La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal publicará este mes un informe sobre las previsiones macroeconómicas que acompañarán a los Presupuestos Generales del Estado para 2015. Y lo hará el mismo día que el Consejo de Ministros apruebe el anteproyecto de ley de los Presupuestos, aunque previamente se lo enviará al Gobierno para que lo tenga en cuenta.
El informe constará de dos partes, una que evaluará el posible sesgo en las previsiones realizadas en ejercicios anteriores y otra para evaluar las del año 2015. En concreto, se pronunciará sobre si las proyecciones son realistas y utilizan la información actualizada y si están basadas en el escenario macroeconómico más probable o en uno más prudente.
Además, se compararán con las previsiones de la Comisión Europea y otros órganos independientes y se incluirán las metodologías, los supuestos y los parámetros que sostienen las cifras.
De este modo, se cumple la directiva europea que estableció la obligación para los Estados de crear instituciones independientes y con autonomía funcional para supervisar el presupuesto público. En este contexto, la maquinaria europea sigue buscando su gran objetivo: acordarde propuestas para robustecer el crecimiento y crear empleo.
Debate en la Eurocámara
El BCE puso la primera piedra con su nuevo estímulo monetario. Los ministros respondieron el pasado fin de semana con una primera discusión sobre el paquete de inversión de 300.000 millones, que aún necesita cocinarse. Mañana es el turno de la Eurocámara, que debatirá sobre cómo espolear la economía europea. Así prepara el terreno para la cumbre sobre el crecimiento y el empleo que celebrarán los líderes de la eurozona el próximo mes en Italia.
La idea fue lanzada a finales de agosto por el presidente francés, François Hollande. Su compañero en las filas socialistas, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, se ofreció de anfitrión, no sólo por ser el hombre de moda entre los progresistas, sino también por ocupar su país la presidencia rotatoria de la UE. Aunque Roma trabaja aún en los detalles, la cita podría ser el próximo 8 de octubre, lo más seguro en Milán o en Roma.
Con una agenda descargada por estar a la espera de la nueva Comisión, el grupo socialista de la Eurocámara propuso un debate en el pleno de esta semana para mantener la ambición de las medidas procrecimiento.
Tanto el debate como la cumbre de los líderes, intentarán lograr la cuadratura del círculo: ¿cómo puede una Europa altamente endeudada (cerca del cien por cien del PIB), y sin espacio presupuestario, relanzar el crecimiento con un programa de inversiones, al tiempo que da algo de oxígeno para cumplir con sus objetivos de ajuste fiscal a sus grandes socios en apuros (precisamente Francia e Italia, impulsores de la cumbre), sin que ello suponga menguar la credibilidad del Pacto de Estabilidad?
La clave es elevar el potencial de crecimiento a medio y largo plazo de los Estados con reformas de calado, mientras se les apoya a corto plazo con un estímulo fiscal en sectores clave (energía, digital, transportes), alimentado a través de la ingeniería financiera del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, inició su ciclo prometiendo lanzar un paquete de inversión de 300.000 millones de euros. Pero es un plan con demasiados elementos en el aire y que corre el riesgo de encasquillarse por muchos frentes. Ya ha pasado con numerosas iniciativas de Bruselas en pro de la recuperación, como el apoyo a las pymes. "No se va a conseguir movilizar tal cantidad", opina sin esconder su escepticismo Guntram Wolff, director del laboratorio de Ideas Bruegel.