La inflación sube al 3.6%
