Economía

Los republicanos ultiman el futuro económico de EEUU en las legislativas

Con el control del Senado limitaría la capacidad de actuación del Gobierno.

El próximo 4 de noviembre los estadounidenses acudirán a las urnas para decidir el futuro de los 435 miembros del Congreso, 36 escaños en el Senado y 36 gobernadores. Una carrera donde los republicanos, en estos momentos en control de la Cámara de Representantes, podrían arrebatar la Cámara Alta a los demócratas, atando de pies y manos legislativamente hablando a la Administración del presidente Barack Obama. Con una campaña que oscila los 4.000 millones de dólares, los conservadores asumen ya una victoria que se dejará notar en la economía del país.

En estos momentos, y a poco más de una semana de la cita electoral, la mayor parte de las encuestas sugieren que los republicanos conseguirán por la mínima una mayoría en el Senado mientras conservan su hegemonía en el Congreso. Con el Capitolio en sus manos, la mayor economía del mundo se enfrenta a dos años más de un estancamiento político donde el equilibrio de poder cambiará de forma sustancial. Hasta ahora, Obama siempre ha conseguido que los demócratas en la Cámara Alta frenasen en bloque cualquier propuesta de ley que no fuera de su agrado. Ahora, sin dicho muro de contención, el mandatario no tendrá más remedio que pasar por el aro o vetar los planes de la oposición.

Un hecho que promete tener un impacto inmediato en la agenda económica del país. "Vamos a aprobar leyes que promulguen el gasto pero van a contar con muchas restricciones para la burocracia del gobierno. Es algo que a Obama no le gustará, pero lo haremos, eso lo garantizo", dijo la semana pasada el senador republicano Mitch McConnell, quien se erige como líder de la mayoría en la Cámara Alta si su partido se hace con una mayoría la semana que viene.

Oleada de medidas económicas

Con el recuerdo de la década de los 90, cuando un Capitolio en control republicano puso contra la espada y la pared a la Administración de Bill Clinton, los legisladores en ambas Cámaras están listos para aprobar una oleada de medidas económicas. Desde propuestas que podrían beneficiar a la industria energética, crucial para el partido, hasta posibles reducciones de impuestos, especialmente para las empresas. Tampoco hay que olvidar que, como ha sucedido hasta el momento, los republicanos intentarán deshacer en la medida de lo posible la reforma sanitaria de Obama, el conocido como Obamacare.

Para Matthew J. Slaughter, profesor de Economía en la Universidad de Dartmouth, "algunas de estas medidas podrían ayudar", teniendo en cuenta que los republicanos en el Congreso cuentan con casi medio centenar de medidas para fomentar el empleo. Dicho esto, para otros expertos, la agenda económica ha sido frecuentemente esquivada durante la carrera electoral de muchos candidatos. "Debo reconocer que no ha sido una temporada política de grandes ideas económicas", reconocía al portal MarketWatch, Susan Collins, profesora de Economía en la Universidad de Michigan.

Las elecciones más caras

Antes de adelantarnos a los posibles resultados, lo que sí es evidente es que ambos partidos están dispuestos a desembolsar todo el dinero disponible para conseguir su cometido. La semana pasada, el Centro para la Política Responsable, un think tank con sede en Washington, estimaba que las actuales elecciones legislativas podrían superar la barrera de los 4.000 millones de dólares. La carrera electoral legislativa más cara de la historia, recordemos que las elecciones de 2010 costaron 3.600 millones de dólares, al igual que las elecciones al Congreso en 2012 (los congresistas se someten a las urnas cada dos años), retrata a los republicanos como los más derrochadores.

Así los distintos aspirantes del partido gastarán un total de 1.920 millones de dólares frente a los 1.760 millones de dólares que sus homólogos demócratas. En estas cifras, los republicanos destacan por ser los reyes a la hora de desembolsar dinero gracias a los grupos de acción político (conocidos como PAC), asociaciones que apoyan causas políticas pero no partidos.

"La razón número uno por la que estamos viendo unas elecciones legislativas más caras que en el pasado se debe al dinero gastado por los PAC y otros grupos" explicaba en el estudio, Sarah Bryner, directora de investigación en el Centro para la Política Responsable. "Ahora, los partidos nacionales, que están limitados en la cantidad de dinero que pueden recibir de los donantes, tienen que competir de alguna manera con los PAC que pueden recibir grandes donaciones de donantes individuales".

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