
Los franceses que viven cerca de la frontera con Alemania se están convirtiendo en los principales clientes de los supermecados germanos, donde encuentran productos como la fruta o los refrescos muchos más baratos que en su país, sobre todo en un contexto como el actual donde los precios de los alimentos han crecido de forma importante.
La entrenadora francesa de enfermeras France Lio solía pelar las verduras sobre un folleto publicitario de Kaufland, un supermercado de la cercana Alemania. Ahora, debido al aumento de los precios de los alimentos, las ofertas de Kaufland la llevan a cruzar la frontera con la promesa de precios mucho más bajos que en su país.
"Es la segunda vez que vengo aquí", reconoce la residente de Estrasburgo, de 55 años de edad, que cruzó la frontera hacia Kehl, Alemania, junto con su marido, un recorrido de cinco minutos en automóvil. "La cerveza sin alcohol cuesta dos veces y media menos que en Francia, y los zumos de frutas, que cuestan 90 céntimo, en Francia están a más de un euro", explica.
Regulación y competencia
Al tiempo que una feroz competencia entre las cadenas de distribución limita los aumentos de precios en Alemania, el mercado francés, altamente regulado, ha encarecido los precios que pagan los consumidores. Francia tiene reglas para todo, desde el tamaño de las tiendas hasta los recortes de precios permitidos. No es de extrañar que la inflación francesa haya rebasado a la alemana todos los meses del año, y en mayo tocó su máximo de 12 años del 3,7%.
El presidente francés Nicolas Sarkozy está intentando atenuar la regulación, facilitar la construcción de supermercados y permitir que las cadenas de distribución y los proveedores negocien los precios con más libertad. Este martes, el Parlamento aprobó una medida que aún debe ser ratificada por el Senado. "Los precios en los supermercados han subido más en Francia que en casi todos los otros países europeos", se quejó Sarkozy en una entrevista televisada en la cadena nacional en abril. "Eso no es normal", admitió.
En el lado opuesto se encuentra Alemania, que es el país más barato de Europa para productos de alimentación internacionales, según el informe de 2007 de ACNielsen. Los Países Bajos también están bien posicionados en esta clasificación.
Diferencias de precios
En un supermercado Cora, cerca de Estrasburgo, una botella de lavavajillas líquido Palmolive cuesta 1,73 euros, casi el doble que los 95 céntimos que cuesta en Kaufland. En Alemania, un paquete de seis botellas de Pepsi Max cuesta 3,54 euros, un 28% menos que en Francia.
En ciudades próximas a la frontera, el 65% de los productos estaban entre un 15 y un 30% más baratos en Alemania que en Francia, según un estudio presentado en mayo de 2007 por Euro-Info-Consommateurs, una asociación franco-germana de consumidores. Los compradores franceses representan el 50% de las ventas minoristas en Kehl, donde la asociación tiene su sede.
En el estacionamiento de una tienda de Lidl, la segunda cadena de supermercados de descuento más grande de Alemania, nueve de los 10 automóviles aparcados eran de Francia. Frederique Mengus, de 41 años, secretaria francesa, dice que es allí donde hace sus compras, aunque la cadena tiene una tienda en Estrasburgo, porque "aquí hay más variedad, mejor calidad y los precios parecen más bajos".
Según un informe realizado para el Gobierno francés, las tiendas de "maxi descuento" tienen una cuota del 30% del mercado de ventas minoristas de alimentos en Alemania, en comparación con el 13% en Francia, en donde para abrir una tienda de más de 300 metros cuadrados se requiere la autorización de una comisión local.
Reformas en el horizonte
Las cuatro cadenas de distribución más grandes del país comparten el 66% del mercado, según el ministerio francés de Finanzas. Para impulsar la competencia, el proyecto de ley del Gobierno aumentaría a 1.000 metros cuadrados la superficie para la que se requiere un permiso especial.
La cadena de descuento Ed de Carrefour ya ha reconocido que "usará la luz verde" gubernamental para abrir 50 tiendas este año. Casino Guichard-Perrachon ha anunciado que quiere duplicar el número de sus tiendas de descuento LeaderPrice en cinco años.
La iniciativa del Gobierno "es potencialmente buena, pero el debate actual en el Parlamento está reduciendo el alcance de la reforma", opina Pilles Moec, economista de Bank of America en Londres.