
Irlanda sigue como alumno aventajado entre los países intervenidos en la eurozona. No sólo mantiene la buena senda iniciada desde su salida del rescate en enero, sino que supera expectativas.
Los últimos datos del Gobierno cifran en 1.000 millones de euros la cifra de ingresos fiscales por encima de las expectativas este año, una evolución que tiene repercusiones en múltiples frentes en los que Dublín tiene que batallar aún para dejar en un mal recuerdo la entrada de las autoridades internacionales.
Por una parte, el ministro de Finanzas está a punto de reunirse con las autoridades del FMI para revisar la financiación de los préstamos. La próxima semana, Michael Noonan pedirá oxígeno, ante una trayectoria ejemplar. Su agenda, sin embargo, se centra más en el Presupuesto del próximo mes, para el que la presión aumenta en forma de regalos fiscales.
Sin embargo, ayer Noonan fue claro: la austeridad no ha terminado y, aunque habrá ciertos presentes, otros ajustes serán necesarios para financiarlos. Con todo, estos buenos resultados vienen, fundamentalmente, del IVA y del IRPF, dos indicadores que revelan que la salud del antaño Tigre Celta está cada vez más cerca de la normalidad.